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Maribel Cáceres, en un momento de la entrevista. :: brígido
Maribel Cáceres, una vida superando barreras

Maribel Cáceres, una vida superando barreras

Maribel Cáceres | Formadora de Plena Inclusión Extremadura

Lunes, 21 de mayo 2018, 07:50

Tiene 33 años, pero ejercerá su derecho al voto por primera vez en las elecciones autonómicas que están previstas para mayo de 2019. No tiene prisa porque llegue ese momento, aunque habla de él con ilusión.

Maribel Cáceres (Talavera la Real, 1985) fue incapacitada por un juez con 18 años. El motivo, su discapacidad intelectual. «Un médico le dijo a mis padres que lo mejor era que me incapacitaran. Ellos no sabían en qué consistía exactamente y el abogado que lo gestionó no les explicó que había otras maneras de protegerme sin tener que quitarme tantos derechos», explica.

Ahora, tras un largo proceso en el que ha tenido que acreditar sus capacidades, ha vuelto a recuperar algunos de los derechos que le fueron retirados hace casi 15 años. Para hacerlo ha sido evaluada por un tribunal médico, ya que existen diversos grados de discapacidad.

«Si la sociedad conociera a las personas con discapacidad intelecutal no existirían los prejuicios»

Depositar su voto en la urna será para Cáceres la consecución de un nuevo hito dentro de un proceso de desarrollo personal en el que hay muchos puntos destacados. Porque desde que comenzó a trabajar para Plena Inclusión Extremadura, en 2015, ha experimentado numerosos cambios en su vida. Ella se define como una joven tímida, pero ejerce como formadora y da charlas ante auditorios de centenares de personas; nunca había montado en avión y su primer vuelo fue para representar a España y Extremadura en el cuarto Parlamento Europeo de Personas con Discapacidad, que se celebró en Bruselas en diciembre de 2017; reconoce que le daba vergüenza expresar sus opiniones y es una de las integrantes del grupo Gadir. «Está formado por siete personas y da apoyo a la dirección de Plena Inclusión España», detalla.

No hay trucos. Detrás de todos estos logros hay mucho trabajo y un denodado afán de superación para dejar atrás los miedos y malas experiencias acumuladas. Una de ellas fue su formación académica, ya que no ha obtenido el título de Educación Secundaria y solo tiene aprobado hasta el segundo curso. En su primer intento, en el instituto San Fernando de Badajoz, dejó los estudios en tercero. «Era muy complicado para mí y no tenía apoyos», indica en referencia a la inexistencia de libros en lectura fácil y a la imposibilidad de los docentes de adaptarse a sus tiempos. «Levantaba mucho la mano, porque no me enteraba. Mis compañeros se reían y dejé de hacerlo», comenta. Con el paso de los años, lo intentó en Educación Para Adultos, pero las cosas no fueron muy diferentes. «El temario no estaba adaptado», recuerda.

Sin embargo, cuando comenzó a formarse en Plena Inclusión Extremadura vislumbró su futuro profesional y ahora imparte los conocimientos adquiridos en materia de sensibilización sobre la discapacidad intelectual, pero también de temas como sexualidad, empleo y riesgos laborales o envejecimiento en distintos foros.

Además, se ha formado en derecho de las personas con discapacidad, en acceso a la justicia para personas con discapacidad, en liderazgo y en lectura fácil y accesibilidad, por lo que actúa como validadora de textos y de entornos y servicios.

Dedica mucho tiempo a preparar las intervenciones y solo se oferta la formación cuando tiene perfectamente trabajada la exposición. En este proceso, Cáceres ensaya con la persona que la acompaña en las sesiones. «La charla de 'El valor de la diferencia', que es la de sensibilización a los colegios e institutos, me ha cambiado la vida», asegura.

De una forma similar preparó su intervención en el Parlamento Europeo y, pese a que no pudo poner en práctica lo ensayado -«los políticos se enrollaron mucho», bromea-, dice que la experiencia fue increíble. Finalmente fue otra persona la que habló acerca de los temas que ella tenía previstos.

Accesibilidad

Cáceres se considera una mujer reivindicativa y cuando se enteró de la existencia del grupo Gadir no tardó un minuto en decidir que quería formar parte del mismo. Tras unas elecciones, para las que tuvo que enviar su currículo profesional, un vídeo y una carta de presentación, fue elegida para el cargo en octubre del año pasado.

