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J. L. AROCA
Viernes, 24 de noviembre 2006, 09:55
Los hermanos mayores tienen ordenador en el instituto y ellos dispondrán de una pizarra digital aunque será sólo una para todo el colegio. Los centros de Infantil y Primaria de Extremadura empezarán a funcionar tras las vacaciones de Navidad con un tablero electrónico que es una gran pantalla de ordenador situada en una pared del aula, y en la que aprender la hora o los números será más atractivo.
Además se puede 'pinchar' en el tablero con un lápiz para contestar a una pregunta o enseñar a los compañeros cómo se resuelve una operación aritmética.
La Consejería de Educación ha distribuido 428 de estos aparatos a razón de uno por cada colegio de Infantil y Primaria y dos en los centros rurales agrupados.
No es la solución a los problemas de la enseñanza, pero sí una herramienta más para el aprendizaje, muy adecuada para los niños de menor edad, entre 6 y 12 años, porque en ese tablero o pizarra electrónica las lecciones aparecen como juegos manejados por el profesor y animados con todos los recursos de la informática: colores, sonidos, canciones.
Más interés
«Puede motivar al alumno por su interactividad, y así despertarás más su interés», confía el director general Felipe Gómez.
Si ver al profesor o profesora enseñar así ya resulta entretenido, más lo es 'salir a la pizarra' y que el niño actúe con un gran puntero para, después de pinchar en las herramientas que aparecen a un lado, escribir, borrar, colorear...
El director general de Política Educativa cree que esto es como pasar de la máquina de escribir al ordenador. «Hay un abismo entre el aula tradicional, luego la que incorpora ordenadores como la de nuestros institutos, y esta de la pizarra digital».
Pincha el globo
Gómez presentó esta equipación ayer en el colegio público Dion Casio de Mérida, en un aula de segundo de Primaria donde un grupo de niños de siete años y la directora del colegio hicieron la demostración. Ella les explicó las horas, los cuartos, y uno a uno salieron para, sobre un ejemplo que les mostraba la pizarra, pinchar un globo en movimiento que en cada caso señalaba la respuesta errónea o equivocada de manera sonora.
El ordenador, que es el cerebro del sistema, funciona con la nueva aplicación informática Línex Colegio, que contiene un amplio repertorio educativo. La pizarra, fabricada en Estados Unidos, no es táctil sino dura para que aguante más el uso diario, y una vez apagada puede usarse como pizarra ordinaria con rotuladores de escritura borrable.
Cada una cuesta 3.000 euros, el gasto total se acerca por tanto a 1,3 millones.
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