Maite Cajaraville se sumerje en la crítica social con 'La nadadora'

A través de la imagen de una nadadora acrobática que evoluciona bajo el agua en una piscina y acaba inerte en el fondo, Maite Cajaraville nos ofrece una alegoría social cargada de crítica sobre los afanes humanos, la competitividad, la alienación, la inmersión en el mundo personal ajeno a todo lo que nos rodea. 'La Nadadora' ha sido realizado por la creadora extremeña por encargo del Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo, enmarcándose en las acciones del ciclo 'Post-local projets' con el que se trata de promocionar con producciones específica a los jóvenes artistas.

El proyecto que anoche fue presentado se exhibirá hasta el próximo 19 de marzo en el Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo desde el comisariado de Fernando Castro Florez.

La realización de Maite Cajaraville (1967, Llerena, Badajoz) muestra como pieza fundamental una proyección múltiple sobre tres planos de una sala cerrada de la nadadora de élite. Los sinuosos ejercicios acrobáticos que realiza bajo el agua se ven de pronto alterado por pequeños fallos imperceptibles que van acentuándose hasta provocar el suicidio de la nadadora.

Como explicó Castro Florez, la autora compone en una alegoría social, nombrando, de forma cifrada, la competitividad, la alienación y la fragmentación del individuo que acarrea, final y dramáticamente, el desorden mental o incluso la muerte.

Una secuencia empleada como alegoría de las relaciones de poder, sus estructuras y mecanismos invisibles que nos seducen y persuaden, condicionando nuestras aspiraciones y anhelos personales. Es una metáfora sobre la búsqueda de la perfección de la sociedad actual y los desajustes que provoca. Maite Cajaraville se interesa por los estados internos del individuo y la nadadora es nuestra guía dentro de estos estados interiores.