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M. Ángeles Morcillo
Lunes, 10 de agosto 2015, 18:03
El 80% de las víctimas de violencia de género convive con su agresor. Para protegerlas en la medida de lo posible, la asociación sin ánimo de lucro ALMA contra la violencia de género y la Universidad de Extremadura se han unido en un proyecto. Un trabajo conjunto para la creación de una innovación tecnológica que proporcione a estas personas un auxilio en momentos en los que se sientan en peligro.
Fue en septiembre del pasado año cuando surgió la idea, y para la que ahora se busca financiación con el fin de poder sacarla al mercado y que las víctimas la puedan comenzar a utilizar lo antes posible.
Gregorio Gómez, fundador de la asociación, explica que gracias a un proyecto concedido en el marco del programa Agrotech, impulsado por la Junta, la idea se puso en marcha y fue posible la firma de un convenio de colaboración con la UEx. Aunque dice que en un principio se pensó en que el dispositivo fuera activado por la voz, indica que en la fase de perfeccionamiento también se ha optado para que dicho artilugio pueda ponerse en funcionamiento al pulsar un botón.
H a sido el Grupo de Tecnología Electrónica de la Escuela de Ingenierías Industriales de la UEx, quien ha diseñado ya el primer prototipo de este dispositivo de auxilio. El proyecto ha sido desarrollado por el estudiante de la UEx David Palomeque Mangut, en el marco de su proyecto fin de carrera y bajo la dirección de los investigadores Raquel Pérez-Aloe Valverde y Miguel Ángel Domínguez Puertas.
El siguiente paso en el proyecto es miniaturizar el dispositivo de manera que pueda estar camuflado en los complementos que lleve puestos la víctima. «Lo que se ha materializado y conseguido tiene un tamaño gigante para lo que en realidad queremos conseguir, que es algo que pase totalmente desapercibido para el agresor. Ahora, detallarlo y perfeccionarlo será lo que más cueste. Calculamos que finalizar el proyecto y poner en funcionamiento el dispositivo ronda los 200.000 euros», dice Gómez.
Si es necesario, desde la asociación ALMA moverán cielo y tierra para buscar financiación y conseguir que este proyecto salga adelante. Por eso, entre los planes a corto plazo tienen previsto desplazarse el próximo septiembre a Panamá a presentarlo de forma oficial ante la ONU. Aprovecharán el viaje también para trasladar la idea a una empresa americana que ya ha mostrado su interés en la iniciativa.
«Hay una gran empresa de seguridad que también está interesada en este dispositivo y que nos dará todas las directrices sobre cómo gestionar la plataforma de seguridad, además de otra del mundo de los móviles y las telecomunicaciones que pondrá a disposición su equipo personal para intervenir», resalta.
Explica además que este dispositivo tendrá que ir totalmente camuflado en alguna prenda o complemento de la víctima para que el agresor no se percate de su presencia, por lo que el tamaño no podrá exceder de los dos o tres centímetros. «Por motivos de seguridad, no vamos a hacer pública ninguna imagen o foto de dicho artilugio, para que nadie sepa cómo es y pueda localizarlo», señala.
El aparato reconocerá ciertos comandos de auxilio de voz, o se activará cuando sea pulsado, y ejecutará una serie de acciones en auxilio de la víctima. Es decir, enviará un mensaje de texto y una llamada desde un teléfono móvil a una persona, que actuaría como 'socorrista anónimo', y a la policía o asociación encargada de velar por la seguridad de la persona amenazada. Todo ello, sin que el agresor lo sepa o pueda impedirlo. Al mismo tiempo, realizaría una grabación de audio que serviría como prueba testificatoria en caso de denuncia o juicio contra el agresor.
Gómez afirma que si en breve contaran con los 200.000 euros que hacen falta para culminar el proyecto, en siete u ocho meses este sistema de prevención y defensa podría estar ya en manos de las víctimas. Señala además que hasta el momento, en las fases que se han llevado a cabo de este proyecto, reuniones, estudios... se han invertido unos 90.000 euros.
La Casa de la Mujer, el Instituto de la Mujer de Extremadura, la Delegación del Gobierno de Extremadura, la de Madrid, asociaciones de víctimas de violencia de género... Todas ellas han visto con muy buenos ojos esta iniciativa y desean que se materialice cuanto antes. «Esto tiene que salir, pues es muy necesario para las víctimas. Pero no sólo de la violencia machista. También se ha pensado que la idea podría extenderse para niños que sufren acoso escolar, niños con discapacidad que tienen movilidad reducida, menores que acuden a sitios con aglomeraciones como playas, parques de atracciones, ferias... Incluso se puede incluir en determinadas situaciones de seguridad privada».
También se tiene previsto que las armas que custodia la Guardia Civil, y que han estado relacionadas con homicidios o asesinatos, puedan fundirse y obtener de ellas bisutería a precios económicos en las cuales poder camuflar los dispositivos patentados. «Sería bonito el detalle que armas que se utilizaron para matar ahora sirvieran para salvar vidas», reflexiona Gómez.
El objetivo que persigue la Asociación ALMA es que este sencillo dispositivo, de fácil uso, pueda ser ofrecido de manera gratuita, y bajo un procedimiento de supervisión por las autoridades competentes, a las mujeres amenazadas. Su valor y utilidad social es evidente: proporciona seguridad a la mujer y, lo más importante, puede salvar vidas.
Que llegue al 100%
Cerca de 127.000 denuncias por violencia de género se registraron durante 2014 en España. Ese mismo año, de las 54 mujeres que perdieron la vida víctimas de su pareja, solo cuatro de ellas tenían medidas de protección en vigor, según datos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
Hasta la fecha, para obtener un dispositivo electrónico de alejamiento es necesaria una denuncia y un mandamiento judicial. En 2014, había 741 dispositivos activos y 10.000 usuarias del servicio telefónico Atenpro disponible exclusivamente para víctimas que no conviven con el agresor, señala Gómez.
«Si tenemos en cuenta las denuncias, los dispositivos electrónicos de seguimiento y las mujeres usuarias de Atenpro, de acuerdo con las estimaciones de la asociación ALMA, tan solo el 20% de las víctimas dispone de algún mecanismo de protección especial. Por ello, surge esta iniciativa que pretende llegar al 100% de las víctimas», afirma.
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