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M. Ángeles Morcillo
Lunes, 12 de diciembre 2016, 08:04
Mucho se está hablando del silo de cereal de Mérida en las últimas semanas. Y por doble motivo. Por un lado, porque el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), dependiente del Ministerio de Agricultura, lo va a sacar a subasta el próximo 23 de enero por 1.029.449 euros. Por otro, porque el alcalde, Antonio Rodríguez Osuna, recordó hace pocos días que se ha hecho una solicitud a la Junta de Extremadura para que lo declare bien de interés cultural (BIC). Lo último no impide lo primero. Es decir, que aunque se declare un BIC se podría poner a la venta, como otros tantos BICs que hay en la región.
Así lo confirma a este diario fuentes de la Secretaría General de Cultura, quien añade que «en este momento, los servicios técnicos de la Dirección General de Bibliotecas, Museos y Patrimonio Cultural, dependiente de la Secretaría General de Cultura de la Junta, están elaborando los informes precisos para proceder a la incoación del expediente». Es decir, están en el inicio del procedimiento para poder declarar este edificio como tal.
Recuerdan desde la Junta que el Ayuntamiento ha solicitado la incoación de este expediente y que ha añadido a su solicitud el informe elaborado por los cronistas oficiales de Mérida como son José Luis Mosquera, Fernando Delgado y José María Álvarez. «En él ponen de manifiesto que el citado inmueble reúne valores suficientes para alcanzar su reconocimiento como Bien de Interés Cultural».
Al silo de Mérida le sobran valores por los que ser reconocido como un BIC. En 1937 se instituye el Servicio Nacional del Trigo que será el encargado de promover la construcción del silo de Mérida dentro de la Red Nacional de Silos, que se crea en 1944 y de la que forma parte la provincia de Badajoz como una de las más importantes por su producción de cereales tras la de Valladolid, y junto a las de Zaragoza, Toledo, Burgos, Sevilla o Córdoba.
El silo de Mérida, de gran tamaño y capacidad, capaz de contener 10.500 toneladas de grano, fue diseñado, como los silos de Alcalá de Henares, Córdoba o Málaga, como un silo de tránsito. Estos silos fueron diseñados, tras la convocatoria de un concurso, en 1941, entre ingenieros y arquitectos de prestigio. Estos edificios fueron concluidos en torno a 1950. El silo de Mérida entra en funcionamiento en 1951. Los silos de tránsito fueron fundamentales dentro de la red puesto que se situaban en importantes nudos ferroviarios que unían las zonas productoras.
En la planta sótano todavía se puede admirar alguna maquinaria de la época que servía para lo que estaba destinado este edificio, para almacenar cereal. En la zona más alta de las instalaciones se pueden contemplar unas bonitas vistas tanto del Circo Romano como del Acueducto de San Lázaro. En la parte baja del silo existe una especie de apartadero, ya que estas instalaciones están muy cerca de la vía por donde pasa el tren y de la estación de Mérida.
Tres etapas
En relación a esta cuestión y, para poder ponderar la importancia del silo de Mérida, hay que tener en cuenta que, en la política emprendida por la Red Nacional de Silos, es posible definir tres etapas: una primera, que coincide con la creación de la Red, durante la que se promueve la construcción de los silos de tránsito y reserva; una segunda, unos diez años más tarde, con silos de menor tamaño, destinados a la recepción de grano, con una mayor dispersión por el territorio y proyectados en serie; y, por último, una tercera etapa, a partir de los años 70, caracterizada por la edificación de silos meramente funcionales, desprovistos de todo adorno.
Desde el punto de vista técnico, los silos de tránsito contaron con modernos sistemas de señalización, control a distancia, manipulación y selección de semillas.
Desde el punto de vista arquitectónico, el silo de Mérida es una muestra interesante de arquitectura industrial dotada de cierto monumentalismo, pues se utilizan recursos arquitectónicos para dignificar el edificio.
Otra cuestión que hay que tener en cuenta es que, de los cuatro silos de transición que hubo, uno de ellos ha desaparecido, el que se alzaba en el puerto de Málaga, y de los otros dos, uno, el de Córdoba ha sido declarado BIC por la Junta de Andalucía en 2015. Se espera que el silo de Mérida corra la misma suerte que este y que no le pase como a la Iglesia Nuestra Señora de los Ángeles de Acebo (Cáceres) 38 años después no se ha cerrado el expediente para convertirla en BIC.
En abril del pasado año, los Eméritos del Patrimonio del Consorcio escogieron este lugar para realizar visitas guiadas. Tuvieron mucho éxito, ya que fueron muchos los que quisieron conocer por dentro un edificio que siempre habían visto desde fuera.
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