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¿Qué ha pasado hoy, 24 de abril, en Extremadura?
Fachada de la cibersala de la calle Médico Sorapán. El negocio se traspasa
Las cibersalas dejan de ser negocio
Internet

Las cibersalas dejan de ser negocio

La progresiva implantación de Internet en los hogares cacereños y la proliferación de puntos de conexión gratuitos en la ciudad hacen que los cibercafés se tambaleen

MARÍA JOSÉ TORREJÓN

Martes, 27 de febrero 2007, 12:05

«Antes era el 'boom'; ahora se sobrevive». La afirmación es contundente y sale de la boca de Víctor Tena, propietario de la cibersala Ávalon, ubicada en la calle Médico Sorapán. Su frase resume el estado que este tipo de establecimientos atraviesa en la actualidad. Los cibercafés han dejado de ser negocio. La progresiva implantación de Internet en los domicilios particulares y la proliferación de puntos de conexión gratuitos en la ciudad -en bibliotecas, Nuevos Centros de Conocimiento y en el campus universitario con red inalámbrica- hacen que las cibersalas se tambaleen.

Juan Carlos Jiménez hace una radiografía del panorama. Abrió 'CiberCáceres' en la calle León Leal hace siete años y se convirtió en la tercera cibersala de la ciudad. Después llegaron otras hasta alcanzar la veintena. «Hemos llegado a ser veinte cíber en Cáceres y todos comíamos», detalla Juan Carlos. Ahora puede contar las que aún sobreviven con las dos manos. Y le sobran dedos.

Lo tiene claro. Si ahora tuviera que empezar de cero no montaría una cibersala. «Yo sigo porque sólo tengo que pagar el alquiler del local», apostilla Jiménez. No obstante, la conversación se ve interrumpida de forma intermitente por la llegada de clientes al establecimiento. La oferta de Juan Carlos Jiménez compagina el acceso a Internet con juegos de ordenador, una fórmula extendida a otros establecimientos, como el de Víctor Tena.

Universitarios y personas de otros países alimentan el perfil de la clientela que acude a las cibersalas de lunes a viernes. El fin de semana es para los chavales y los juegos en red.

La tendencia experimentada en la ciudad se acusa aún más en las poblaciones pequeñas. Juan Carlos Jiménez creó una red de cibercafés por los pueblos de la provincia que llegó a estar integrada por ochenta locales. Ahora sólo quedan veinte. «Nosotros hemos llevado la ADSL a pueblos donde no entraban ni las vacas», apunta con humor.

¿Las causas? Las mismas que en el entorno urbano. «La Junta nos ha hecho una gran faena porque ha metido diez o doce conexiones gratis en cada pueblo. Nos ha hecho daño. La gente que no se puede permitir contratar ADSL en su casa, va gratis a la biblioteca. El negocio se ha hundido», determina Juan Carlos Jiménez.

Las tarifas

El precio de la conexión a Internet en las cibersalas de la capital se cobra por horas y el coste oscila entre 1,40 y dos euros, según los establecimientos consultados por este diario.

María Jesús Martín es diplomada en Turismo. Tiene 22 años y comparte piso en Cáceres con su novio. No tienen Internet en casa y acude a un cibercafé a mirar el correo y las ofertas de empleo. «No voy al campus porque mi portátil no tiene conexión wifi, me cae más lejos y esto no cuesta tanto», aclara sentada frente al teclado. A pocos pasos, en la avenida Virgen de la Montaña, la Biblioteca Pública facilita el acceso a Internet durante una hora de forma totalmente gratuita. Sólo es preciso mostrar el carné de socio o el Documento Nacional de Identidad.

Javier Salcedo ha concebido su cibersala del Nuevo Cáceres como un complemento más de su local 'Tepui', un bar con billar. De hecho, está al frente de este negocio desde hace un año. Antes, era sólo un cibercafé y él ha añadido el resto de ingredientes. «La cibersala es un complemento de mi local que está a punto de fallecer. Ahora casi todo el mundo tiene Internet en casa», apunta.

En la calle Diego María Crehuet resiste el primer cibercafé que tuvo Cáceres: 'Ciber Just'. Tras el mostrador encontramos a Miguel Mateos, su propietario. El veterano de las cibersalas de la ciudad echa una mirada retrospectiva y, a continuación, afirma: «Se están cerrando salas en Cáceres porque cada vez es más barato el acceso a Internet y más fácil. Cuando nosotros abrimos fue un éxito, pero las cosas van cambiando. Aguantamos porque van cerrando otros -declara-. Pero siempre quedará un videoclub o una cabina telefónica, aunque la mayoría tenga teléfono en casa y móvil».

'Se traspasa'

Desde hace unas semanas, la cibersala de Médico Sorapán exhibe tras sus cristaleras dos carteles en los que se anuncia que el negocio se traspasa. Víctor Tena aclara que es «por motivos personales» y que ya está en negociaciones con sus potenciales sucesores al frente del local. El sector está mal, pero no es para tanto, reconoce. «Cada vez está más flojito, pero esta zona es muy buena porque hay muchos estudiantes y está próxima a dos colegios» detalla.

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