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REDACCIÓN
Domingo, 24 de septiembre 2006, 02:58
Destruir tópicos. Este fue uno de los grandes objetivos de la Jornada de Puertas Abiertos que por segundo año consecutivo celebró Aldea Moret. La iniciativa cubrió de ocio casi todo el día de ayer, desde las diez de la mañana hasta la madrugada.
A pesar de la lluvia que cayó a lo largo del día, la fiesta del popular barrio cacereño fue capaz de reunir a un buen número de vecinos no sólo de la zona, sino también de otros lugares de la capital. Con un presupuesto inferior a los seis mil euros, los organizadores (la Asociación Sociocultural Aldea Moret) fueron capaces de diseñar un programa en el que había propuestas para diferentes edades.
Bajo una carpa situada junto al concesionario de Renault, a la entrada al barrio por el puente que salva la línea ferroviaria, se distribuyeron varios puestos. Es lo que se dio en llamar 'el mercado asociativo', por su carácter informativo y porque quienes participaron en él fueron asociaciones y oenegés. Entre ellas, Juventudes Comunistas, Juventud Obrera Cristiana (JOC), Cáritas, Adenex, CNT o CGT. Junto a ellos, compartieron espacio varios puestos de venta al público, desde el de pan hasta el de coquillos, el de productos de comercio justo u otro de bordados artesanales.
Diversión infantil
En el mismo lugar, mientras los mayores conversaban en torno a una caña y un pincho en la barra, los más pequeños disfrutaron en alguno de los talleres preparados para la ocasión. Los hubo de break-dance, batuka, grafitos y malabares. Entre unos y otros, amenizaron el día los payasos, que más tarde dejaron paso al cuentacuentos y la danza, divertimento previo al inicio de la música.
Después de las diez de la noche bajó el telón 'La aldea de Amex: el festival por la integración de culturas', una propuesta que contó con la organización de la Asociación de Músicos Extremeños (Amex). Integraron el cartel varios grupos locales que forman parte del colectivo.
El primero en subir al escenario fue Familia Vargas, cuya actuación estaba patrocinada por Caja Duero. Tras ellos, fueron desfilando por el escenario habilitado bajo la carpa (precisamente en previsión de que la lluvia pudiera echar al traste con el esfuerzo) el cuarteto de indie-rock Bloomington, el pop-rock de Cárnica Sound, el punk-hardcore de Cross Ahead y la fusión de Xöia Mai. El punto y final lo puso el pinchadiscos extremeño Dj Ferreira, y todo ello bajo la presentación del conocido humorista local Cabuvy.
Más ambicioso
«Nos hubiera gustado que el cartel musical fuera aún más amplio, pero en un día no da tiempo para mucho más», explica Juan Jesús Tato, de la Asociación Sociocultural Aldea Moret, organizadora de la cita de ayer. «El éxito de esta fiesta -añade- es que las organiza el barrio y participa en ellas el barrio, además de los cacereños que vienen desde otros lugares de la ciudad».
Esta segunda edición ha sido, según detalla Tato, «más ambiciosa que la primera, aunque siempre con la base de la convivencia y la integración de culturas».
La Asociación Sociocultural mostró ayer a través de un comunicado de prensa, su malestar por «la falta de compromiso» por parte del Ayuntamiento de la capital. El colectivo señala que pidió al Consistorio en el pasado mes de agosto les cediera un escenario, y hasta 24 horas antes de la celebración del festival musical no recibieron de la administración local una respuesta, que además, fue negativa, tanto para el escenario como para las vallas y los baños portátiles.
La asociación declara su «total indignación», habla de «vergonzosa perversidad política» y señala como culpable al concejal Joaquín Rumbo. Al final, el escenario lo cedió la Diputación Provincial.
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