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¿Qué ha pasado hoy, 13 de abril, en Extremadura?
En primer plano, Ignacio Calatayud, aficionado a la fotografía de naturaleza, con ropa de camuflaje en una sesión fotográfica. :: J. V. ARNELAS

El negocio de los escondites fotográficos en plena naturaleza

En Extremadura hay al menos 15 iniciativas empresariales que ofrecen sesiones en 'hides' a un precio que oscila entre los 50 y los 200 euros diarios Con el turismo ornitológico, proliferan las empresas que ofrecen sesiones en aguardos para captar imágenes de animales

ÁLVARO RUBIO

BADAJOZ.

Domingo, 18 de junio 2017, 08:56

Son las seis y media y está a punto de amanecer. Quedan 30 minutos para que los 'hides' ubicados en el entorno del lago Alqueva abran sus puertas. Estos escondites fotográficos para captar imágenes de animales, distribuidos por los alrededores del término municipal de Villanueva del Fresno, están reservados hoy para unos pocos afortunados. Uno de ellos es Ignacio Calatayud, que se ha desplazado 155 kilómetros desde Badajoz para intentar fotografiar especies de aves salvajes. Él ya lo tiene todo preparado. Trípode, cámara, monopie, filtros y mucha paciencia. Le esperan diez horas seguidas entre cuatro paredes y tras un cristal espía.

Al otro lado, el espectáculo de la naturaleza. Aves carroñeras y rapaces, cernícalos primilla, abejarucos y paseriformes. En ocasiones, hasta águilas imperiales ajenas a lo que sucede a su alrededor. El objetivo es encontrar la foto perfecta y eso cuesta esfuerzo, tiempo y dinero.

En los últimos años, Extremadura se ha consolidado como destino ornitológico y ya es conocida más allá de sus fronteras por ser un espacio perfecto para el avistamiento. Esta región se ha especializado en recibir y dar servicio a un visitante que busca aves y se las quiere llevar a casa en forma de imagen. «Ha habido un notable incremento de solicitudes para conceder permisos para realizar fotografía de naturaleza», apuntan desde la Consejería de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio de la Junta de Extremadura. Detallan que en 2016 concedieron un total de 120 autorizaciones.

Para fotografiar a especies protegidas se necesita un permiso de la Junta; hacerlo sin autorización conlleva multas de 6.000 euros

De ello son muy conscientes los que se dedican a ofertar este tipo de servicios, que han comprobado que, desde hace unos tres años, lo que antes era la afición de unos pocos, ahora se ha convertido en un negocio que atrae a clientes de muchos países de Europa. Tanto es así que hay empresas que se dedican única y exclusivamente al alquiler de 'hides'. «Practico fotografía de naturaleza en aguardos desde 2008 y cada vez hay más empresas de estas características. En los últimos años han nacido muchas y algunas han mejorado sus instalaciones», confiesa Calatayud, que tiene contabilizadas 20 en la región.

Ese dato coincide con el aportado por la Junta de Extremadura, que alude al menos a 15 empresas dedicadas a ofrecer comercialmente la realización de fotografías desde este tipo de escondites. Aseguran que principalmente están orientados a captar imágenes de rapaces, avutardas, sisones, grullas y aves acuáticas, entre otras especies.

«Hay iniciativas empresariales que son netamente extremeñas, otras alquilan las fincas para instalar los 'hides' y algunas que son más grandes incluso tienen escondites fotográficos repartidos por más puntos de la geografía española», añade Ignacio, que en el último año ha realizado 7.750 fotos. Muchas de ellas en 'escondites' de la región que suele visitar unas doce veces al año.

Si pudiera lo haría con más frecuencia. Su trabajo como vigilante de seguridad, en ocasiones, no le permite desarrollar esta afición que también cuesta dinero. El alquiler de un día en este tipo de instalaciones oscila entre los 50 y los 200 euros. El precio depende mucho del ave que se fotografíe. Las especies protegidas como la cigüeña negra o el águila imperial suelen ser las más caras. También depende de la propia infraestructura del 'hide'. Los hay cómodos y otros que no lo son tanto. «En algunos de ellos hay hasta váter, en otros, por ejemplo, hay que mear en botes», detalla Ignacio, quien, ante la creciente demanda, suele reservar con 25 días de antelación. Otra opción es preparar una mochila con todo el equipo fotográfico, la ropa de camuflaje y hacerlo por su cuenta.

Clientes de toda Europa

«Empezamos en 2011 y al principio nos visitaban unas 15 personas al año. Ahora fotografían desde nuestros 'hides' más de 300», confiesa Alfonso Pérez, fotógrafo de naturaleza que gestiona los 'escondites' de la empresa Naturalqueva.

Lo dice justo antes de empezar un tour fotográfico con clientes de Suiza. «La mayoría llegan de países como Alemania y Bélgica. También hemos tenido aficionados de Argentina que han cruzado el charco para realizar un viaje exclusivo centrado en las fotografías de aves en Extremadura», añade.

Los que también vieron este nicho de mercado fueron Antonio Castellano y su hijo Josema. Hasta 2015 dirigían sólo la casa rural La Zafrilla, en La Bazana, cerca de Jerez de los Caballeros. En ese año, decidieron ofrecer algo nuevo y construyeron el observatorio de aves. Ubicado en un entorno adehesado de encinas y alcornoques, árboles frutales y campos de regadío, conforma un hábitat en el que se pueden fotografiar aves, reptiles, anfibios y mamíferos. «Se llegan a captar imágenes de hasta 15 especies en una jornada», detallan.

Algo similar le sucedió a María del Pilar Jorrillo. Junto a su marido puso en marcha hace tres años un 'hide' en la zona de Monfragüe. Concretamente en Torrejón el Rubio, donde también gestionan una casa rural. «Nos hemos dedicado siempre al turismo de naturaleza. Aquí no se puede vivir de otra cosa», explica Jorrillo, quien detalla que «durante la primavera es cuando más gente usa su escondite fotográfico». También destaca que no todo son ganancias. «Los animales necesitan comida durante el año para que se acerquen al lugar en el que se les fotografía y eso cuesta dinero. Además, para el proyecto son necesarios muchos permisos».

Este tipo de actividad está sometida a autorización de la Junta cuando afecta a especies protegidas de fauna y flora, sobre todo en el período reproductor en las proximidades de los territorios de nidificación, colonias, zonas de concentración o lugares especialmente sensibles. «En el caso de las instalaciones fijas es necesaria una autorización especial en la que, además de la afección a las especies, se valoran aspectos como su ubicación, su integración en el paisaje y su frecuencia de uso», explican desde la Junta.

Las solicitudes deben dirigirse a la Dirección General de Medio Ambiente indicando los datos personales y una descripción detallada del tipo de actividad fotográfica que se pretende realizar. Hacerlo sin autorización conlleva sanciones que oscilan entre los 60 y 6.000 euros. No obstante, desde la Junta aseveran que «dependiendo de las consecuencias que pudiesen derivarse de los hechos, podría ascender su cuantía».

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