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¿Qué ha pasado hoy, 31 de marzo, en Extremadura?
Los alumnos que han ideado el sello para las migas extremeñas, junto con los profesores María Rosa Oria y Fernando Lallana. :: c. moreno
Migas extremeñas con denominación de origen

Migas extremeñas con denominación de origen

Alumnos con discapacidad intelectual de la UEx idean un sello de calidad para este manjar de la cocina regional | El proceso de elaboración y la selección de productos de la tierra son las claves de la certificación que quieren hacer a través de una cooperativa social

Domingo, 3 de junio 2018, 08:30

Pocos platos identifican tanto a la gastronomía extremeña como las migas. La comida que inventaron los pastores para aprovechar el pan duro es hoy uno de los manjares que se sirven en el desayuno o en el almuerzo de todos los bares de la región.

Pan, agua, aceite de oliva, sal, ajo y pimiento son los ingredientes básicos que se echan al perol para hacer unas buenas migas extremeñas. A partir de ahí, chorizo, panceta, sardinas, pimentón de la Vera, huevos fritos, aceitunas 'machás' o uvas acompañan a este plato, que tiene tantas variantes como adeptos.

Precisamente, esa variedad de recetas es lo que ha llevado a la primera promoción de alumnos con discapacidad intelectual que se ha formado en un título propio de la Universidad de Extremadura (UEx) a idear un sello de calidad, que certifique las auténticas migas extremeñas.

«Aquí puede parecer un plato muy básico, pero el que viene de Barcelona quiere probarlas»

Lo que quieren es crear un protocolo que sirva para garantizar que los restaurantes que lucen el sello de calidad hacen las migas extremeñas, no solo en cuanto a la forma de elaboración tradicional sino también en cuanto al uso de productos de la tierra. Lo que vienen siendo unas migas con denominación de origen.

Este es el proyecto de fin de curso de doce estudiantes de entre 19 y 30 años con discapacidad intelectual y usuarios de diferentes entidades integradas en Plena Inclusión Extremadura. Durante los últimos cuatro meses, se han formado en la Facultad de Educación, en el campus de Badajoz, para aprender eso que se llama emprender.

El próximo martes se graduarán, en el que será el primer acto solemne de la UEx inclusiva, porque la extremeña es una de las 15 universidades españolas de las 84 que existen, que se han sumado a este proyecto de la Fundación ONCE para ofertar formación universitaria con titulaciones propias al colectivo de discapacitados intelectuales.

Ahora tratarán de poner en marcha su idea a través de la constitución de una cooperativa social para cerrar el círculo con su integración en el mercado laboral. Para ello, están ahora mismo inmersos en una ronda de contactos con cocineros extremeños, instituciones públicas y organismos como Alimentos de Extremadura, que han acogido su propuesta con los brazos abiertos.

Una buena idea, poca inversión y nulo riesgo, son los tres pilares en los que se asienta el que puede ser el futuro laboral de estos jóvenes, tras su paso por la Universidad.

El germen de este proyecto es el curso de formación en habilidades para el emprendimiento, que dirige la profesora de la Facultad de Educación, María Rosa Oria. «Hemos trabajado sobre un modelo que permitiera el autoempleo de los chicos. Con un tejido empresarial como el nuestro de pymes, el trabajo por cuenta ajena para estas personas es más difícil, por eso hemos tratado de darles una oportunidad para que pudieran generar su propio empleo», explica.

Con este objetivo, la Universidad no les soltará la mano cuando se gradúen. También les acompañarán, junto con otras entidades como Fundhex (Fundación de hermanos para la igualdad y la inclusión social), hasta que echen a andar ya como empresarios.

Antes de esto le han preparado con una formación a medida. «No es que ellos se hayan adaptado a un programa formativo, ha sido al revés», apunta Oria. Les han enseñado habilidades sociales y laborales, a mejorar su comunicación y a organizar su tiempo, le han hablado de salud laboral y prevención de accidentes en el trabajo, de orientación y de emprendimiento.

Fernando Lallana ha sido uno de sus profesores. Él pertenece a la 'Social Business Factory', una incubadora que impulsa proyectos de emprendedores con discapacidad intelectual y que ya ha arrancado con una experiencia similar en Castilla- La Mancha, a través de la creación de una cooperativa que transforma los posos de café en abono.

Para él, la idea de negocio que ha nacido en Badajoz es «espectacular. Nadie nos ha dicho que estemos locos, al revés, ha suscitado un interés tremendo». «Es superrompedor que personas con discapacidad intelectual sean los que promocionen el principal plato de Extremadura», añade.

La idea del sello de calidad de las migas -que para Oria es una prueba de que «estas personas tienen mucho que aportar a la sociedad»- está orientada principalmente al turismo gastronómico. «Se trata de que el sello, para el que queremos crear un diseño muy potente, sea un reclamo para descubrir a través de las migas toda la gastronomía de la región».

«Aquí -continúa Lallana- os puede parecer que es un plato muy básico pero el que viene de Barcelona quiere probarlas porque las asocia a la cocina extremeña».

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