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JULIO CORRALES
Sábado, 11 de agosto 2007, 03:32
La capital pacense, a lo largo de su historia, se ha caracterizado por una función militar profundamente marcada debido a su implicación en continuos periodos de guerra. Esta histórica función militar ha quedado plasmada en la ciudad en numerosos rincones que, en su día, fueron ocupados por cuarteles.
Durante los siglos XVII Y XVIII, la ciudad de Badajoz, ejerciendo de capital militar de Extremadura, sufrió con intensidad los efectos de los desplazamientos de tropas y, sobre todo, la permanencia de las mismas ya que, el establecimiento de la guarnición en cuarteles con construcción propia, es algo relativamente reciente.
Esto hacía que, en Badajoz, apenas existieran cuarteles en estos tiempos, por lo que los habitantes de la ciudad estaban obligados a cobijar en sus propias viviendas a los soldados que no tenían espacio ni en los edificios propios ni en los alquilados por el ejército.
Tal circunstancia acarreaba constantes abusos de todo tipo y una alteración bastante fuerte en la economía y en las convivencias de las familias pacenses. Era por esta razón por lo que el pueblo pedía continuamente la construcción de cuarteles.
En el siglo XVII se construyó el primer cuartel de Badajoz destinado a la caballería, que fue ampliado posteriormente, conociéndose como Cuartel de Santo Domingo. Como menciona María Cruz Villalón en su libro 'Badajoz, ciudad amurallada', en 1739, las ampliaciones cuartelarias de nueva construcción se limitaban únicamente al cuartel de las Palmas y al almacén de pertrechos de la artillería del baluarte de San Juan, a lo que se añadía un pequeño cobertizo junto a la puerta del Pilar y otro junto a Pardaleras que albergaban al cuerpo de guardia.
El resto de soldados integrantes de las tropas ubicadas en Badajoz se alojaban en mesones o viviendas destinadas para estos fines.
Fue a partir de 1764 cuando Badajoz empezó a contar con los edificios militares de los que había carecido durante los años anteriores. Hasta finales de este siglo, se crearon el Arsenal de Artillería, el cuartel de caballería de la Bomba, el Parque de Ingenieros -mandado construir por el rey Carlos IV-, y el cuartel del Castillo, que englobaba el Palacio de los Conde de la Roca.
Cuartel de la Bomba
Quizás este antiguo cuartel es uno de los más conocidos por los pacenses de la actualidad, aunque solo sea por la calle perpendicular a la avenida de Europa que lleva su nombre.
Estuvo situado en el interior del Baluarte de San Juan, hasta que ambos fueron derribados en el año 1965 para facilitar el crecimiento de la ciudad. Esto es, exactamente, en el lugar en el que hoy se encuentran la Biblioteca Pública Bartolomé Gallardo y el inicio de la avenida de Europa.
Este cuartel se encuentra referido en el año 1779 por primera vez en la documentación escrita . Con anterioridad a su construcción, existió en este mismo lugar un almacén de artillería y un establecimiento cuadrado que servía de dormitorio para la tropa.
El cuartel de la Bomba tenía capacidad para 250 caballos y 100 hombres pero, al ser insuficiente, en el año 1800 se le añadió un dormitorio para 50 hombres más.
Su distribución consistía en un recinto que se disponía en torno a un patio cuadrado, acogiendo en la planta alta a la tropa y en la baja a los caballos. En la parte posterior del edificio había otro patio en el que permanecían los caballos del Coronel, el ganado de tiro, la enfermería, la cantina, el taller del armero, el herradero y el botiquín de caballos. Llegó un momento en el que el cuartel no podía aumentarse más porque ocupaba la totalidad del interior del baluarte.
Cuartel de las Palmas
El cuartel de las Palmas estuvo situado en el Campo de la Cruz, muy próximo a la Puerta de Palmas. Era también cuartel de caballería con dormitorios en la parte alta. Debido a los problemas de habitabilidad que tenía, en 1764 Gregorio de Muniaín propuso el traslado del arsenal de artillería que se encontraba en la alcazaba a este lugar, para lo que era necesario diversas ampliaciones del edificio. Como consecuencia de la desaparición de este cuartel, se proyectaba crear otro de grandes dimensiones que debería ubicarse en el olivar de los frailes de Santo Domingo (actual parque de Castelar), pero que nunca se hizo.
El Parque de Artillería existió hasta 1964, año en el que su solar fue adquirido para la construcción del hotel Zurbarán. Aún sigue en pie en las traseras del hotel, en la calle Vasco Núñez, la parte más antigua del edificio, correspondiente al viejo cuartel de las Palmas, y que hoy se utiliza como dependencias de almacenes del hotel.
Cuartel de San Agustín
Tras la exclaustración y supresión de las órdenes religiosas en 1820, el Convento de San Agustín fue habilitado como cuartel. Toda la parte conventual se preparó para este fin mientras que la iglesia siguió abierta al culto.
El edificio ocupaba una amplia superficie apropiada para acoger a una numerosa guarnición y se componía en torno a dos claustros y un patio.
Los claustros de esta Iglesia se realizaron después de 1658, cuando su anterior fábrica fue derribada por los portugueses.
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