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JAVI PÉREZ
Viernes, 30 de enero 2015, 09:24
No es habitual que un jugador cuelgue las botas y pase a formar parte de la cúpula directiva de un club. En cuestión de días, Cholo pasó del vestuario al despacho y desde ese otro lado tuvo que llevar las negociaciones con los jugadores. Así, su primera actuación como vicepresidente del Badajoz fue tratar las renovaciones y asumir la difícil papeleta de comunicar las bajas a quienes habían sido sus compañeros. De nuevo, Santiago Martínez Zambrano (Badajoz, 1979) afronta la complicada tarea de tomar decisiones -algunas dolorosas- a un día del cierre del mercado de fichajes. Ya se vio en esta comprometida tesitura este verano y en las últimas semanas vuelve a pasar por ese mal trago. Le tocó prescindir de Víctor López, curiosamente el entrenador que le reclutó para la causa blanquinegra hace dos años y medio, y ahora probablemente tenga que forzar la salida de algún futbolista de la plantilla para dar vía libre a los refuerzos que pide Pastelero.
¿Cómo van los fichajes?
Estamos pendientes de hacer un par de incorporaciones o tres, resolver el tema burocrático de algunos jugadores y que den el paso definitivo para decantarse por jugar en el Badajoz. Se trata de jugadores de superior categoría, que están esperando si les sale algo interesante porque no quieren bajar a Tercera, les cuesta mucho dar ese paso. Prefieren quedarse sin jugar en Segunda B.
¿Serán Sub-23 o el club está dispuesto a dar alguna baja para traer experiencia?
Tenemos un par de fichas Sub-23 libres y también planteamos traer alguno que no lo sea, por lo que si tenemos que dar alguna baja habrá que darla. Esta plantilla la confeccionó el anterior míster y ha llegado uno nuevo que ya se ha metido en faena, ve el día a día y ya puede tomar decisiones. Si lo tiene más o menos claro tendremos que actuar.
Si comunicar una baja es difícil, en su caso, por su reciente paso por el vestuario, todavía le costará más.
Claro que es difícil. Igual que pasó con Víctor, en este caso también es doloroso. La plantilla prácticamente la hicimos entre Víctor, Lolo y yo. Pero el jugador también debe entender que llega un entrenador nuevo que considera que el equipo está más equilibrado en ciertos puestos o que están mejor cubiertos y después de una vuelta ve lo que puede necesitar y a partir de ahí tomar decisiones.
Con Víctor López sería más emotivo incluso porque precisamente fue quien le trajo al CD Badajoz.
Me dolió bastante. Fue un momento emotivo porque Víctor fue quien me invitó a volver a disfrutar del fútbol, a soñar y que pasara los dos mejores años de mi vida a nivel de futbolístico y de afición. He jugado en muchos equipos y me han tratado muy bien, pero jugar todos los domingos ante más de 2.000 personas, con toda la repercusión que tiene el Badajoz y gracias a él lo pude disfrutar. Fue una despedida emotiva y nos dimos un abrazo. Las personas pasan, pero la amistad queda. Fue un trago amargo, pero Víctor nos lo puso fácil.
Casi tan complicado prescindir de Víctor López como elegir entre José Diego Pastelero, Adolfo Muñoz y Agustín Izquierdo.
Una decisión bastante dura. Había tres entrenadores y tres muy buenos entrenadores. Valoramos pros y contras y a partir de ahí tomamos la decisión. Estuvimos desde el lunes hasta el miércoles a mediodía dándole vueltas a la decisión. Al final fue por pequeños detalles.
¿Y por qué Pastelero?
Por el ánimo de profesionalizar un poco más el club, contar con un entrenador con mayor experiencia en categorías superiores, su curriculum, por la forma de jugar que quería, sus ganas... Fue una decisión muy consensuada y meditada.
¿Cómo se ve en ese papel de negociar con los que hasta hace unos días habían sido sus compañeros?
