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TERCERA

Dos regalos locales marcan el derbi de Almendralejo

Sin apenas brillo y con una agonía inesperada en los minutos finales, el Extremadura sumó tres nuevos puntos para seguir la estela del todopoderoso Mérida

ALEJANDRO VILLALOBOS

Lunes, 12 de enero 2015, 08:39

Ganó el pez grande el duelo entre vecinos. Sin apenas brillo y con una agonía inesperada en los minutos finales, el Extremadura sumó tres nuevos puntos para seguir la estela del todopoderoso Mérida. Suelen ser los derbis duelos cargados de adrenalina y fútbol bajo mínimos o con detalles aislados. Bajo estas premisas arrancó ayer el pulso en el Francisco de la Hera. Todo se cocía en la medular y pese al mayor corazón del ayer visitante Extremadura, su fruto era nulo. Un mísero mordisco de Willy bien tapado por Isi a los nueve minutos y basta. Los minutos seguían pasando de forma soporífera, aunque con mejor cara de un Extremadura ante un once que tuvo su mejor opción en el primer acto, tras un saque de falta de González que recogía Aitor pero su disparo se iba lejos de Saavedra.

Tuvo que ser en una desgraciada falta de conexión entre Isi Jareño y el central Juanlu la única forma de caldear un marcador que permanecía helado como los 22 protagonistas. En el 27 Willy firmaba un disparo cruzado que se colaba en las redes locales. El gol serenó a los visitantes, que ya jugaron a placer ante un rival que cruzaba la divisoria y era como llegar al cabo Finisterre. Solo divisaban agua y Saavedra seguía tan feliz en su arco. Mucho golpe por aquí y por allá, alguna refriega, pero seguía el bostezo en la hierba. Con un derechazo terrible de Nauzet desde la frontal que se marchaba junto al palo izquierdo de Isi, terminaba un primer tiempo horroroso.

De la caseta salió un Extremadura dispuesto a sellar la sentencia. Entraba hasta los fogones Ruano. Isi, ya batido, evitaba el gol pero no el flagrante derribo y la pena máxima no admitió objeción alguna. Miguel bajo palos y Curro hacía el 0-2. Fin de la historia. Había ganas de fiesta y de goles ante su vecino y Sabino, brillante ayer como mediapunta, se marcaba un servicio con su sello de identidad que recogía Willy para poner el tercero. Carballo estrechaba el margen. El Extremadura sellaba el cuarto con un derechazo de Dieguito por toda la escuadra. Y cosas del fútbol. Cuando todo pintaba de color rosa, el Atlético tiró la casa por la ventana en un todo o nada. Adelantó diez metros su zaga y tras una peinada que mereció mejor suerte del joven Pelu, González dibujaba el 2-4 de sutil vaselina. Al Extremadura le temblaron todos los resortes y cuando se cumplía el tiempo, Alcázar arrollaba sin piedad a Carballo, que firmaba el tercero desde el punto letal. Se soñó con un hipotético empate pero el de negro decretó el final.

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