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TRIBUNA EXTREMEÑA

La discapacidad y la sociedad de la información

ANTONIO MATAMOROS

Lunes, 21 de agosto 2006, 02:47

SEGÚN la Organización Mundial de la Salud, actualmente existen 400 millones de personas con enfermedad mental en todo el mundo. En España y por ende Extremadura se calcula, que el 25% de la población padecerá a lo largo de su vida, un trastorno mental.

El Estudio de la Universidad Complutense y Caja Madrid, 'Estigma y enfermedad mental', editado en este año 2006, señala que el principal ámbito de discriminación para las personas con enfermedad mental es el laboral, ya que sólo el 5% de estos ciudadanos tienen un empleo regular. Las personas con enfermedad mental sufrimos así, además de la discapacidad y dificultades de integración derivadas de la propia enfermedad, las consecuencias del prejuicio social que existe hacia las enfermedades mentales y quienes la padecen, lo que lleva a incrementar entre nuestro colectivo, la soledad y la desesperanza. Este prejuicio determina y agrava, en muchos casos, las dificultades de integración social y laboral que padecemos las personas con enfermedad mental, en áreas de derechos fundamentales como el alojamiento, o el acceso normalizado a la formación y el empleo.

Así, el 44% de las personas con enfermedad mental encuestadas, afirma haber tenido experiencias de discriminación en el área laboral, el 43% en relaciones con amigos y el 32% con sus vecinos. También el 37% de los personas con enfermedad mental, manifiesta haber tenido experiencias de discriminación, dentro de su propia familia.

Para nuestro colectivo, la vida no es fácil por el hecho de padecer una enfermedad mental, hecho que aún provoca, una serie de reacciones sociales negativas para nuestro bienestar, adaptación y participación social. La enfermedad mental, al igual que otras circunstancias como el sexo, el lugar de nacimiento, la raza u orientación sexual (baste recordar que la homosexualidad era catalogada hasta hace bien poco, como una enfermedad mental) conlleva un duro proceso de estigmatización y discriminación, resultante de la infracción, aún hoy día, de los derechos humanos más básicos y otros principios; como la igualdad de trato, de oportunidades y de no discriminación, establecidos en sucesivas leyes orgánicas.

El colectivo de personas con enfermedad mental es el grupo de personas con discapacidad más sobreprotegido, sobre todo en el entorno familiar y quizá, con mayores problemas de inserción laboral. En Extremadura, pese a no tener datos actualizados, existen más de 5.000 personas con discapacidad por enfermedad mental. Asimismo, éstas personas con discapacidad, tienen menos posibilidades laborales que las personas con discapacidad física o sensorial, según el Informe CES 'Inserción Laboral de las personas con discapacidad en Extremadura' de 2006.

En Extremadura, a pesar de que tan sólo un 5% de la población con enfermedad mental tiene un empleo estable, es la primera vez que se realiza un Taller de inserción laboral en nuevas tecnologías para personas con discapacidad, específicamente dirigido a personas con enfermedad mental. AEMIS (Asociación de Enfermos Mentales para la Integración Social), inició el Martes 1 de Agosto, un Taller de Inserción Laboral en Nuevas Tecnologías de la Información (TIC,s) para personas con enfermedad mental, con el objetivo de conseguir que este colectivo se sienta protagonista activo de su propia vida, fomentando su capacidad para acceder a pautas de vida, comunes y generalizadas.

Las nuevas tecnologías actuales, facilitan el acceso a numerosas fuentes de información, de forma rápida y fiable. Estas nuevas tecnologías de la información pueden facilitar la vida y la integración social de las personas con discapacidad, aspecto fundamental recogido por la normativa de los principales organismos e instituciones internacionales. Sin embargo, este desarrollo de las tecnologías de la información, como forma de relación e interacción social y laboral, puede aumentar las desigualdades existentes para las personas que se encuentren al margen de sus beneficios, suponiendo una barrera fundamental que impida la participación plena de nuestro colectivo, en una sociedad globalizada.

La Declaración de Beijing en el año 2000, sobre los derechos de personas con discapacidad, hizo un llamamiento a la necesidad de adoptar medidas para garantizar el acceso de las personas con discapacidad a las nuevas tecnologías y la información disponible en la red, con el objetivo de mejorar los niveles de vida y la igualdad de participación de estos ciudadanos, eliminado actitudes y prácticas discriminatorias.

Los Estados miembro de la UE, conscientes de la importancia del desarrollo de una Sociedad de la Información y el Conocimiento, incorporan en sus políticas, en mayor o menor medida, actuaciones dirigidas a las personas con discapacidad, con el fin de facilitar su acceso a las mismas, en lo que se conoce como Proyectos 'e-inclusión'. Esta actuación gira principalmente en torno a dos objetivos:

Favorecer la inclusión laboral de las personas con discapacidad, mediante el uso de las TIC,s

Evitar que se produzcan procesos de exclusión social para las personas con mayores dificultades de acceso a las TIC,s

El Foro Europeo de la Discapacidad, en el 'Manifiesto europeo sobre la Sociedad e la Información y las personas con discapacidad' indica que, «la sociedad de la información es una herramienta que debe servir para conseguir la integración total de las personas con discapacidad, pero al mismo tiempo, puede convertirse en una posible nueva barrera para su plena inclusión en la sociedad».

De todas formas, el acceso e inclusión definitiva de las personas con discapacidad al trabajo, dependerá en gran manera de; las expectativas personales y sociales, que pueden ser o no coincidentes, el entorno familiar, del tipo y grado de discapacidad, la formación, la oferta laboral en un mercado de trabajo con limitaciones estructurales y el factor institucional, en lo que corresponda a un mayor desarrollo de normativa y legislación, específica y decidida.

Es por ello que AEMIS (Asociación de Enfermos Mentales para la Integración Social) ha solicitado y conseguido por primera vez, los fondos de la Unión Europea necesarios para llevar a cabo este proyecto de inclusión en Nuevas Tecnologías que creemos justo, adecuado, necesario y del máximo interés social, para corregir y evitar en lo posible, mayores desigualdades sobre nuestro colectivo. Sólo nos queda esperar, el máximo aprovechamiento y participación por parte de todos los beneficiarios. No queremos ni deseamos panes y peces, sino barcas y redes hagan de cada uno de nuestras mujeres y hombres, personas libres, autónomas e independientes, capaces de defenderse por sí mismas, en esta nueva sociedad que estamos construyendo día a día, sobre la información y el conocimiento.

ANTONIO MATAMOROS es vicepresidente de la Asociación de Enfermos Mentales para la Integración Social (AEMIS)

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