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TEXTO: PURI LUCENA
Lunes, 24 de julio 2006, 02:00
CON el calor, lo mejor es hidratarse por dentro y por fuera. No sólo un buen chapuzón ayuda a combatir las altas temperaturas; durante el verano no hay que olvidarse de beber líquidos. Y tal vez sea porque las campañas de sensibilización ante la falta de agua resultan más efectivas de lo que se piensa, pero el hecho es que cada día aumenta el consumo de bebidas refrescantes. Cada vez son menos las familias españolas que a la hora de la comida llevan hasta la mesa una jarra de agua. En lugar de ello, refrescos de cola, de limón o naranja, entre otros, empiezan a ocupar un lugar preferente no sólo en las mesas, sino en cualquier momento en que ataque la sed.
Los refrescos nacieron hace 200 años en los laboratorios farmacéuticos. En principio eran fórmulas para aliviar dolores de cabeza o estómago -de ahí el uso que aún hoy se da en ciertas ocasiones a la tónica-. Incluso se distribuían gratuitamente en algunos hospitales. Pero gracias a su agradable sabor, pronto la popularidad de estas bebidas creció y a partir de 1830, sale del ámbito médico hacia el de los momentos de ocio. La II Guerra Mundial supuso el impulso definitivo, ya que en ambos bandos se distribuían refrescos para elevar la moral de las tropas.
Aumento del consumo
En los últimos años, el consumo de refrescos en nuestro país se ha disparado y aunque se consumen principalmente fuera de casa, pocos son los hogares que no guardan en su frigorífico alguno de estos productos. De hecho, según datos de un estudio elaborado por la Asociación Nacional de Fabricantes de Bebidas Refrescantes (Anfabra), España es actualmente el tercer productor europeo de estos productos, en una lista que encabezan Alemania y Reino Unido. El mismo estudio indica que el 73% de los españoles prefieren consumir estas bebidas durante el fin de semana.
Sin embargo, los especialistas en nutrición no dejan de recordar que para hidratarse lo mejor es el agua y que el hecho de beber refrescos o incluso zumos no justifica que se dejen de consumir los dos litros diarios de agua que necesita el organismo. «El mejor refresco es el agua del grifo y si hace calor, que esté fresca», señala el jefe de Nutrición y Endocrinología del Hospital Carlos Haya de Málaga, Federico Soriguer. «Aunque puedan cubrir las mismas necesidades porque también tienen agua, su consumo no se debe sustituir nunca por el de refrescos», continúa.
Pese a muchas creencias, las burbujas no son tan perjudiciales como las pintan. «El gas es irrelevante entre el resto de los aditivos de los refrescos», sentencia Soriguer. Y es que, según el especialista, el gas sólo sienta mal a aquellas personas con problemas para realizar la digestión. Con el calor, hay que extremar las precauciones. Niños y personas mayores se convierten en grupos de riesgo y los especialistas recomiendan beber líquidos, aunque no se tenga sed. Y es que, sin realizar ninguna actividad física, el cuerpo pierde alrededor de dos litros de líquido, que el organismo necesita recuperar para no deshidratarse.
Precisamente, la sensación de sed aparece cuando ya ha comenzado este proceso de pérdida excesiva de líquidos. Con los más pequeños, además, hay que tener especial cuidado en cuanto al consumo de refrescos, precisamente debido a su alto aporte calórico. La obesidad infantil es una dolencia cada vez más frecuente en España y los hábitos alimentarios son fundamentales para su prevención y tratamiento. Para ellos, lo mejor es optar por refrescos sin azúcar y sin cafeína.
La cola manda
Entre los refrescos, no cabe duda quien es el rey. Los refrescos de cola encabezan las listas, aunque cada vez aparecen nuevos sabores, creados a la sombra del incremento del consumo. Pero es que a su vez, los fabricantes han demostrado que se bebe más cuanto mayor sea la diversidad de sabores.
El verano es la época perfecta para nuevos lanzamientos y eso no lo pasan por alto las empresas productoras, que aprovechan la temporada estival para promocionar refrescos que recuerdan, sobre todo, al trópico y las playas: plátano, maracuyá, piña... Según el estudio realizado por Anfabra, el número de sabores ha aumentado un 48 por ciento en los últimos cinco años.
Tras los refrescos de cola, los preferidos en España son los de naranja, limón, la gaseosa, los de lima-limón, el té y la tónica -el preferido entre los mayores de 40 años-, seguidos por los de frutas, entre los que destacan sabores clásicos como el melocotón y la piña frente a otros más exóticos. Red de medida de la radiación solar ultravioleta en Extremadura PLASENCIA 9.0 CÁCERES 8.0 ORELLANA BADAJOZ 9.0 9.0 PREVISIÓN PARA HOY:
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