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ALMUDENA BLANCO
Domingo, 20 de julio 2014, 08:41
Durante los últimos meses la venta de la ganadería de ganado bravo de Zalduendo al empresario mexicano Alberto Bailleres circulaba por los mentideros taurinos. Ahora la noticia es oficial. El que hasta hace unos días era el propietario de los animales, Fernando Domecq, ha confirmado que llevaba un año negociando hasta que el lunes se materializó el traspaso. Bailleres, que dirigirá personalmente el hierro, ha adquirido únicamente la divisa y las reses, pues la finca 'Moheda de Zalduendo' (en el término de Aliseda) seguirá en manos de su actual propietario, Fernando Domecq.
Bailleres es un empresario mexicano que está considerado como la segunda fortuna de su país actualmente. Además de ganaderías, tiene intereses en los sectores del comercio, minería, metalurgia, seguros y finanzas.
La idea de vender ya le rondaba por la cabeza a Domecq desde hace tiempo. «Hace algunos años comencé a decir que si encontraba a alguien que cumpliera lo que yo pedía, lo iba hacer. Lo que quería es que la ganadería se mantuviera unida, y no se sortearan los animales. Además deseaba que el que se encargara fuera un ganadero de profesión y que tuviese el dinero suficiente para mantener una ganadería del tipo de la de Zalduendo», explica Domecq. Entre otros requisitos más específicos estaba el hecho de que se mantuvieran las hechuras y el tipo de las reses. «Y, sobre todo, que no estuviera pensando en criar sólo aquello que en un momento determinado se demande por tamaño, medidas y hechuras», insiste.
La relación entre Bailleres y Domecq se remonta en el tiempo, y esta ha sido una de las muchas causas que han propiciado la venta. «En este caso es un amigo mío que lleva muchísimos años de ganadero. Además, le he visto con mucha ilusión, que a mí también me ha trasmitido. Cuando se acercó para comunicarme su interés por la ganadería, enseguida comenzamos a ver cómo nos organizábamos para que prosperara», cuenta Fernando Domecq.
Entre las muchas incógnitas de la venta estaba el lugar dónde pastarán las reses, puesto que la finca seguirá siendo propiedad de Fernando Domecq. «No sé el lugar exacto, pero se quedan en Extremadura, algo que yo quería. Todas las fincas con las que el ganadero está hablando se encuentran en la región», explica el antiguo propietario de las reses. Este criador, que esta temporada ha cumplido 40 años al frente de una ganadería, ha dirigido con éxito hierros tan importantes como Jandilla y Zalduendo. «Creo que después de tanto tiempo ha llegado el momento de que diera un paso atrás», afirma Domecq.
El origen de esta venta está íntimamente relacionado con los cambios que se han producido en los últimos tiempos y que tienen descontento al ganadero. «Se están haciendo cosas que son una falta de respeto para los ganaderos. Por ejemplo, se ha hecho como un Himalaya en el medio del ruedo que obliga a que el toro embista de arriba hacia abajo y al contrario, rompiendo todas las inercias del buen gusto», comenta. Asimismo, también denuncia otros hechos que ve incomprensibles. «Han subido las tablas del callejón, lo que no entiendo, ya que no están destinadas para que el que se encuentre dentro esté protegido, sino para que pueda saltar el torero desde el ruedo y así poder defenderse».
Se queja encarecidamente de los grandes cambios que está sufriendo el mundo del toro desde unos años atrás. «Cuando entro en una plaza y veo que hay más burladeros en los callejones y ninguno está destinado al ganadero, pues uno empieza a comprender que está ocurriendo algo. Es una falta de respeto para la figura de la ganadería, porque parece que el ganadero no tiene importancia», afirma Domecq. Insiste que estos cambios no sólo son una muestra de la falta de respeto hacia los criadores, sino también para el toro. «Los encastes, la ganadería y el toro deben ser fundamentalmente definidos por el ganadero y no por nadie que decida suplantarlo», comenta.
Sin embargo, también encuentra cosas positivas que le hacen mirar la situación con mucha ilusión y entusiasmo. «Hay una cosa que a mí me da mucha esperanza y son los tantos novilleros nuevos que está dando Extremadura y que son tan buenos...».
Del mismo modo, no descarta la posibilidad de volver a ponerse al frente de una ganadería. Fernando Domecq, que lidió su primera corrida al frente de Zalduendo en 1992 -arrancó la aventura con el hierro de la Z cuatro años antes, en 1988, cuando dejó la estrella de Jandilla en manos de su hermano Borja-, no va alejarse del todo de la crianza del toro bravo: «En la vida nadie se puede negar a sí mismo nada, pero ahora toda mi ilusión está en ayudar al nuevo ganadero de Zalduendo, en organizar la nueva gestión y en transmitirle mis conocimientos en la ganadería. Después de eso ya hablaremos, pero yo nunca diré que he muerto como ganadero», insiste.
En la Goyesca de Ronda
Por otro lado, la ganadería de Zalduendo ha sido elegida por la empresa de la Real Maestranza de Ronda (Málaga), que dirige Francisco Rivera Ordóñez, para que lidie sus toros en la LVIII edición de su tradicional corrida goyesca, el 6 de septiembre, en el marco de su feria taurina de Pedro Romero. Con la elección de los toros se da por cerrado el cartel de uno de los festejos más esperados y de mayor repercusión mediática de cada temporada taurina, que contará este año con la presencia de Miguel Ángel Perera, Morante de la Puebla y El Juli.
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