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CLAUDIO MATEOS
Sábado, 25 de agosto 2007, 06:22
La escasez de carroña en su hábitat natural parece ser la causa más probable de que unos 60 buitres negros lleven varios días desplazándose hasta el vertedero de Cáceres en busca de alimento. El extraordinario comportamiento de estas aves ha sido fotografiado por el biólogo y profesor de la Uex José María Corrales, quien lo descubrió cuando rodaba en ese lugar un reportaje sobre cigüeñas para Televisión Española.
Corrales asegura que no existen precedentes documentados de individuos de esta especie acudiendo a vertederos para alimentarse. Había ocurrido alguna vez con buitres leonados y otras rapaces, pero no con buitres negros, y menos aún en una cantidad tan elevada como la que ha podido observarse en la capital cacereña.
El biólogo afirma que lo más probables es que procedan de la cercana Sierra de San Pedro, una zona de especial protección de aves donde anidan unas 200 parejas de buitre negro, la rapaz más grande de Eurasia, con una envergadura que puede llegar alcanzar los 3,05 metros. «Su comportamiento es muy esquivo, tanto que he tenido que acudir al vertedero cuatro días seguidos para poder hacerles las fotos, porque en cuanto perciben el menor movimiento emprenden el vuelo y se alejan», relata José María Corrales.
El profesor apunta como causa de esa escasez de carroña en la Sierra de San Pedro la normativa europea que desde 2005 prohíbe dejar a la intemperie las reses muertas y obliga a recogerlas, con le fin de evitar la propagación del llamado mal de las vacas locas. El resultado de esta política es que las aves carroñeras se quedan sin comida, y esta vez la situación debe ser tan extrema que ha obligado a los buitres negros a desplazarse hasta las afueras de una ciudad como Cáceres en busca de alimento, lo cual no se tiene constancia de que hubiera ocurrido antes. «Es tan raro que en la Junta de Extremadura ni siquiera se lo creían, decían que debía tratarse de buitres leonados, pero no, son negros», indica Corrales.
El biólogo afirma que esta situación no debería durar más de algunas semanas, hasta que avance el mes de septiembre y con el inicio de la temporada de caza los buitres vuelvan a disponer de carroña en la Sierra de San Pedro. No obstante, considera que se deberían tomar algunas medidas, como por ejemplo crear zonas de actuación especial para las aves necrófagas, levantar la obligación de retirar los cadáveres del campo cuando se trate de ganado criado en régimen extensivo, que tampoco sea obligatorio retirar al ganado ovino y caprino, y además mantener los muladares tradicionales (lugares donde se arrojan las reses muertas) en las zonas de alta densidad de animales carroñeros.
El hecho de que los buitres negros se estén alimentando en el vertedero puede ser peligroso para ellos, ya que es un lugar que se suele rociar con insecticidas que, en dosis altas, podrían dañar el organismo de las aves.
El buitre negro se caracteriza, según Corrales, por tener un «paladar exquisito», ya que es la rapaz que suele llegar primero al animal para 'abrirlo' con su poderoso pico, capaz de rasgar el cuero de un caballo o una vaca. «Prácticamente sólo come paquete muscular, y deja las vísceras y las partes blandas para otras rapaces como el alimoche o el buitre leonado».
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