Es el más difícil y el más ingrato. Asumí este cargo con Pablo (Blázquez) y dentro de la parte deportiva, que es lo que más me gusta a mí, pero ni he fichado ni he echado a ningún jugador del año pasado. Se quedaron los jugadores que el míster quiso. Luché por algunos, pero evidentemente todos no se podían quedar. Algunos se molestaron conmigo, pero yo no eché a nadie. Lo único que me pueden decir es en el tema del cobro, si no están contentos con su salario, ahí sí que me puede recriminar algo. Pero en ese sentido tenemos una plantilla muy equilibrada económicamente.
Su primera actuación como directivo fue tratar las renovaciones y comunicar bajas a sus compañeros, menudo estreno.
El míster tenía prisa porque había jugadores que se podían marchar. Según vamos fichando, también íbamos comunicando a algún jugador que no continuaba, aunque el míster desde el primer momento dejó claro que todos estaban libres.
¿Por qué decide dar este salto a los despachos?
Era el momento. Fue una decisión meditada por el tema laboral y personal. Iba a dejar de jugar, también porque seguro que no iba a continuar en el club. Retirarme con un ascenso ante 7.000 personas en el Nuevo Vivero ganando 3-0, qué mejor sitio que dejarlo ahí. Este año por el tema laboral me iba a pasar factura físicamente al ser más profesional. Todos esos motivos me llevaron a iniciar este nuevo proyecto.
Pues como está el tema de los centrales esta jornada, va a tener que vestirse de corto otra vez.
La verdad es que siempre bromeo un poco con eso. Me dicen que se han fichado sólo dos centrales porque yo me voy a hacer la ficha en diciembre. Al diseñar la plantilla buscamos futbolistas que puedan jugar en varias posiciones y en Zafra no estuvo mal el equipo atrás. Este domingo también tendrá que inventar algo el míster y seguro que lo harán bien.
Pero lo normal después de colgar las botas es probar en el banquillo.
Es un salto grande. Me he planteado hacer los cursos de entrenador, la gente me lo dice. Gestionar un club conlleva muchas cosas, con los recursos limitados que tenemos y con un campo de Primera División. Sobre todo mucho control de gastos para cumplir los acuerdos y compromisos con Ayuntamiento, limpieza, jugadores, personal del club... No sólo es el primer equipo, también el filial, femenino, marketing... A nivel social el club cumple una gran labor y ha estado presente en muchos eventos de la ciudad.
En estos tres años el Badajoz ha crecido lo impensable hasta el punto de que un jugador, Copito, será el pregonero del Carnaval.
Estamos muy contentos. Las relaciones con el Ayuntamiento desde el primer día son muy buenas. Está viendo gente joven, emprendedora, con iniciativa, seriedad y nos está dando nuestro hueco. Estamos muy agradecidos por darnos la oportunidad de que David Copito, un referente para la afición, los niños y la ciudad pueda dar el pregón y se conozca un poco más el CD Badajoz.
¿Habrá elecciones este verano?
Hay que convocar elecciones. Los socios fundadores han decidido que el club sea de sus aficionados. Todo aquel abonado de estos tres años es socio del club y en febrero se va a celebrar una asamblea para votar y convocar elecciones.
¿Y se presentarán?
Trabajamos en presente y futuro. Tenemos que tomar esa decisión, pero no vamos a dejar de trabajar. Si seguimos, continuaremos con nuestro proyecto y de no hacerlo, dejaremos el club saneado y con proyectos en marcha a nivel de cantera, de estructura y social. Nos gustaría, pero si nos presentamos y hay otras candidaturas, que el aficionado elija.
¿El club estaría preparado para un ascenso?
Por qué no soñar. Estamos muy contentos con el trabajo de los jugadores y el cuerpo técnico. Hemos visto dos buenos partidos ante el Extremadura y Mérida. No creo que a nivel nacional haya equipos mejores y el Badajoz dio la cara. En esa línea queremos ir. Profesionalizar el club, tener gente que le dedicara ocho horas. Sabemos que en uno, dos o en tres años estaría obligado a ascender. Queremos dar pasos poco a poco, pero depende de la afición y que sea consciente que todo vale dinero.
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