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Badajoz

Las mil y una vidas del Seat 600

Unos 30 Seat 600 recorren todavía las calles de Badajoz; ahora que cumplen 50 años sus dueños aseguran que estos coches podrían circular otro medio siglo más

M. ELENA MELLADO

Lunes, 2 de julio 2007, 10:10

Cuando el ingeniero italiano Dante Giacossa creó en los años 50 un coche de 600 kilos, con un motor de 600 centímetros cúbicos, pequeño y redondo, que pretendía ser un automóvil económico, ligero y familiar, nunca imaginó que el Seat 600 llegaría a ser el icono histórico y social en el que hoy se ha convertido. Por todo el país son muchas las pasiones que levanta y la muestra está en que estas apreciadas máquinas de cuatro ruedas siguen circulando por calles y carreteras, a pesar de que el pasado miércoles, 27 de junio, se cumplieron 50 años desde que se empezaran a fabricar en Cataluña.

«Estos coches son lo mejor que se ha inventado, nos hacen perder la cabeza y darle todos los mimos». Así explicaba Rosario Sánchez la ilusión que le despierta el ser dueña, junto a su marido, de cuatro 600. Por las manos de este matrimonio pacense han pasado siete Seat 600. «El primero lo compramos de novios allá por el 69 en el antiguo 'Barreiro' (que ahora es el concesionario que hay junto al Banco de España), pero lo vendimos enseguida sin saber el alcance que iba a tener nuestra afición. Pronto compramos otro al casarnos, un 600 E, y desde entonces hemos ido cambiando uno por otro, quedándonos con los que más nos han gustado», explicaba Raimundo Mediero, marido de Rosario y presidente honorífico del Club 600 de Badajoz.

Subidos en un 600 Raimundo y Rosario han recorrido toda España, de concentración en concentración, y «haciendo amigos por todos lados», ya que como decía Raimundo «los dueños de 600 de toda España somos una gran familia. ¿Es increíble que un coche tan 'chico' haya conseguido eso!». El sábado pasado Raimundo y Rosario emprendieron el último de estos viajes a una concentración en Zamora. Un trayecto que se convierte en una aventura considerando que uno de estos coches no corre más de 90 kilómetros a la hora. A pesar de ello, Rosario, optimista, recordaba cómo «antes salíamos de Badajoz a la una de la tarde y llegábamos a las 10 de la noche a Zamora para cenar, ahora el camino se hace muy rápido por la autovía».

Parte de la historia

Uno de los 600 de Rosario y Raimundo data de 1957, año en el que nacieron los primeros. Concretamente fue el 27 de junio cuando la empresa automovilística española inició la venta del que sería popular 600 a un precio de 73.500 pesetas (unos 442 euros actuales), una pequeña fortuna para las familias de entonces, aunque suponía casi la mitad de lo que costaba el 1400, un turismo de tipo medio-alto de la propia Seat.El modelo 600 tuvo un impacto trascendental para la marca, y de sus distintas versiones se fabricaron, durante 16 años, más de 790.000 unidades en las líneas de montaje de las instalaciones de la Zona Franca de Barcelona. El último de ellos se produjo el 3 de agosto de 1973, cuando el 600 ya formaba parte de la historia de España, a cuyo cambio social y de hábitos contribuyó de forma decisiva.

Cincuenta años después del nacimiento de este coche, por Badajoz siguen circulando unos 30 Seat 600, que por antigüedad sólo pagan el cincuenta por ciento del impuesto de rodaje y que siguen pasando la revisión pertinente. El Club del 600 de Extremadura tiene constancia de otros 200 vehículos más de estas características que circulan por toda la provincia que trasladan a sus ocupantes todos los días.

Práctico y duro

Los dueños de un 600 aseguran que este coche es ante todo práctico y resistente. Rosario y Raimundo relatan en tono de proeza cómo su 'pelotilla' ha subido por los puertos de Pedrafita en Galicia sin calentarse, o cómo han atravesado el desierto de Monegros de Zaragoza mientras que los camioneros contactaban con ellos por radio asombrados de verlos por allí.

