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J. R. Alonso de la Torre
Lunes, 12 de diciembre 2016, 07:48
Para un seguidor entusiasmado de 'Juego de tronos', que llegues al trabajo y te digan que te están buscando los productores de la serie para negociar contigo no deja de ser una noticia sorprendente. Sin embargo, en Cáceres, desde hace semanas, somos muchos los que tenemos que negociar con ellos. Unos negocian un alquiler, otros pactan una comida, un desplazamiento o un cambio de ruedas del vehículo soporte de una grúa.
En mi centro de trabajo, estuvieron hace unas semanas para ver si utilizaban un pasadizo misterioso que acabaron descartando. Pero la negociación última, para la que me estaban buscando, era menos glamurosa. Se trataba de que les permitiéramos utilizar los servicios de mi centro de trabajo, un antiguo convento jesuita situado en el eje de todos los rodajes de series que tienen lugar en Cáceres últimamente.
Yo ya me he acostumbrado desde hace semanas a hacer pis junto a montescos y capuletos y no tengo problema en hacerlo ahora rodeado de 'inmaculados' ni de guerreros de la casa Lannister. En realidad, lo que hago es esperar mi turno con ellos porque lo de dejarles utilizar los servicios de mi centro de trabajo quiere decir que, a la hora de orinar, siempre hay una cola de veinte o treinta personajes de época y un día le pedías la vez a un obispo y otro día, a una gentil dama de Verona o a un arquero con cara de asesino a sueldo de la mafia capuleta.
En estas negociaciones con las productoras de las series, mi postura básica es facilitarles las cosas, como hacemos casi todos en Cáceres, para que estén a gusto y la ciudad se convierta en un plató de series y de cine todo el año. Pero claro, a veces se producen contratiempos y a la reunión con los productores de 'Juego de tronos' acudí con cara de pocos amigos y dispuesto a decirles que, si querían mear cómodamente, alquilaran cabinas químicas portátiles más grandes.
La razón de mi postura no era otra que la experiencia con la serie de Romeo y Julieta, que todos sabemos que no era de Romeo ni de Julieta, pero en Cáceres la llamamos así para entendernos. El caso es que los extras y los actores de esta serie, de tanto ir al cuarto de baño, nos los atascaron de manera inconcebible pues hasta tierra tenían y hubo que realizar arduas operaciones de desatasco que no voy a referir en esta página tan limpia. Nos habían prometido un servicio de limpieza, pero no hubo tal y mis compañeros limpiadores lo pasaron mal cuando llegaron tras el rodaje y se encontraron con la catástrofe.
También prometieron servicio de seguridad, que tampoco hubo, y no se han producido graves contratiempos, pero han desaparecido algunos ratones de ordenador. Nada grave, pero sí lo suficiente como para que los de 'Juego de Tronos' paguen los platos rotos por 'Still Star-Crossed', vulgo 'Romeo y Julieta'.
Así que la negociación con 'Juego de tronos' ha sido «dura e inflexible». Les permitiremos hacer pis a cambio de que tengan una persona de limpieza dejando los baños como los chorros del oro cada dos horas y siempre que pongan un encargado de seguridad vigilando el paso de los actores a los retretes e impidiendo que accedan a ninguna otra dependencia.
Les haremos firmar un contrato de pis y seguratas para que no nos líen y todos contentos. La verdad es que nos hemos apiadado de los pobres extras y actores, que sufren mucho con sus túnicas, refajos y armaduras en esas cabinas químicas estrechas y poco agradables. Y también he de confesar que no deja de hacernos ilusión eso de pedirle la vez para hacer pis a Tyrion y a Jaime Lannister, a la 'khaleesi' Daenerys Targaryen o al mismísimo Jon Nieve.
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