«Se lo debo todo a Chiqui, el presidente del Valdelacalzada»

Diego Merino empezó a jugar al fútbol en las categorías inferiores del Mérida y del Imperio antes de que Miajadas y Valdelacalzada le llamaran para competir en Tercera. Una grave lesión de rodilla precipitó que el fútbol extremeño perdiera un jugador, pero se ganara un entrenador con mucho futuro. «En Tercera jugué en el Miajadas y el Valdelacalzada, pero con 20 años tuve una lesión de rodilla y tuve que dejarlo. Mi padre me animó a seguir como entrenador. No era mi idea, pero ha ido todo muy deprisa». Diego Merino agradece la valentía de su gran valedor. «Se lo debo todo a Chiqui, el presidente del Valdelacalzada. Me dio la oportunidad de debutar como entrenador en Tercera con 23 años». El técnico emeritense se vio de repente con la responsabilidad de dirigir a futbolistas mayores. «Había jugadores que me sacaban 10 años, pero tuve la suerte de tener un grupo humano muy bueno y me respetaron. Nunca fue un hándicap. El Valdelacalzada es un club muy importante para mí, me hizo sentir muy cómodo y fui feliz».