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Varios alumnos de la academia Educarobot durante una de sus clases en Cáceres.
La generación de los niños científicos

La generación de los niños científicos

Hay extremeños que compiten cada mes con niños de todo el mundo en retos de robótica creados por universidades estadounidenses

Álvaro Rubio

Domingo, 26 de marzo 2017, 00:28

Empieza la clase en un aula del número 15 de la calle Pablo Luengo de Navalmoral de la Mata. La profesora Mayte Bravo da las primeras pautas. Frente a ella, pequeños que no superan el metro y medio de altura. Otros aprendieron a hablar hace tan sólo un año y ya se manejan mejor frente a un ordenador que ante un libro.

Hoy, ellos tienen un reto. Su objetivo es construir y programar un robot que les servirá de entrenamiento para participar el próximo mes de junio en World Robot Olympiad, una competición de robótica educativa de ámbito internacional que se celebra en Madrid. No es el primer certamen al que esta ingeniera técnica informática acude junto a sus pupilos. De hecho, participan regularmente con niños de todos los continentes en unos retos mensuales de robótica que propone Tufts University, una universidad privada de Massachusetts, en Estados Unidos. Ya han ganado en cinco ocasiones. Y es que para ellos conceptos como Bee bot, Lego, Scratch, Makey Makey o Minecraft les resultan familiares. Forman parte de una generación que crece al mismo ritmo que las nuevas tecnologías, son niños que han nacido con una tableta bajo el brazo y que han empezado a aprender ciencia casi al mismo tiempo que a ponerse el chupete. Son científicos desde niños.

En los últimos años, Extremadura asiste al desarrollo de estos pequeños. Cada vez son más las asociaciones, entidades e incluso escuelas municipales que tienen como misión promover la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. Por poner un ejemplo, la agrupación que dirige y, cuyo nombre es Arcadroidex, lleva en funcionamiento desde noviembre de 2013. Empezó con una veintena de alumnos y por sus aulas ya han pasado más de 200. Este año cuenta con medio centenar de pequeños que tienen entre 3 y 16 años. Los hay incluso que se desplazan a sus clases desde otras localidades como Talayuela, Almaraz, San Román y Peraleda de la Mata.

Para algunos lo que empezó siendo un hobby se ha convertido ya en una opción con mucha fuerza de cara a su futuro laboral. «Vienen bastantes niños que tienen altas capacidades y que están centrando su atención en este tipo de materias. Los hay que ya despuntan y que tienen muy claro qué quieren ser de mayores», comenta Bravo.

Con ella coincide Jesús Rodríguez, presidente de la Asociación de Robótica y Tecnología de Extremadura y director del proyecto Educarobot. «Despertamos el interés por la ciencia y la tecnología en chavales de entre 5 y 16 años. Lo hacen en primer lugar con piezas de Lego. A partir de los seis años aprenden a montar robots y programación», detalla Jesús Rodríguez, que está al frente de una agrupación que cuenta con más de 70 personas.

Actualmente, en las aulas que dirige Rodríguez en Cáceres, Plasencia y Mérida se forman unos 120 alumnos. «Hay padres que conocen todo el potencial que tienen sus hijos y es muy evidente que optarán por una rama tecnológica. Pero también hay padres que simplemente lo ven como una actividad extraescolar. No sólo llegan niños con altas capacidades, también hay pequeños con Asperger y déficit de atención», añade al tiempo que destaca que «los pequeños, además de trabajar conceptos de ingeniería, matemáticas, mecánica y tecnología, también desarrollan la expresión oral, el trabajo en equipo o aspectos como la gestión de la frustración».

Jesús Rodríguez apunta que hay regiones como Madrid que ya incorporan al currículum educativo la robótica. «Hay mucho interés por esta temática, sobre todo desde hace un año, cuando la Unión Europea empezó a potenciar este tipo de actividades», destaca.

