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Juan Soriano
Viernes, 7 de abril 2017, 23:24
El tren accidentado en Carmonita el 6 de septiembre de 2010 viajaba con una quincena de viajeros. La mayor parte inició el recorrido en Cáceres. Así lo hizo Olga Núñez del Viejo, de 19 años de edad, quien regresaba a Mérida tras hacer un examen de Magisterio. Fue la única víctima mortal entre los pasajeros. Resultaron heridas diez personas, entre ellas dos niños de 7 y 3 años, uno de ellos de gravedad. Realizaban su primer viaje en tren. También quedó grave el maquinista, Raimundo Velázquez, mientras que el interventor de Renfe Ángel Quintero resultó herido leve.
Quintero reconoce que se ha desentendido de la investigación judicial sobre el suceso, pero le gustaría saber si se asumen las indemnizaciones a las víctimas más graves. En su caso, aún trata de recuperarse de las secuelas psicológicas causadas por esta y otras experiencias traumáticas, algunas también relacionadas con su trabajo.
El segundo fallecido fue Eduardo Durán Cidoncha, de 25 años de edad, conductor del camión dumper que invadió la vía y fue arrollado por el tren. Natural de La Garrovilla, a unos 20 kilómetros de Mérida, se había casado dos años antes y tenía un niño de poco más de un año.
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Mérida ha concluido su investigación sobre lo ocurrido y la Fiscalía ya ha emitido su escrito de conclusiones provisionales. Buena parte de los hechos que describe ya fueron recogidos en el informe elaborado por la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios en julio de 2011.
Este documento estableció como conclusión que el paso de obra por el que trató de cruzar el camión dumper no tenía las cadenas puestas ni estaba asegurado con candados, tal como exigían las normas de seguridad. Apuntó, por tanto, a una negligencia. Y planteó varias recomendaciones para que este tipo de accidentes no vuelvan a repetirse.
Entre ellas, propuso que la adecuación de un paso provisional requiera previamente un análisis de riesgos. También que la autorización correspondiente recoja las medidas de protección y regulación necesarias en función de las características particulares de la obra y de la línea afectada.
Asimismo, planteó que se graben las conversaciones entre los responsables de circulación y los pilotos de seguridad que están a cargo de los pasos y que deben llamar a los primeros antes de permitir el tránsito de vehículos atravesando la vía. Y recomendó incluir en los planes de seguridad visitas sistemáticas a los pasos provisionales por obras para verificar la correcta aplicación de la consigna correspondiente.
Varias de estas propuestas fueron tenidas en cuenta por la Dirección de Operaciones e Ingeniería de Red Convencional de Adif y otras, ya contempladas, fueron recordadas a los equipos territoriales de investigación de accidentes.
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