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La hipoteca aprieta aunque no ahoga
Regional

La hipoteca aprieta aunque no ahoga

Informes y expertos aseguran que los extremeños, al igual que el resto de los españoles, seguimos consumiendo al mismo ritmo a pesar de la subida del Euríbor

LUIS EXPÓSITO

Lunes, 25 de junio 2007, 13:15

Dieciocho meses de subidas ininterrumpidas del Euríbor, cinco en este año, hacen que las hipotecas estén inmersas en una preocupante curva alcista. Si bien los tipos de interés no se encuentran aún demasiado elevados, la baja posición de partida hace que pagar una hipoteca se esté convirtiendo cada vez más en una misión imposible. Los últimos datos sitúan este índice en el 4,373%, lo que supone 106,5 puntos porcentuales más que hace un año. Según los datos disponibles, la nuevas hipotecas que se están firmando en Extremadura superan ya los 90.0000 euros, lo que supone que cuestan 147 euros más que las que se firmaban hace un año. Una familia que posea una hipoteca de 120.000 euros, con la última subida del Euríbor tendrá que pagar unos 18 euros más al mes.

Estas condiciones hacen que cada mes unos 430 extremeños se vean obligados a renegociar las condiciones de su hipoteca. Según datos de Adicae-Extremadura, el año pasado se constituyeron 27.541 hipotecas en Extremadura, con un importe de 3.185.944 euros.

A juicio de los expertos, la subida de las hipotecas suele tener un doble efecto en las economías familiares. Por un lado, aumenta el nivel de endeudamiento, lo que ocasiona que en algunos casos ya se deje de pagar. Esto está incrementando el nivel de morosidad al que deben enfrentarse las entidades financieras. De hecho, durante el primer trimestre del 2007 los indicadores de dudosidad del crédito hipotecario para comprar una vivienda han vuelto a registrar una subida, situándose en el 0,462%.

De otro lado, decrecen los niveles de consumo; esto es, compramos menos. Sin embargo, resulta llamativo comprobar cómo la subida de las hipotecas sólo nos están haciendo renunciar a unas pocas cosas. En contra de lo previsto por todas las previsiones, los créditos al consumo volvieron a marcar un récord el año pasado.

¿A qué renunciamos?

Para explicar este fenómeno conviene recurrir a la vieja teoría de la elasticidad del consumo. Un bien económico es elástico cuando su demanda oscila en función del poder adquisitivo de los compradores o de otros factores. Esta característica se identifica normalmente con los bienes de lujo o al menos los que no son de primera necesidad. Por el contrario, bienes inelásticos son aquellos que se consumen siempre en la misma medida, con independencia de las condiciones de los consumidores, como por ejemplo el pan o la leche.

Parece evidente que cuanto más elástico es un bien, antes prescindimos de él en épocas de 'vacas flacas'. Así parece confirmarlo un estudio del Banco Cetelem, filial de la multinacional francesa BNP Paribas. Asegura este estudio que hay dos apartados en los que el consumo se está resintiendo fundamentalmente, el mercado del automóvil y el hipotecario. Por ejemplo, la venta de móviles, informática, bricolaje o electrodomésticos no deja de crecer mes a mes.

Según datos de Anfac, la patronal que reúne a los fabricantes de automóviles, las ventas de coches descendieron un 4,7% en Extremadura a lo largo del pasado mes de mayo. Esta caída también se percibe en el acumulado de los primeros cinco meses del año, (-1,7%) respecto al mismo periodo del año anterior. Igualmente, aunque crece el volumen del crédito hipotecario, en términos porcentuales el sector está registrando una suave desaceleración. Adicae recomienda que, para hacer frente a esta situación, hay que renegociar las condiciones hipotecarias. Para aquellas personas que van a contratar por primera vez un producto hipotecario, aconseja que la cuota mensual no supere el 30% o 40% de los ingresos, ya que si es superior aumenta el riesgo de sobreendeudamiento.

Javier Bardají es el director en Extremadura de Banif, la banca privada del Santander, además de colaborador de este diario. Confirma que efectivamente las familias extremeñas y españolas se están endeudando cada vez más, hasta límites «peligrosos».

Mientras, por el lado del consumo no se está notando la situación. Asevera que cada vez compramos más, debido en parte a dos razones. Por un lado, sistemas como el de las tarjetas de crédito facilitan el proceso. Además, vivimos una época de «estabilidad laboral», lo que tranquiliza el consumo.

Igualmente considera que, aunque los tipos han subido, estamos en una situación mucho más llevadera que hace unos años, cuando los intereses estaban hasta en un 20%. El problema, en sus palabras, es que mucha gente ha contratado una hipoteca a un 2% sin tener en cuenta que por necesidad tenía que subir. A pesar de ello, estima que nada hace pensar que el precio del dinero suba más allá de medio punto en los próximos tiempos.

No obstante, advierte que una hipotética, aunque improbable, subida de los tipos hasta el 7% significaría que una hipoteca tipo de 120.000 a 20 años aumentará su cuota mensual en un 50% si fue negociada en unos márgenes que rondara el 2,5%.

La única señal de ligero desaceleramiento en el consumo la ofrece un estudio de Caixa Catalunya, que asegura que el consumo de los hogares crecerá en Extremadura un 3,4% este año, frente al 4,5% del año pasado, un crecimiento que sin embargo seguirá estando en cuotas históricas. El crecimiento en el conjunto de España bajará al 3,4%, frente al 3,7% del año anterior.

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