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Las altas temperaturas no cesan en Extremadura y eso se está notando en las llamadas al 112. Lo sabe bien Antonio Nacarino Jiménez, que ... lleva 25 años trabajando como médico de emergencias sanitarias en esta comunidad autónoma.
«No paramos de recibir llamadas. Estamos viendo un incremento considerable de la patología por calor, fundamentalmente el agotamiento, que es un paso antes hacia otras situaciones más graves como puede ser el conocido golpe de calor», asegura este facultativo que trabaja en la unidad que el 112 tiene en el área de salud de Don Benito-Villanueva de la Serena.
«Ahora mismo, desde el inicio de la ola por altas temperaturas, el agotamiento o síncope por calor es lo que más estamos viendo», añade Nacarino, que incluso reconoce que es una de las olas en la que recuerda más llamadas.
Dice que lo cumple todo para ser una auténtica bomba de relojería. «No es lo mismo una ola de calor en pleno agosto que una a mediados de junio. En este caso es la más temprana de la historia y además es la primera del verano, que siempre es la peor. Ahora el cuerpo no está lo suficientemente aclimatado y eso se nota», apunta Nacarino.
Ante esta situación, con temperaturas que durante tres días seguidos ya superan los 40 grados, hace un llamamiento a la prevención. «Cuando alguien tenga náuseas, debilidad, cefalea, calambres o malestar generalizado debe llamar a los servicios de emergencia», indica Nacarino, que diferencia entre síncope por calor y golpe de calor.
El primero surge de forma súbita, sin esperarse y tras situaciones de intenso calor y prolongado. Puede producir pérdida de conciencia y se suele solventar estando en un lugar fresco y bien ventilado junto con la hidratación. «En este caso el organismo todavía es capaz de solucionar la situación, pero en el golpe el paciente ya no puede sudar y eso puede llegar a ser mortal», apunta Nacarino.
Entre los más vulnerables explica que están quienes trabajan en la calle como albañiles, personal de la limpieza o repartidores, entre otros, así como los bebés, con un sistema de termorregulación menos desarrollado, las embarazadas y las personas con enfermedades crónicas.
«La patologías por calor sobre todo se están dando en personas mayores de 60 años o en quienes tienen enfermedades crónicas, como las respiratorias, cardiovasculares renales o diabetes».
Nacarino añade que las olas de calor también son muy peligrosas para personas con enfermedades mentales y pacientes psiquiátricos. «En ellos los niveles de termorregulación disminuyen y muchos más si toman psicotropos, fármacos utilizados para tratar lo trastornos psiquiátrico», explica el doctor.
Asimismo, apunta que también hay que estar muy vigilante con las personas que viven solas y no sienten la necesidad de estar bebiendo agua continuamente.
Otro colectivo de riesgo son los deportistas que hacen ejercicio en horas de calor extremo. «El organismo, igual que está sudando y regulando la temperatura, en cualquier momento puede dejar de hacerlo y sufrir un golpe de calor que le puede costar la vida», asegura Nacarino.
Quienes sufren por el calor en estos días no solo acuden a los sanitarios que trabajan a pie de calle, es decir, los extrahospitalarios, sino que «la incidencia también se está notando en las urgencias de los hospitales, que estos días también reciben a este tipo de pacientes», afirma este doctor que, además, es presidente en Extremadura de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes).
Desde hace décadas, esta entidad lleva reivindicando al Ministerio de Sanidad una especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias que supondría, según explican, una mayor formación de los profesionales y una mejor atención a los ciudadanos.
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