Otro amante del 600, Pedro Zambrano, de 21 años, cuenta que su Seat nunca le ha abandonado, «ha tenido muchas averías pero nunca me ha dejado tirado. He estado yendo todos los días a Barcarrota a estudiar haciendo 100 kilómetros a diario y nunca he tenido ningún problema importante». Se puede decir que la vida de Pedro ha estado siempre asociada a la de un 600. Cuando tenía 6 años su abuelo adquirió uno por lo que ahora son 300 euros, y a partir de entonces, se implicó en el cuidado y arreglo del vehículo, de manera que aprendió todos los trucos para poder arreglarlo él mismo y a los 9 años lo condujo por primera vez.

Al cumplir la mayoría de edad el coche pasó a ser suyo, a pesar de que su novia no estuviera nada de acuerdo y no parara de repetir que «éste no es un coche de jóvenes», y de preguntar «¿dónde está el aire acondicionado?», pero él seguía utilizándolo a diario hasta que en diciembre del año pasado tuvo un accidente y el coche resultara siniestro total. Decidió vender las piezas por Internet para comprarse otro igual. Con los 2.000 euros que sacó optó por invertir 1.400 en otro 600 y gastar el resto en arreglarlo en vez de comprar un coche más moderno.

No obstante, aunque amante de los diseños antiguos. Pedro reconoce que en algún momento sucumbirá a la necesidad de tener un coche nuevo. «Sé que que pronto tendré que comprar otro coche por mi trabajo, pero los 600 te duran para toda la vida. Estaban diseñados para circular por carreteras que no tienen un firme como el que hacen ahora. Además, con cualquier chapuza siguen andando porque tienen un motor muy simple con sólo cinco piezas que se arregla en un momento. Sólo necesitas llevarlo al taller para las cosas que son imposibles de hacer en casa».

'Tuning' por dentro

El coche de Pedro es un 600 normal por fuera, pero la tecnología se ha apoderado de su interior. El propio dueño le ha colocado un navegador, un sistema de sonido de 1.000 vatios y un monitor que emite la imagen de los ángulos muertos que un par de cámaras recogen camufladas en la carrocería para «evitar otros accidentes». A pesar de este sorprendente interior, Pedro nunca cambiaría ni el aspecto exterior ni las piezas originales de su utilitario porque según él «aunque me guste el tuning, creo que tunear un 600 es un crimen».

Y es que los enamorados del 600 lo quieren tal y como es, porque aseguran que no necesita nada más. Tal vez ese amor incondicional sea la razón de que lleven paseando 50 años por las carreteras, los caminos y las calles de toda la península. Y con todo el cariño que reciben no es de extrañar que los sigamos viendo circular por lo menos otro medio siglo más.

Ángel Nieto, Lina Morgan o Sánchez Dragó

Lo que tienen en común estos tres personajes es que son algunos de los muchos famosos que han tenido un Seat 600. La lista completa se pueden encontrar en la página web de la casa de automóviles fabricante, que bajo el epígrafe 'Personajes que tuvieron un 600' ha incluido todos los nombres conocidos que en algún momento se subieron a la moda del 600. Entre ellos se encuentra el piloto Ángel Nieto, el escritor Álvaro Pombo, el humorista Antonio Mingote, la editora Esther Tusquets, los periodistas José María García y José María Íñigo o el futbolista José Martínez, Pirri.

Al volante de este pequeño utilitario también se sentó el poeta Luis Rosales, el torero Manuel Benítez, 'el Cordobés' o la actriz Lina Morgan. La diseñadora Purificación García, los escritores Salvador Pániker y Fernando Sánchez Dragó y el periodista Tico Medina completan la lista de celebridades que tuvieron en algún momento de su vida un Seat 600.

Pero las cifras dicen que ni mucho menos fueron los únicos. Se gún las estadísticas del momento, uno de cada cuatro automóviles que paseaban por las carreteras y las poblaciones españolas en el año 1971 era un 600. La demanda de 600 era tal que los particulares debían apuntarse en listas de espera de más de una año para acceder a un vehículo que se convirtió en símbolo de estatus y que representó la imagen del milagro económico español. Al cierre de la fábrica de Barcelona se habían vendido unos 790.000 vehículos.

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