Sin asignatura

En Extremadura la materia de robótica está bajo el paraguas de la asignatura de Tecnología. Así lo confirman desde la Consejería de Educación y Empleo de la Junta de Extremadura. Detallan que Tecnología es materia específica en 2º y 3º de ESO. En 4º puede cursarse tanto en las enseñanzas aplicadas (troncal de opción) como en las académicas (materia específica). En los dos cursos de Bachillerato puede también estudiarse Tecnología de la Información y de la Comunicación I y II como materia específica de elección. El currículo de todas ellas se relaciona con el ámbito de la programación y de la robótica.

Sin embargo, no cuenta con una asignatura como tal. Los centros las pueden impartir, en virtud de su autonomía y previa autorización, como materia de oferta propia, considerada como de libre configuración autonómica. Una de las más solicitadas para este curso ha sido justamente Robótica. En 3º de ESO, 24 centros extremeños han solicitado su impartición, bajo la denominación de Robótica (17 casos) u otras parecidas como Programación y Tecnología, Proyectos Robóticos Renovables, Programación de Dispositivos, Tecnología Robótica y Programación, Programación y Robótica e Iniciación a la Robótica. Habitualmente han sido los departamentos de Tecnología los que se han ocupado de realizar las respectivas programaciones.

Para el próximo curso esta tendencia continúa. El 1 de abril se procederá a autorizar las materias de oferta propia para el curso 2017-2018 y, según apuntan desde la Consejería de Educación, «viendo las peticiones de los centros, se confirma la apuesta del profesorado y del alumnado por estas materias concretas».

Ese interés también van en aumento si se tienen en cuenta las numerosas iniciativas privadas y la puesta en marcha de asociaciones que se centran en la enseñanza de la ciencia a los más pequeños. A ellas se suma otro programa que quiere implantarse en todas las localidades de la región. O al menos en el mayor número posible de municipios extremeños. Se trata de la Escuela Municipal de Jóvenes Científicos. «Al igual que hay escuelas de música y de diferentes disciplinas deportivas, la nuestra quiere enseñar ciencia a través del juego, que se diviertan aprendiendo esta materia», explica José Manuel Huertas, profesor de la Escuela Municipal de Jóvenes Científicos. Él acaba de impartir una de sus clases en Casar de Cáceres. Los alumnos han aprendido conceptos de programación. Entre ellos está Tomás Carrera, de tan sólo nueve años. Aunque tiene claro que quiere ser futbolista, su plan B es «estudiar algo relacionado con ordenadores».

El que sí está seguro de lo que quiere hacer es Ángel Cortés, de 16 años. Su pasión es la música y quiere compaginarlo con lo aprendido en la Escuela Municipal de JóvenesCientíficos, en la que participa una vez a la semana.

Ellos forman parte de un programa que comenzó a desarrollarse en cinco localidades en 2014 con unos 100 alumnos y ahora está presente en más de 20 municipios de las provincias de Badajoz y Cáceres. Actualmente cuenta con casi 400 estudiantes y seis profesores entre los que destacan ingenieros, diseñadores industriales, investigadores e informáticos. Ellos imparten talleres en los que proponen un reto sobre matemáticas, física, química, biología, ingeniería, computación y robótica. Lo alumnos, con edades que oscilan entre los 6 y los 17 años, deben resolverlos. Han llegado a construir un ala de avión que han probado posteriormente en un túnel de viento (aeronáutica, física); han aprendido a utilizar el ábaco (matemáticas); programado varios robots y estudiado conceptos como la presión arterial (medicina y física).

A la actividad semanal se suman eventos regionales. Entre ellos destaca la Feria de Ciencias en la que los jóvenes desarrollan sus proyectos y compiten. El mejor de cada localidad pasa a la fase regional, que suele celebrarse en octubre. La del año pasado congregó a más de 300 personas entre familiares, alumnos y profesores de la Universidad de Extremadura.

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