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ANTONIO JOSÉ ARMERO
Lunes, 6 de agosto 2007, 10:46
EL MUNDO entero está en el callejero de Cáceres. El mapa de la ciudad es un universo casi inabarcable, entretenido, múltiple, sorprendente, un mosaico en el que caben desde Remedios la Bella, el personaje de 'Cien años de soledad' que gustaba de salir a volar con una sábana, al papa Juan XIII o militares varios.
La última vez que el Ayuntamiento presentó un mapa urbano actualizado fue en el mes de septiembre del año 2005, y según ese dibujo, la capital tiene 744 calles. Cierto que el número se ha quedado trasnochado, pero si nos olvidamos de la exactitud matemática, aquel de septiembre del año 2005 es un punto de partida válido para viajar por el callejero cacereño.
Como en los libros
Como ocurre en muchas novelas, la aventura es en cierto modo un viaje por el tiempo. Y puestos a elegir un punto de partida, resulta atractivo iniciar la excursión por el mapa urbano de Cáceres dejando a un lado la carretera nacional 521 que lleva hasta Portugal. Cerca de ahí está el Residencial Macondo, una de las urbanizaciones más modernas de la capital, aún a medio poblar, y también una de las más entretenidas a la vista del callejero.
Probablemente, la gracia no será tanta para sus residentes, que durante un tiempo tuvieron que ir a Correos si querían recoger correspondencia a sus nombres. El motivo es tan sencillo como que aún no hay letreros que identifiquen las calles, aunque la promotora anuncia que estarán puestos después del verano. No será, en cualquier caso, porque no tienen ya nombres adjudicados.
Los tienen desde hace años, porque ya aparecen en el mapa editado en el verano del año 2005. Y las denominaciones de esas vías responden a la lógica: si el residencial se llama Macondo -el pueblo soñado en el que se desarrolla la acción de 'Cien años de soledad'-, sus calles son los protagonistas de la historia. Quizás por una cuestión de jerarquía, el Ayuntamiento eligió el título de la novela para bautizar la principal avenida. Y en torno a ella, el realismo mágico en su máxima expresión: Remedios la Bella, Pilar Ternera, José Arcadio Buendía, coronel Aureliano Buendía, Francisco el Hombre, Padre Nicanor, doctor Alirio Noguera... Y por supuesto, Gabriel García Márquez. Sin embargo, el autor no tuvo su primera calle en Cáceres junto a los personajes de su novela cumbre, sino en la cercana urbanización Los Castellanos.
Allí, el escritor colombiano comparte espacio desde hace años con otros ilustres de las letras hispanoamericanas, como Adolfo Bioy Casares, Alejo Carpentier, Augusto Roa Bastos o Mario Vargas Llosa. Precisamente, Los Castellanos es una de las esquinas más literarias del callejero de Cáceres. Cerca de los autores citados están otros, como Rafael Alberti, César Vallejo, Claudio Rodríguez o los extremeños Eugenio Frutos, José María Valverde y Jesús Delgado Valhondo. Pero en la capital hay sitio también para Larra, Jacinto Benavente, Unamuno, Octavio Paz, Pedro Laín Entralgo, Pío Baroja, Valle-Inclán, Zorrilla o Vicente Aleixandre.
El sello cultural en el mapa urbano de la ciudad incluye a pintores de la talla de Picasso, Murillo, Velázquez, Zurbarán o Dalí. Muchos de estos pinceles ilustres están en el Residencial Ronda, al lado de genios de las letras como Camilo José Cela, Juan Ramón Jiménez (tiene plaza en vez de calle), Azorín, Echegaray o Antonio Machado.
Los lugares
Cualquiera de ellos tiene en Cáceres un lugar al que escaparse, porque el callejero está repleto de referencias geográficas. Hay más de 120.
Hay ríos (lo mismo el Jerte que el Volga), islas (16, la mayoría de ellas en el R-66), comarcas extremeñas (casi todas en La Sierrilla), cuevas, océnaos, mares, ciudades, pueblos, y por supuesto, países. Naciones de los cinco continentes: Cuba, Dinamarca, Ecuador, España, Finlandia, Grecia, Guatemala, Honduras, Irlanda, Italia, Luxemburgo, México, Nicaragua, Noruega, Paraguay, Perú, Portugal, Suecia, Suiza, Túnez, Uruguay o Venezuela.
