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¿Qué ha pasado hoy, 29 de marzo, en Extremadura?
Antiguo hotel Álvarez, alojamiento del general O'Duffy.
Feliz Navidad, Mr. O'Duffy

Feliz Navidad, Mr. O'Duffy

700 soldados irlandeses pasaron en Cáceres el invierno del 36

J. R. Alonso de la Torre

Viernes, 26 de diciembre 2014, 07:26

Se llamaba O'Duffy y era general del ejército irlandés. Cuando llegó a Cáceres tenía 44 años. En la guerra de independencia de Irlanda había luchado al lado del mítico Michael Collins. Tras mandar el ejército y la policía de su país, se había dedicado a la política, liderando un partido nacional de corte fascista cuyos militantes vestían camisas verdes. El general O'Duffy pasó en Cáceres la Navidad de 1936 al mando de 700 soldados voluntarios irlandeses, que habían llegado de incógnito a Extremadura para luchar con las tropas de Franco.

Recuerdo haber escuchado a mi madrina Elpidia contar la historia de un joven tanquista irlandés, uniformado siempre con camisa y gorra verde, que se había alojado en su casa durante unos meses de la Guerra Civil. Era el único dato que conocía de aquella presencia 'verde' en Extremadura. Ahora sé que la Navidad cacereña de 1936 fue irlandesa por decreto: en todos los edificios públicos de la provincia ondeó la bandera de aquel país y en todas las ceremonias oficiales sonó el 'Amhrán na bhFiann' (La canción del soldado), himno de Irlanda.

Todo había comenzado en Dublín, al poco de levantarse el ejército de África contra el gobierno de la República. El general O'Duffy había publicado cartas en la prensa pidiendo voluntarios para la causa de Franco y de la Cristiandad. Aunque el gobierno irlandés reacciona prohibiendo la colaboración militar irlandesa, 6.000 voluntarios se inscriben y la iglesia irlandesa apoya el llamamiento a combatir. O'Duffy viaja a España en septiembre de 1936 y expone su plan en Valladolid al general Mola, que se lo traslada a Franco en una entrevista que ambos mantienen en Cáceres. El futuro Caudillo acepta el ofrecimiento e inmediatamente se prepara un plan que traerá a Cáceres a 700 soldados irlandeses con una curiosa condición: nunca se enfrentarán a los vascos. El 13 de noviembre parte el primer contingente de irlandeses y el 6 de diciembre, el último. Los traslados se hacen en secreto. Los voluntarios viajan vestidos de paisano de Dublín a Liverpool. De aquí navegan en buques de línea regular hacia Lisboa, pagándose su billete. Tras desembarcar en Portugal, montan en autocares que los traen a Badajoz y de aquí, a Cáceres, donde se alistan individualmente en la legión para que no parezca un quebrantamiento del pacto de no intervención. Parecido procedimiento siguieron los 307 soldados alemanes que habían llegado a la base de los castillos de las Arguijuelas un mes antes, el 7 de octubre: partieron del puerto de Settin hacia Sevilla vestidos de turistas y con pasaporte falso y de allí vinieron hasta la estación de Aldea del Cano.

La base alemana se desmantelará en verano de 1937 y los irlandeses regresarán a su país el 17 de junio, también de 1937. Durante nueve meses, Cáceres será un hervidero de tropas internacionales con más de mil soldados alemanes e irlandeses entrenándose en su término municipal, partiendo al frente y regresando a reposar o a curar sus heridas a Cáceres.

El general O'Duffy se alojará en el hotel Álvarez, hoy Alfonso IX. Los 700 irlandeses se entrenan para el combate y se alojan en casas particulares y en dependencias colectivas. No les gusta mucho la comida local (detestan el aceite de oliva) y su principal entretenimiento es dar conciertos y asistir a ellos. En la Navidad de 1936, los irlandeses visitan los hospitales cacereños para entregar regalos a los heridos. El 3 de enero, viajan a Guadalupe de excursión y el día de Reyes, el mismo Franco viene desde Burgos a pasarles revista.

El 31 de enero de 1937, los irlandeses acaban su instrucción, celebran misa en la iglesia de Santo Domingo, después desfilan, por la tarde ofrecen un concierto de música irlandesa y la fiesta acaba con una cena oficial. El 16 de febrero, marchan al frente. Combaten cuatro meses, tienen 15 bajas y embarcan de vuelta a Irlanda el 17 de junio, dejando en Cáceres ocho heridos en el hospital y seis difuntos en el cementerio.

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