Escobar y Nogales
Los dos diputados de Izquierda Unida hacen un flaco favor a la credibilidad de su partido lanzando balones fuera
PPLL
Martes, 1 de julio 2014, 00:09
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Martes, 1 de julio 2014, 00:09
Pedro Escobar, coordinador general de Izquierda Unida en Extremadura y portavoz de su grupo en la Asamblea de Extremadura, calificó ayer como algo propio de «los que todos conocemos como mafiosos» el hecho de que la semana pasada se conociese públicamente que su compañero diputado Alejandro Nogales esté siendo reclamado por Caja Rural por un crédito de 1995 y, como administrador único de una sociedad anónima fundada con la propia caja en 1996, de varias deudas de dicha empresa, Albarregas S.A. No está claro si ese adjetivo lo atribuía a la persona o personas responsables de que dichas informaciones, todas veraces, pertinentes y de indudable interés público, hayan llegado a la ciudadanía o, por el contrario, al medio, en este caso el diario HOY, que las ha difundido en exclusiva. Escobar se agarraba al argumento de que esos hechos pertenecen a la vida privada de Nogales y que, no por azar, han podido airearse con objeto de presionar su acción política en una semana en la que se debatía y aprobaba una ley que abordaba la actividad de las cooperativas de crédito extremeñas. Para que el coordinador de Izquierda Unida refresque algunos conceptos del abc de cualquier democracia -los que, en todo caso, debería dominar por encima de la media de los ciudadanos como diputado que es- conviene recordar que vida privada e intimidad no son la misma cosa. Pero además, que la vida privada de los cargos electos está muy limitada, hasta el punto de que todos ellos están afectados por una serie de incompatibilidades (evidentemente, de su vida privada con su papel público) y obligados a rellenar un formulario (de acceso público) en el que deben pormenorizar detalles tan privados como si están hipotecados o no, si mantienen con su pareja un régimen de gananciales o de separación de bienes (el propio Nogales explicita lo segundo) o cuál es el saldo medio de sus cuentas corrientes... ¿Por qué? Por muchos motivos. Entre otros, y ya que Escobar alude a ello, para que sean conocidas precisamente aquellas circunstancias que, pertenecientes a la vida privada de los diputados, podrían llegar a condicionar sus decisiones -las cuales, naturalmente, tendrían que observar el interés común como horizonte y fin último- o a servir de comprometido enganche de posibles presiones externas.
El gran problema que debe abordar el señor Escobar en estos momentos tiene dos caras, a cada instante más fea tanto la una como la otra: por un lado están las explicaciones que debe dar en el seno de su formación y por otro, las que debe a los extremeños en general como líder del partido de Alejandro Nogales, toda vez que este último sigue fiel a un mutismo cartujo. Como consecuencia, cada minuto que uno y otro pasan lanzando balones fuera o encestándolos en esa cesta llena de agujeros que ellos llaman 'vida privada', pierden la confianza de los votantes de su formación; pierden el crédito de cuantos, sin ser sus votantes, les venían reconociendo y valorando su labor política y democrática; y pierden la oportunidad de mostrar un mínimo de responsabilidad y ejemplaridad al servicio de todos los extremeños. A su vez, poco a poco convierten un capítulo al que le faltan muchos párrafos y que se resuelve con transparencia, explicaciones y vergüenza, en un lamentable episodio propio de lo que otro partido muy de moda define como 'casta': en algo inaceptable e insuficiente, en algo turbio, en algo que, fuera de la abrigada condescendencia del aparato de Izquierda Unida -en este caso en particular-, hace rechinar los dientes de cualquiera con dos dedos de frente y un mínimo de decencia.
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