Las reuniones en las que realizan propuestas a la dirección de Plena Inclusión se celebran en Madrid. Hasta allí se desplaza Cáceres, primero en autobús y luego en metro. «Voy sola, la primera vez engañé a mi familia y les dije que iba acompañada», sonríe. «No fue sencillo para mí, nada está adaptado, pero llevaba bien mirado todo el recorrido y no tuve problemas», apunta.

Un paso más en su autonomía y otra muestra de la necesidad que tiene la sociedad de avanzar en la accesibilidad y la igualdad de oportunidades. Con su participación en las elecciones locales y autonómicas sentirá que esa igualdad está cada vez más cerca. Como ella, la recuperación del derecho al voto es algo que esperan unas 3.000 personas en nuestra región, que llegan a las 100.000 en todo el país, según estiman las entidades sociales. En este sentido, numerosas asociaciones del ámbito de la discapacidad intelectual o del desarrollo entienden que hay determinados derechos que se deberían recuperar.

En este sentido, considera que son los prejuicios los que dificultan los avances. «Si la sociedad conociera a las personas con discapacidad intelectual, en lugar de etiquetarnos y decirnos que no podemos ser madres o tener un empleo la opinión cambiaría», añade. Esa es la principal razón de Cáceres para hablar sobre su experiencia personal y profesional. La visibilidad. «Lo que yo te estoy contando, te lo podría contar cualquier otra persona, pero tenemos que ser las propias personas con discapacidad las que alcemos la voz», apostilla.

Desde luego, ella no tiene ninguna intención de dejar de hacerlo. «Me gusta defender los derechos de mis compañeros, sobre todo de los que no pueden», declara. La elección de los miembros del grupo Gadir se realiza cada cuatro años, pero los miembros pueden decidir mantener su puesto sin necesidad de elecciones y Cáceres tiene claro que seguirá.

Entrevista adaptada a la lectura fácil

Maribel Cáceres tiene 33 años

pero votará por primera vez en las elecciones autonómicas

de mayo de 2019.

Maribel no tiene prisa por votar

pero tiene muchas ganas de poder hacerlo.

Muchas personas con discapacidad intelectual en España

están incapacitadas

y no pueden votar.

Maribel Cáceres

nació en Talavera la Real en 1985

y fue incapacitada por un juez.

El motivo fue su discapacidad intelectual.

Maribel ahora puede votar

porque el juez le ha dado la autorización.

«Un médico le dijo a mis padres

que lo mejor era que me incapacitaran.

Ellos no sabían qué era

y su abogado no les explicó bien las cosas».

Votar es para Maribel algo muy importante.

Es un reto más

que ha superado en los últimos años.

En 2015 empezó a trabajar en Plena Inclusión Extremadura.

Desde entonces Maribel ha tenido muchos cambios en su vida.

Maribel se veía como una joven tímida

pero ahora es formadora

y da charlas a muchas personas.

Desde octubre de 2017

forma parte del Grupo de Apoyo a la Dirección de Plena inclusión España, GADIR.

En diciembre de 2017 Maribel montó en avión por primera vez

para viajar a Bruselas

y participar en el cuarto Parlamento Europeo de Personas con Discapacidad.

Para conseguir estas cosas

Maribel dice que no hay trucos

solo hay mucho trabajo

y afán de superación.

Maribel recuerda

que su experiencia en el instituto no fue buena.

Plena Inclusión Extremadura le ha dado la oportunidad de aprender

y trabajar.

Maribel se ha formado en derechos

Lectura fácil y accesibiildad.

Maribel ahora imparte charlas de sensibilización sobre la discapacidad intelectual

empleo

riesgos laborales

y envejecimiento.

Maribel explica

que la Accesibilidad cognitiva facilita la igualdad de oportunidades.

«Se ha avanzado mucho

pero hace falta que los edificios estén adaptados

y que las personas

que atienden al público en la administración

sepan cómo explicar las cosas a las personas con discapacidad», señala.

«Si la sociedad conociera a las personas con discapacidad intelectual

en lugar de etiquetarnos

y decirnos que no podemos ser madres

o tener un empleo la opinión cambiaría», añade.

Por eso Maribel Cáceres quiere contar su experiencia

«Lo que yo te estoy contando

te lo podría contar cualquier otra persona

pero tenemos que ser las propias personas con discapacidad las que alcemos la voz», dice.

Maribel no tiene ninguna intención de dejar de hacerlo.

«Me gusta defender los derechos de mis compañeros

sobre todo de los que no pueden» declara.

La elección de los miembros del grupo GADIR se hace cada cuatro años.

Los miembros pueden mantener su puesto

y Maribel tiene claro que seguirá.

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