Y entre las ciudades, de todos los tamaños y colores. Están lo mismo Córdoba que Coria; las portuguesas Évora, Coimbra, Lisboa u Oporto; lugares más cercanos, como Hervás, Galisteo, Garrovillas, Grimaldo, Logrosán, Jaraíz, Jarandilla, Hoyos, Monroy, Montánchez, Montehermoso, Moraleja, Plasencia, Trujillo o Yuste; capitales españolas como Valencia, Teruel, Toledo, Salamanca, Palencia, Oviedo, Málaga y cómo no, Madrid, que está en Aldea Moret y tiene plaza en vez de calle.
Destacan también las alusiones a periódicos históricos pasados, y a sucesos que estudian los escolares. Tienen calle en Cáceres el ocho de marzo, el 18 de julio, el primero de mayo o el ocho de septiembre, Brunete, Arapiles, Batalla del Salado División Azul, Navas de Tolosa, Numancia, Palafox y Viriato, además de militares de distinto rango, lo mismo comandantes que generales.
Igualmente notoria es la presencia de la religión, desde la calle Jesús Nazareno hasta las dedicadas a los papas Juan XXIII o Juan Pablo II, pasando por los santos (superan la veintena) o las vírgenes.
Y entre mas de setecientas vías hay hueco para unas cuantas extrañezas, que tienen su explicación lógica pero pueden resultar sorprendentes a primera vista. Tal es el caso de la calle Reñideros de Gallos (junto a la Plaza de Toros), la famosa Alzapiernas o Buscarruidos.
La paridad, imposible
En tiempos de paridad, faltan calles o plazas dedicadas a mujeres, tal como ha constatado la empresa de cartografía Tele Atlas. Tras analizar los callejeros de treinta ciudades de once comunidades autónomas españolas, ha llegado a la conclusión de que la presencia femenina es muy limitada, y no supera el cinco por ciento de las vías. Peor aún está Cáceres, que según este informe se queda en el cuatro por ciento. Por citar algunas: Angelita Capdevielle, Beata Madre Matilde, Carolina Coronado, Concepción Arenal o quizás la más conocida, Isabel de Moctezuma.
Como un reducto de femineidad aparece el Residencial Infanta Isabel. Una mujer le da nombre y otras cuantas identifican a sus calles: Agustina de Aragón, Concepción Arenal, Teresa de Calcuta, María Pita o Clara Campoamor.
Diez calles con nombres de la época franquista cambiarán de denominación
Diez calles de la capital con nombres que aluden a la época franquista tienen los días contados. El pleno del Ayuntamiento celebrado el 17 de mayo aprobó el cambio de denominación, y tal como ya publicó este diario al día siguiente, hay varias de esas modificaciones que ya están decididas.
La calle 18 de julio pasará a llamarse Manuel Amado, que fue uno de los integrantes del coro del Hogar de la Plaza Mayor, la plaza de Alféreces Provisionales pasará a denominarse plaza de Hernán Cortés, la calle Belchite se llamará Zaragoza, Santa María de la Cabeza pasará a ser calle Huesca, Brunete por Calatayud, Capitán Luna se convertirá en calle Ceclavín, General Queipo de Llano será Río Po, y por último, División Azul pasará a denominarse Tintoretto.
No obstante, hay otras vías que recuerdan a los años de Franco que perderán su nombre actual, tal como acordaron el Partido Socialista, el Partido Popular e Izquierda Unida antes de las elecciones municipales que después facilitaron el cambio en el gobierno local con el pacto entre PSOE, IU y Foro Ciudadano. Entre esas vías que estrenarán nombre está General Yagüe (que parte de la Avenida Primo de Rivera y llega hasta la calle San Pedro de Alcántara). Su nombre a día de hoy será sustituido por el de un obispo, aunque aún no se conoce cuál.
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