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Regional

Los inmigrantes envían a sus países una media de 10.000 euros al año

Extremadura cuenta con siete entidades autorizadas para canalizar las remesas de dinero de los extranjeros residentes

JULIÁN LEAL

Domingo, 15 de octubre 2006, 03:02

Son como las hormigas, constantes y tenaces para asegurarse el sustento. Los inmigrantes trabajan con tesón, prolongando en muchos casos las jornadas o alternando diferentes oficios, para conseguir los máximos ingresos con los que sostener a sus familias. Su situación laboral, es por lo general, precaria y sus sueldos casi siempre cortos, pero a base de vivir de forma austera y con toda clase de privaciones, una mayoría de los más de 20.000 inmigrantes residentes en Extremadura es capaz de ahorrar algún dinero con el que ayudar a las familias que dejaron en sus países de origen.

Las remesas monetarias que los inmigrantes afincados en España envían periódicamente han ido en constante aumento en los últimos años hasta aproximarse a los 3.500 millones de euros en 2005, según datos recientes del Banco de España. Esta cantidad fue canalizada a través de bancos y entidades especializadas en esas transferencias, pero los estudiosos del sector creen que, si se añaden las cantidades que llegaron a destino a través de vías 'informales', la suma no estará lejos de los 10.000 millones.

Un dinero que permite que a muchas familias y unos cuantos estados, sobre todo latinoamericanos, les salgan las cuentas. Es lo mismo que sucedió en España hace cuatro décadas con el caudal de divisas que llegaba de Alemania, Francia, Suiza y otros países europeos.

El llamado 'milagro' económico español de los años 60 fue posible en buena parte gracias a los más de 4.000 millones de dólares que los emigrantes enviaban a sus familias. Los miles de extremeños que salieron al extranjero durante esa década aportaron, con su sacrificio, una buena cuota para hacer posible el despegue.

La riada de dinero que recibió España permitió, por ejemplo, financiar la renovación industrial de la que, lamentablemente, Extremadura no llegaría a beneficiarse pese a ser una de las primeras contribuyentes en divisas.

Los millones de euros que salen hoy de España cada día pueden estar sentando las bases de un fenómeno similar en algunos países. El Banco Mundial estima que cada año los aproximadamente 200 millones de emigrantes por razones económicas repartidos por el mundo envían a sus países unos 225.000 millones de dólares por los canales regulares. Otros 100.000 millones largos habrían seguido el mismo camino, pero usando vías informales.

Estados Unidos es el primer país en procedencia de remesas. De hecho, el 75% del dinero que los emigrantes latinoamericanos envían a sus países de origen llega de allí. Pero España empieza a ser, en su dimensión, un emisor relevante: entre enero y octubre de 2005 salieron, a través de bancos y remesadoras, 3.093 millones de euros, el 9,9% más que el año anterior. En el total del año la suma habrá rozado los 4.000 millones.

Como media, cada inmigrante envía unos 10.000 euros al año, de los que dos de cada tres tienen como destino Latinoamérica. Dos países, Ecuador y Colombia, concentran casi el 44% de esas remesas. Colombianos, ecuatorianos y brasileños forman, por ese orden, las comunidades más numerosas de inmigrantes en Extremadura según los datos del portal estadístico de la Junta.

Son muchos los países de los que puede decirse que sobreviven gracias a esos fondos. En seis de ellos (Haití, El Salvador, Nicaragua, Honduras, República Dominicana y Guatemala) esas remesas superan el 10% de su Producto Interior Bruto. Los expertos coinciden en que la trascendencia de esas divisas es muy diferente según el uso que se les dé.

En el caso de algunos países latinoamericanos, las remesas de los inmigrantes ya son superiores a los fondos de ayuda procedentes de los organismos financieros internacionales (como el Banco Interamericano de Desarrollo o el Banco Mundial) y la inversión extranjera.

Más que las inversiones

El montante transferido por los inmigrantes es muy elevado, pero aún es más el que llega a España procedente de los emigrantes en otros países. Inferiores en número, se trata en un porcentaje elevado de profesionales de gran cualificación, que trabajan en lugares con alto nivel de vida. Por esa razón, el volumen total de sus envíos a España es importante. En 2005, a la vista de los datos de enero a octubre, habrá rondado los 4.200 millones de euros.

Algunos estudios sitúan en torno a 50.000 la cifra de extremeños los que residen en el extranjero. En total, fuera de la comunidad, distribuidos por diferentes regiones y países, viven entre 750.000 y 800.000 ciudadanos de origen extremeño.

De mantenerse la evolución de los últimos años, 2005 habrá sido el último ejercicio con saldo positivo en lo que respecta a las remesas de emigrantes. Con toda seguridad, en 2006 se invertirá la situación y saldrá más dinero del que llegará. Eso si se tiene en cuenta sólo el que circula por los circuitos convencionales y por tanto puede ser contabilizado por el Banco de España. Si se incluye también el que utiliza otros cauces, sin duda hace bastantes años que el saldo es negativo.

Solidaridad global

En un estudio elaborado para el Real Instituto Elcano, el economista Íñigo Moré señala que sos casi 4.000 millones de euros suponen una «cifra formidable, que supera de largo la ayuda española al desarrollo". En su opinión, las remesas, que en el 2001 fueron a nivel mundial de 96.207 millones de dólares, son «la mayor expresión de solidaridad global»m dado que constituyen «el principal vehículo para trasladar los recursos de los países ricos a los pobres».

Desde ese punto de vista plantea dejar de considerar esas remesas como un ejercicio de caridad familiar y observarlas como un flujo económico más. Admite no obstante en en muchos casos las remesas son entregadas en mano por familiares y amigos sin pasar por los circuitos bancarios, de ahí la dificultad de contabilizar las salidas. Ante ese hecho, el Banco de España sospecha que el montante controlado sólo supone entre el 40% y el 60% de la cifra real.

Para Moré, el problema es que España, hasta ahora España es consciente de la importancia de las remesas y no desarrolla ningún programa para potenciarlas. Defiende así la necesidad de que el Gobierno intervenga para bajar el coste de los envíos de dinero, que suponen un 7% de su valor total. «Si se redujera ese coste en un 1%, los países en desarrollo recibirían 28,5 millones de euros más. Y si se bajara ese coste en un 56%, como hizo EE. UU. con México, el incremento sería de 243 millones», sostiene en su estudio.

La desatención no acabaría ahí, pues según el economista el Gobierno «no desarrolla ningún programa para incrementar el efecto de las remesas en el desarrollo de los países receptores» . Moré, junto con otros economistas ha han creado el portal www.remesas.org, una red para concienciar a gobiernos y a agentes económicos de las posibilidades de esos flujos.

«Sólo si el 1% de las remesas se dedicara a inversiones productivas, se crearían miles de empleos, con lo que se reduciría el paro local y, por tanto, la presión migratoria», afirma.

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