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Quince actores son los encargados de llevar hoy a escena La Ilíada de Homero en su lengua natural

MARTA PÉREZ GUILLÉN

Viernes, 18 de julio 2014, 08:05

Del amor que enloquece y el desamor que apasiona. De la danza que susurra y la ópera que versa, a la palabra al más puro estilo clásico que rompe con violencia la serenidad que se respiraba hasta ahora en el Teatro Romano. Con fuerza y bravío, quince actores son los encargados de dar forma al texto clásico de Homero, La Ilíada, «como nunca hasta ahora se había hecho», según explica Jesús Cimarro, director del Festival Internacional de Teatro Clásico, durante la presentación de la obra.

Una Ilíada que por primera vez se lleva a escena basándose en la obra al completo del poeta griego. Los 24 cantos se vislumbran en una representación con tintes contemporáneos que saben a la Grecia de entonces y recuerdan la de ahora. Así lo explica el director del espectáculo, Stathis Livathinos, quien además reconoce que se trata de una apuesta más que arriesgada. «Cuando te planteas trabajar una Electra, tienes la seguridad de que va a funcionar».

Livathinos recalca que presenta un espectáculo en continuo desarrollo, con carácter diacrónico, en el que llevan trabajando más de diez meses. «No existe un modelo previo que nos pueda servir de guía, de ahí la dificultad que supone la obra», indica el director, quien además define el texto clásico como la Biblia de la existencia humana antes de la propia Biblia. «Hay una filosofía sencilla que se extrae de Homero, de cómo vivimos y cómo morimos».

La obra se centra en esos 53 días que duró la guerra de Troya. Tan solo cuatro de ellos describen batallas. El resto no es más que desmontar a los personajes del modo más radical. Los vencedores serán vencidos, los vencidos, vencedores. Los valientes cobardes, y los cobardes valientes. «Homero es un contemporáneo y revolucionario de la época, no sólo un abuelo que cuenta lo que ve», explica el director.

El trasfondo, según Livathinos, no es otro que responder a una cuestión más que universal, cuál es el sentido de nuestra existencia. «Para llegar a ello muestra una guerra inútil, sin sentido, donde Homero no deja títere con cabeza».

Para el director de la obra, el poeta griego siembra con sus textos la semilla del drama y la tragedia, que servirá de base siglos después. «Su poesía tiene mucho de teatro, está llena de imágenes, en su contenido y en su continente», recalca.

Los protagonistas

De nuevo Agamenón, Héctor y Paris se ven las caras en el escenario del Teatro Romano. Violencia, dinamismo y, sobre todo, acción. Eso promete esta Ilíada, y los protagonistas que darán vida a la guerra de todas las guerras.

Quince actores, de los cuales cada uno se mete en la piel de más de un personaje. Es el caso de Dimitris Imellos, que encarna al dios Efesto, y al mismo tiempo al mortal Agamenón. El actor reconoce sentirse como en casa en la capital autonómica. Para Imellos, la historia que traen al escenario romano nació para ser contada, y es precisamente en el teatro donde puede suceder. «Nos sentimos como los invitados que vamos a casa de un tercero para contar la historia, y que de esta forma su mensaje nunca desaparezca», explica.

María Savvidou encarna a Hécuba y también al hado, esa divinidad que marca el destino de los personajes y que liga la historia. La actriz recalca la belleza y la magia que desprende el escenario del Teatro Romano. «Hemos sentido no sólo el calor del clima, sino también del recibimiento y vamos a darlo todo en este escenario, con este carácter que nos conmueve».

La actriz que da vida a Atenea, Argyro Ananiadou, quiso destacar que la suya no es una compañía estatal que reciba subvenciones del Estado.

En cuanto a la escenografía, poco ha querido desvelar la organización, aunque algo sí el director. «Cuando llegué al primer ensayo, lo primero que pensé es que había caído una bomba», adelanta Livathinos. Sobre el escenario se dejarán ver diferentes elementos, como la utilización de 400 neumáticos y barricadas para los dos bandos. También un lago, que juega un papel importante en el desarrollo de la historia que los espectadores descubrirán esta noche.

La Ilíada se transmitía de boca en boca a través de los rapsodas, de ahí que la música sea otro pilar fundamental del montaje. «Contamos con música en vivo de la mano de Lambros Pigounis», indica el director.

La intención de Livathinos no es cambiar la sociedad ni que el espectador salga con una moraleja. «El hombre seguirá siendo hombre, lo que yo busco es hablar y llegar al alma de cada persona».

Habrá que esperar a esta noche, cuando el sol decaiga, el calor amaine, y el público ansioso se ubique en sus asientos. Habrá que esperar de nuevo a esta noche para que la magia del teatro inunde el recinto, y traslade a los asistentes a la guerra de todas las guerras, a la gran guerra de Troya.

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