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Marco A. Rodríguez
Viernes, 8 de julio 2016, 19:04
En el día de San Fermín, José Manuel Calderón dejó de ser un 'toro' para convertirse en 'laker'. En realidad, apenas tramitó el reconocimiento médico y algunas gestiones en Chicago y ni siquiera fue presentado, ya que su estancia en los Bulls ha durado dos semanas desde que fuera involucrado en una gran operación por la que Derrick Rose se incorporaba a Nueva York. En quince días, el base extremeño vuelve a ser moneda de cambio y es traspasado a los Lakers porque la que iba a ser su franquicia necesitaba hacer un hueco salarial para no excederse del límite y hacer frente al dineral que le va a pagar a su último fichaje Dwyane Wade, un icono de esta liga, una de mejores réplicas de Michael Jordan y además oriundo de Chicago. Nada menos que 47 millones de dólares en dos años cobrará Wade aprovechándose de la locura de este mercado veraniego de la NBA, consecuencia de los nuevos contratos publicitarios y de televisión y de la necesidad de que entre el 51 y el 49 por ciento de los ingresos globales se quede en manos de los jugadores.
Hoy en su campus de Badajoz
Ajeno a todo lo que sucede porque las decisiones no están en su mano, Calderón sigue concentrado con la selección española, con la que prepara los Juegos de Río, aunque este viernes hará una parada en Badajoz para visitar su campus y presentarlo a los medios como cada año. Le avisarán poco antes de que se haga oficial, como ya sucediera en la operación Rose cuando estaba de vacaciones familiares en Zahara de los Atunes. En la tarde de este jueves lo aseguraba numerosos medios estadounidenses y españoles, aunque la NBA no lo había oficializado y en la web de los Lakers del único refuerzo que se hablaba era el del preparador físico mexicano Marco Núñez. Al serón le queda un año de contrato a razón de 7,7 millones de dólares de los que ahora se ocupará el club angelino a cambio de varias rondas del draft. Una vez expire será agente libre y podrá escuchar ofertas sobre la que podría ser su última estancia en la mejor competición del mundo.
Casi no ha tenido tiempo de digerir su marcha de la Gran Manzana cuando un nuevo horizonte se le abre en el camino, el de una franquicia histórica en horas más que bajas, como ya le pasara en Detroit o con los propios Knicks. De nuevo un grande en reconstrucción, más todavía que unos Bulls que tenían piezas para una actuación más positiva que la protagonizada en el pasado curso. El saliente Pau Gasol, Butler, Rose, Mirotic.
En Los Ángeles, Calderón pasará de 'toro' a 'canguro', ejercerá de tutor de un grupo de jovencísimos baloncestistas con dificultades para competir en una Conferencia Oeste repleta de talento y equipos maduros. Aportará su contrastada experiencia, además de una seguridad en el lanzamiento exterior que fue uno de los talones de Aquiles del imberbe vestuario amarillo. Apenas superaron el treinta por ciento en triples, una cifra escuálida que mejorará con el de Villanueva de la Serena.
En cuanto a los nombres de sus jóvenes jugadores, destacan D'Angelo Russell, Clarkson, Randle o Ingram, el reciente número dos universitario. A todos ellos les vendrá de maravilla el buen hacer colectivo de Calderón, pendiente de la labor coral por encima de la estadística propia. Este verano intentaron moverse para aspirar a estrellas como Whiteside, Horford, Durant o Howard, pero ninguno hizo las maletas hacia California. Sólo pescaron a Mozgov y Deng, dos veteranos que subirán la media de edad de la rotación. Tal vez su anuncio estrella fue el del nuevo entrenador, Luke Walton. La mitad del espectacular record de los Warriors es suya ya que Steve Kerr pasó por el quirófano y estuvo ausente. Los Lakers, como ocurriera en el anterior destino del base internacional, vienen del peor balance histórico en 'regular season' (17 victorias y 65 derrotas) tras una temporada en la que más que competir los angelinos presenciaron en primera fila la despedida en cada cancha de un mito como Kobe Bryant.
La pareja Russell-Clarkson se presume titular en los Lakers, por lo que 'Calde' podría ser relegado al banquillo. Más minutos perdería de haber continuado en Chicago tras la llegada de un base como Rajon Rondo, lo que casi hubiera obligado al extremeño a jugar también como escolta, un puesto en el que los Bulls ya contaban con Jimmy Butler y ahora añaden a Wade. Teniendo en cuenta que su actuación esta campaña será examinada con lupa de cara a las posibles ofertas del próximo año, puede que el Staples sea un buen emplazamiento para un Calderón que prueba suerte en uno de los clubes más atractivos del mundo, responsable de que muchos aficionados se engancharan al baloncesto con aquellos míticos duelos de los 80 ante los Celtics.
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