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¿Qué ha pasado hoy, 6 de abril, en Extremadura?
Manuel comparte piso con portadores de VIH.|CASIMIRO MORENO
«Un enfermo de sida necesita estabilidad emocional»
MANUEL CARRASCO, MONITOR DE UN PISO TUTELADO PARA ENFERMOS DE SIDA

«Un enfermo de sida necesita estabilidad emocional»

El único piso para seropositivos que hay en Badajoz podría cerrar en junio si nadie subvenciona este recurso para su integración de la oenegé CAEX

J. LÓPEZ-LAGO

Viernes, 13 de abril 2007, 14:23

Tiene 24 años, estudió sicología en la UNED y es monitor de yoga. Además, trabaja con gente seropositiva. A finales del año pasado una subvención europea tramitada por la Junta de Extremadura permitió a la Oenegé CAEX (Comité Anti-Sida de Extremadura) pagar el alquiler de un piso de 75 m2 con tres habitaciones y dos baños. Manuel lo compartiría con personas infectadas de sida, por eso recuerda que hubo que descartar la primera casa que encontraron porque los dueños se negaron a tener inquilinos con esta enfermedad. Con la segunda ocurrió lo mismo. Y a la tercera fue la vencida «gracias a la valentía de la dueña», dice. Desde enero tres monitores -Ana Marcos Gómez, Ana Belén Garrote Cabanillas y Manuel Carrasco Monroy- se turnan para que los tres seropositivos que viven tutelados en este piso de Badajoz normalicen unas vidas marcadas por una enfermedad sobre la que aún abundan los prejuicios.

Los expertos afirman que el recurso de los pisos tutelados abre el camino para la integración de las personas que padecen sida, pero el 29 de junio tendrán que abandonar su nuevo hogar si, además del dinero de la Junta de Extremadura, no llegan más subvenciones de otras administraciones. Manuel es concreto y apela al Ayuntamiento de Badajoz y a la Diputación Provincial. «Así es como funciona en Cáceres el otro piso tutelado que hay en Extremadura», argumenta.

-¿Para quién está pensado un piso tutelado como éste?

-Esto es sólo un recurso más de CAEX, que trabaja con enfermos de sida en muchos aspectos, como asesoramiento, seguimientos, prevención ... Un piso así está pensado para aquellos que por motivos económicos y personales no pueden estar solos. Pasamos aquí las noches e intentamos que adquieran hábitos de convivencia, cierta disciplina en los horarios y que puedan volver a normalizar su vida, por ejemplo, accediendo a un trabajo. Nosotros hacemos por integrarlos en actividades, realizamos un seguimiento social o de medicación y les planteamos objetivos.

-Nadie ajeno a CAEX sabe en qué calle está el piso, como si este tipo de apoyo fuera clandestino, ¿son muchos los prejuicios a los que se enfrentan tanto los monitores como los usuarios del piso?

- Existen y se debe a que siempre se ha asociado el sida a lo marginal, cuando esta enfermedad en la actualidad sobreviene por conductas de riesgo tan simples como no ponerse un preservativo y mantener una relación sexual con alguien desconocido que esté infectado. Respecto a los prejuicios ha cambiado bastante. En los ochenta el sida era como la lepra y se aislaba a los enfermos. Lo que pasa es que los prejuicios se instalan muy rápido y erradicarlos cuesta mucho. Van asociados al miedo y al desconocimiento. De hecho, cada vez que hablo con algún amigo para inscribirlos en alguna actividad ponen caras raras. La gente desconoce de qué manera se contrae este virus.

- Recuérdelo ahora.

- La mayoría de los casos es por contacto sexual y en España ha habido muchos contagios sanguíneos por toxicomanía, aunque los nuevos casos suelen aparecer en heterosexuales con una vida normalizada. La gente tiene miedo a la saliva, el sudor o las lágrimas y estos fluidos jamás transmiten el virus del VIH.

-¿Qué pasa si a finales de junio los usuarios tienen que abandonar el piso tutelado?

-No lo sé, pero su futuro fuera de aquí no es nada agradable, aunque no saldrán de la tutela de CAEX si no quieren. Lo que debe quedar claro es que el trabajo de los monitores no es lo que está en juego porque nosotros siempre tenemos otras opciones. Ellos no porque la alternativa de ir a un centro no es la más recomendable, ya que en estos lugares se estigmatiza más a la persona y se los aleja de su entorno, cuando lo que pretendemos es que recuperen su vida normal cuando es posible y eso sólo lo permite un piso tutelado, donde hablan con el vecino o salen a hacer la compra. En las personas contagiadas de VIH lo más importante es el aspecto síquico. Deben aceptar su realidad y tener una estabilidad emocional y cognitiva que les haga controlar sus impulsos. Sólo así la enfermedad se desarrolla en un grado menor e incluso aumentan las defensas.

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