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FERNANDO GALLEGO
Jueves, 27 de agosto 2015, 21:13
No hay frase que enerve más al hincha local que esta: nosotros pusimos el dominio y las ocasiones y ellos los goles. Y tal cual fue el regreso del Mérida a la Copa del Rey, al menos en la primera hora de partido. Porque tras los cambios, el equipo de Alcázar se aceleró tanto que se precipitó al vacío sin ni tan siquiera intentar frenarse con los pies. Ahora bien, ¿cómo explicar, mirando una y otra vez al marcador, que el Peña Sport no mereció pasar? Pues sí, lo mereció... pero la sensación que queda es que el Mérida fue mejor equipo. Y eso que Alcázar jugó con muchos que no fueron titulares el pasado sábado en Sevilla. Lo único que se repitió, para que entiendan la magnitud de las rotaciones, fue que Troiteiro se volvió a quedar en la grada.
Arrancó Alcázar con cuatro mediocentros puros en el centro del campo. Y la apuesta le salió estupenda. El Mérida controlaba, tocaba y llegaba. En el 11' le anularon un gol a Pablo Gil por fuera de juego y en el 18', una pared entre Gonzalo y Taranilla la frustró Jorge López con un paradón en el mano a mano. El estado del césped (muy malo, pero no peor, por ejemplo, que hace dos años, cuando toda la arena, acuérdense) transformaba el cuero en un chóped envasado al vacío, pero cuando pasaba por Borja, Matas y Taranilla, eso era caviar beluga.
Sin embargo, en la primera aproximación del Peña Sport a la meta de Sebas Gil, Cardo encontró magistralmente a Imanol Echeverría que, en el mano a mano escorado, batió milimétricamente por abajo. No se descompuso el Mérida, sin embargo. Todo lo contrario: llegó más y creó mejores ocasiones. Conde la tuvo de vaselina en el 30', Jorge López le paró un penalti al propio Conde en el 33', Matas falló entrando desde atrás la más clara del partido en el 39'. El Mérida intuía que caería el tanto del empate.
Lo intuía, además, porque la segunda parte comenzó igual que terminó la primera, con el Mérida llegando y acosando. Entraron entonces Joaqui Flores, primero, y Elton Martins después. Y lo cierto es que ambos revolucionaron el choque y acercaron más todavía el gol del empate al marcador. Y cuando aquello parecía disiparse porque el Mérida perdía la noción del partido, apareció desde el banquillo Aitor García. El Peña Sport entendió ahí que ese era su momento y cazó al Mérida por su flanco derecho, aprovechando que ya no estaba Borja Romero (había dejado su puesto a Aitor y los locales ya no contaban con lateral específico). La jugada acabó con Imanol Echeverría revolviéndose dentro del área y, en su segundo tiro a puerta, sentenciando la eliminatoria a falta de veinte minutos.
Lo que quedó entonces fue precipitación local y contras visitantes. En una de ellas, Manjón redondeó el marcador en el descuento.
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