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Los anfitriones, Eduardo Muñoz y Hernán Cortés
La solidaridad también es chic
Plasencia

La solidaridad también es chic

La exclusiva fiesta de la rehabilitación de la casa-palacio de los Almaraz recaudó 12.500 euros para Burkina Fasso a la espera de conocer el resultado definitivo

A.S.O.

Martes, 3 de julio 2007, 19:18

QUIÉN ha dicho que la solidaridad no puede ser chic? ¿Por qué razón una fiesta no puede servir para ayudar a los demás más allá de la pura diversión? La elegancia, ya se sabe, está reñida con el exceso y la ostentación, pero no tiene por qué con la filantropía. Y así lo dejaron patente los 200 invitados que se reunieron en la madrugada del domingo en la palaciega casa de Hernán Cortés García y Eduardo Muñoz Sánchez, para festejar la rehabilitación del este bello inmueble que ha cobrado el esplendor perdido de palacio del XVII, tras años de obras.

Tanto, que hasta ayer los ingresos obtenidos con la lúdica iniciativa humanitaria alcanzaban los 12.500 euros, a falta aún de algunas solidarias aportaciones de invitados. Todo el dinero irá para los proyectos que el MPDL gestiona en Burkina Faso. Allí nunca lo agradecerán bastante.

Todo, por la sensibilidad de los anfitriones que pidieron a sus invitados que, en vez de corresponder con un regalo a la exclusiva fiesta social, lo hicieron con una aportación económica en una cuenta bancaria.

El encomiable objetivo del sarao quedaba bien patente a la entrada del palacio donde una gran foto de los expresivos rostros de dos niñas de aquel país africano recordaba a los asistentes la benéfica causa antes de vivir una noche inolvidable.

Alfombra roja

Para empezar todo 'comme il faut': alfombra roja, libro de visitas a la entrada y servicio de seguridad, a la puerta. Hernán y Eduardo recibieron en ella a todos los invitados que pudieron admirar un desconocido y bello palacio primorosamente restaurado, decorado e iluminado, hasta los mínimos detalles.

La etiqueta exigida fue respetada, los invitados se esmeraron y la fiesta se llenó de trajes largos -espectacular el de Ana Sáez, con un exclusivo Diane von Furstenberg, en muselina de seda y tocado 'art decó'; y guapísima Ana Barroso, además de los Armani, Gucci o Font lucidos por otras damas-, joyas de envidia con exclusivos collares de perlas australianas calibre XXL y brillantes de impresión en todas las tallas y tamaños, tacones de vértigo para las más niñas de edad y espíritu y atrevidos escotes, entre ellas; y trajes oscuros, corbatas de seda y los mejores complementos, entre ellos. Los anfitriones, de negro y Hugo Boss.

Cena cocktail

El monumental patio y las salas y salones de de la planta baja acogieron a los 200 invitados que dieron buena cuenta del menú servido por Procor, de Coria. Allí se reunieron amigos familiares y una selecta representación de la sociedad local.

Además del jamón dehesa extremeña, para recordar los exquisitos saquitos de gulas, la cucharitas de ensalada de langostinos, los chupa-chups de codorniz, las gambas thai y la tortillita de camarones, por no hablar del goloseo de las tejas, los cigarrillos de Tolosa, los pastelitos y el cava rosé con el que se brindó al final por Carmen, hermana de Hernán que cambiaba el dígito, y por Eduardo al que todo el mundo coreó un entusiasta 'cumpleaños feliz'. Y si emotivo fue el brindis, no le fueron a la zaga las palabras de agradecimiento de los anfitriones hacia todo el equipo humano que ha trabajado en la rehabilitación de su casa y hacia todos los amigos, por su lealtad.

Patio premiado

Espectacular ha quedado el edificio, tanto que este año ha ganado el primer premio del Concurso de la Ruta de Patios, dotado con 600 euros, que convoca la Concejalía de Turismo, con 20 votos a favor de los 61 votos emitidos, tal y como informó ayer.

La cena, servida de pie, favoreció el charleteo y la cháchara entre invitados. Al quite estuvieron amigos de los anfitriones, para que nadie se sintiera incómodo. Y así resultó.

Las copas, servidas por Impacto, preludiaron el baile, con dirección musical de Paco Santos. Hasta las siete de la mañana en que las primeras luces hicieron palidecer la cuidada iluminación del patio y salones y patinaron de claridad la bella reproducción autentificada del Louvre que llegó el mismo sábado, y fue montada para decorar el espacio.

Sorprendente decoración

No fue el único objeto artístico del palacio. A destacar, una escultura de Juan Gila. O la espectacular mesa alanesa sobre la que se habían montado dos ventanas mansardas de edificios parisinos convertidas en espejos; o los llamativos centros de flores del paraíso y la original decoración floral de mesas, salas y patio, con plantas y macetones de Viveros Sor Valentina Mirón, ideada y montada por el propio Hernán Cortés y la anticuaria Ana Sáez Checa.

Originalidad y buen gusto quedaron patentes con el singular tocador montado para las chicas en una sala, sobre una mesa del XVII y espejos holandeses, con todo lo preciso para retocarse, incluidas tiritas para las lesiones de guerra causadas por el incansable bailoteo con tacones.

Por no faltar, ni la bola de cristal en la sala discoteca o detalles como un viejo foco de cine, años 30, la curiosa iluminación de la sala que acoge un inesperado jardín japonés o el romántico reflejo de las velas sobre el estanque y fuente del jardín del palacio, convertido en un remanso de tranquilidad ajeno al bullicio interior.

Al final, Eduardo y Hernán mostraban su satisfacción por el desarrollo de la fiesta, felices por el reencuentro con amigos llegados de diversos puntos de España, dichosos por la compañía de los familiares e invitados. Todos demostraron que generosidad, elegancia y solidaridad no tienen por qué estar reñidas.

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