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Dos hombres esperan a ser evacuados en la zona oriental de Alepo tras la derrota de las fuerzas combatientes contra el régimen de Damasco. :: KARAM AL-MASRI / AFP
Acaba la batalla de Alepo, sigue la guerra

Acaba la batalla de Alepo, sigue la guerra

Insultos antioccidentales acompañan el inicio de la evacuación en los barrios opositores

MIKEL AYESTARAN

Viernes, 16 de diciembre 2016, 18:38

La esperanza se hizo realidad en Alepo y el proceso de evacuación de los barrios orientales ya está en marcha. Decenas de habitantes de Saladino, uno de los dos últimos bastiones opositores, esperaban en el vecino Ramusa la salida de los autobuses para poder entrar y ver sus casas. «Es un día de fiesta para toda Siria. Mataron a mis dos hijos, tengo ocho nietos huérfanos a quienes tengo que cuidar. son perros y deben salir», eran las palabras crudas de Husein Mehid, que acusaba «a Europa y los países del Golfo de enviarnos a estos terroristas».

El grito antioccidental, antiturco y anti países del Golfo era unánime; solo Rusia e Irán tienen el favor de esta parte de la población que celebraba la victoria del Ejército en Alepo contra la oposición armada al régimen. El escenario elegido para la evacuación es apocalíptico, con edificios carcomidos por las balas, otros semi hundidos por los bombardeos y familias metidas en ellos asomadas a los balcones que parecían ir a derrumbarse de un momento a otro. Nadie se quería perder lo que el presidente Bashar el-Asad calificó de «victoria histórica» que «cambiará la situación mundial y regional», según un mensaje de vídeo colgado en su cuenta de Twitter.

El Ejército y la Policía acordonaban la zona por la que salían los autobuses de línea de color verde y ambulancias y en la que también había presencia rusa. La salida de los primeros veinte autobuses fue acompañada de insultos y disparos al aire de alegría. En su interior, 1.150 personas, enfermos y heridos acompañados por sus familiares. En los próximos días continuará una operación que ha sido posible gracias al acuerdo entre Rusia, Turquía, Siria, oposición e Irán. La voz de los iraníes fue una de las claves para que la evacuación se retrasara 24 horas, la república islámica puso sobre la mesa la evacuación simultánea de enfermos y heridos de Fua y Kefraya como condición para terminar la ofensiva en Alepo y lo logró. Estas dos localidades chiíes de la provincia de Idlib llevan años cercadas por los opositores sirios e Irán ha logrado que 4.000 enfermos y heridos puedan superar el cerco en los próximos días. «Irán nunca abandona a los suyos y por eso luego la gente pelea a muerte por ellos», comentaba un funcionario del Gobierno sirio al conocer el inicio de la evacuación simultánea en Alepo, Fua y Kefraya.

«Yo no quiero que se marchen así, exijo justicia y que paguen por lo que han hecho. ¡Justicia y venganza, que paguen por la muerte de mi hijo!», gritaba Abdul Based Habash sin poder contener la ira. También esperaba el final de la evacuación para volver a su casa, pero deberá tener paciencia porque la operación durará varios días ya que «hay unas 50.000 personas», según revelaron fuentes turcas a la agencia Reuters.

Supervisión rusa

Después de apoyar durante años a los opositores para mantener su lucha armada en Alepo, el presidente turco Erdogan cambió de estrategia en verano para centrarse en proteger su frontera de los kurdos y del Estado Islámico (EI) y esto supuso el principio del fin del sueño opositor de establecer una capital alternativa a Damasco en la segunda ciudad del país.

Erdogan trató de asumir protagonismo en la evacuación y, en una comparecencia en directo en la cadena NTV, reveló que mantuvo al corriente de todo a su homólogo estadounidense, Barack Obama, y al presidente ruso, Vladímir Putin, que es quien de verdad tiene el poder sobre el terreno. Los turcos se plantean ahora levantar un nuevo campo en su territorio para acoger a los desplazados tras la derrota opositora. Rusia es quien ejerce el papel de potencia en la zona, tanto en la guerra como en esta evacuación en la que se ha erigido en país supervisor.

El asesor humanitario de la ONU para Siria, Jan Egeland, señaló que los rusos detallaron al organismo internacional «cómo se realizará la evacuación y han confirmado que la supervisarán y que es una evacuación rápida, sin burocracia y no intrusiva y los evacuados no sufrirán ningún daño». Egeland informó de que la ONU fue «invitada» por Moscú a «asistir a las operaciones de evacuación» y aseguró que los rusos «harán una pausa» en los bombardeos sobre Idlib durante la llegada de los miles de desplazados de Alepo.

Hamzi caminaba con su padre ajeno al tumulto formado por los periodistas y vecinos que esperaban el paso de los autobuses. No ha abandonado Saladino en todos estos años. La guerra en Alepo ha sido calle por calle y en el caso de Saladino la mitad del barrio quedó en manos del Gobierno y la otra mitad de los opositores. «Ya es suficiente, solo quiero que regrese la gente a sus casas y vuelva la vida, yo quiero ver de nuevo vida en estas calles», confesaba con rostro cansado mientras pasaba con cuidado entre los escombros de una de las barricadas levantada para evitar a los francotiradores.

Los que quieran quedarse deberán entregarse a las autoridades primero para regularizar su situación, también el canal Al Mayadeen aseguró que algunos autobuses especiales enviados desde Turquía sacarán a los combatientes extranjeros. Los vehículos salen por la misma carretera que emplearon los grupos armados para romper en septiembre el cerco impuesto por el Ejército formando una gran caravana que medios como la agencia rusa Sputnik calificaron de «la caravana de la vergüenza y de la infamia». Los medios oficiales sirios celebraron la victoria militar sobre unos opositores «derrotados y humillados». La batalla por Alepo termina después de cuatro años y el precio pagado es enorme, pero la guerra en Siria continúa.

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