La épica del Romano se queda a medias

Le dejaba Mehdi Nafti el recado a su plantilla el viernes: «Sin intensidad, somos un equipo normalito de Segunda B». Un mensaje que caló en un equipo que salió ayer al césped del Romano con la intención de asfixiar al Ejido. Y lo hizo hasta que le duró el físico. El primer cuarto de partido. El problema es que ningún rival se cae al suelo con tan poco. El Ejido no estaba en las cuerdas, reaccionó, se hizo con la pelota y el mando y noqueó a los locales.

El Mérida se instaló pronto en campo rival. Con Javi Gómez pivotando cada balón que le rondaba y Santi Villa demostrando la calidad de su pierna izquierda en cada pase interior, pudo adelantarse pronto con un gol de Esparza que fue anulado por fuera de juego. Las camisetas blancas se multiplicaban en este tramo de partido. Una apertura de Kiu a Iván Pérez concluyó en un centro del lateral y remate de primeras de Javi Gómez para inaugurar el marcador. Pero bastó un acercamiento del equipo visitante para demostrar dos cosas: que con poco al Mérida la crean peligro y que Felipe Ramos se consagra como uno de los mejores porteros de la categoría. Al minuto, otra mala noticia, Javi Gómez, que sonreía tras su gol, tenía que retirarse lesionado.

El partido volteó definitivamente. A los almerienses les bastó un flagrante error de marcaje del Mérida en un córner para marcar. Y vuelta a empezar, pero con menos gasolina. El equipo romano no se encontraba y El Ejido iba a más.

Tras el parón, el juego se tornó plomizo. Los visitantes amenazaban con salidas al espacio en las que la defensa romana sufría corriendo hacia atrás, mientras que el centro del campo local era incapaz de generar peligro. A falta de un cuarto de partido, comenzaron a ocurrir cosas. Y todas malas. Primero, la expulsión de De Dios, que dejaba a un equipo tocado físicamente en inferioridad. Después, el gol que dejaba en ventaja al Ejido. Una muy buena jugada por la izquierda de su ataque que concluyó en un centro finalizado por Echu en el área pequeña.

El Romano necesitaba algo que disparara la fe. Y lo encontró en la expulsión de Lolo González. El Mérida retomó la esperanza, Mustafá y Pina abrieron el campo con decisión. De un centro del primero llegó una clamorosa ocasión con cuatro disparos locales que fueron encontrando obstáculos. De un centro del segundo llegó el tanto de Hugo Díaz. Un tanto que dejó el resultado en tablas. Muchas posibles lecturas al partido. Ni se espantan las dudas ni se cae al abismo.