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EFE
Domingo, 1 de octubre 2006, 03:11
La ministra de Cultura, Carmen Calvo, dijo ayer que «los gestores de la cultura debemos hacer cosas más llamativas» en defensa de esa cultura, y anunció que cuando, en unas semanas, Bill Gates viaje a España para recibir el Premio Príncipe de Asturias, «le pediré el dominio de la Ñ en la red». (En días anteriores se anunció que el magnate de la informática no podría venir en persona a recoger el premio y que pensaba enviar a su padre a la ceremonia de entrega de premios).
«No podemos perder el dominio de la Ñ, que casualmente es la letra que está en la palabra español», dijo la ministra en el Congreso de Editores iberoamericanos que se celebró en Madrid, donde participó en un debate sobre 'Políticas culturales en relación al libro y la lectura', junto a sus colegas de Colombia y Chile, Elvira Cuervo y Paulina Urrutia, respectivamente, y a la directora del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC), Isadora de Norden.
Discurso improvisado
Carmen Calvo, que prefirió hablar de viva voz e improvisar en vez de leer el discurso que traía preparado, por no insistir en lo que habían dicho sus predecesoras - «somos militantes de la misma religión», dijo- señaló también que «el progreso económico es substrato, pero no garantía de la libertad de cada uno de nosotros, ni de la libertad colectiva de las culturas a las que pertenecemos» y afirmó que «la política cultural tiene que ser una política de Estado, obligatoria y financiada».
«A los que se preguntan que por qué subvencionamos a los editores hay que decirles que por lo mismo que abrimos los museos por las mañanas con funcionarios. Forma parte de la revolución del XIX, del XX y ahora del XXI», dijo Calvo, para quien iniciativa pública y privada deben ir de la mano para hacer el trabajo de la libertad de la diversidad cultural.
«En un mundo de sobreabundancia pero con injustísimos desequilibrios, hemos de insistir en dirección contraria a ese mundo hipermaterial», dijo la ministra española, para quien, al margen de lo que ya se hace por el fomento de la lectura, «hay que hacer otras reflexiones».
Tiempos difíciles
«Es muy difícil leer en los tiempos que corren», va en contra de «la rapidez y la competitividad» de nuestro mundo de hoy, dijo Carmen Calvo. «La lectura es una cosa lenta, como la ternura, y hoy todo tiene que ir muy rápido. Leer requiere espacios de reflexión, y no queremos reflexionar. Reaccionamos, pero no reflexionamos», dijo.
Según la ministra, la batalla en pro del libro y la lectura requiere de los gestores culturales «hacer más cosas en otros foros, pedir a los propios escritores un compromiso mayor con la lectura y con todos estos sectores».
«En la búsqueda de la dignidad está la cultura, no la economía», dijo después Carmen Calvo, que se felicitó de que cada día haya más estudios que destacan todos los recursos que mueve la lengua, que en España, explicó, son «el 14 por ciento del PIB». El congreso destacó la importancia del libro en la cohesión social.
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