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Caceres

«One spanish tortilla, plis»

El número de visitantes extranjeros en la ciudad aumenta, mientras hostelería y servicios se preparan tímidamente para atender en distintos idiomas

CRISTINA NÚÑEZ

Viernes, 7 de septiembre 2007, 03:39

Squids to the roman -calamares a la romana-, spanish tortilla -tortilla española- o full breakfast -desayuno completo-. La carta del restaurante 'El Puchero' traduce, a veces con extrañas combinaciones en spanglish los bocados de los que pueden disfrutar los turistas que no comprenden el castellano. Hay términos intraducibles como el secreto ibérico que se mantiene tal cual. ¿Iberic secret? Sonaría raro. El Puchero ofrece también su carta en portugués para dar servicio a los vecinos más cercanos. No es que haya una avalancha de visitantes extranjeros en la ciudad, pero la Asociación de Guías Turísticos advierte de que el número va en alza, por los buenos oficios difusores de las ferias internacionales y las campañas de la Junta o del Ayuntamiento. No hay una cifra de hoy, pero según Ricardo Xabier Morato, director del hotel Meliá, alrededor de un 15% de los turistas que llegan a Cáceres son extranjeros. Los últimos datos publicados hablan de que un 9,59 por ciento son visitas internacionales. La mayoría, un 75 por ciento, son originarios de la Unión Europea. En concreto, proceden de Portugal, Francia, Alemania, Reino Unido, Países Bajos e Italia. Los norteamericanos lideran las visitas internacionales no europeas. Se llevan el 25 por ciento del porcentaje, seguidos de mexicanos (15 por ciento) y argentinos (13 por ciento).

¿Cómo se las apañan las personas que trabajan cara al público para entenderse? El encargado del Puchero de la Plaza Mayor dice que no es difícil aprender las bases para comprender qué es lo que se pide o explicar qué es lo que se ofrece. «En general saben algo de español», asegura. Si atendemos al perfil del visitante de interior -más interesado por la cultura que el turista de costa- podemos predecir cierto interés por el español, y un afán por comunicarse en otro idioma.

Ricardo Morato explica la situación de su hotel y la que considera que se da en la ciudad. En el Meliá los empleados hablan más o menos idiomas en función de su categoría y su cercanía con el cliente. Recepcionistas y jefes de sector se defienden en francés, inglés o alemán, mientras que los mozos de equipaje o ayudantes de camarero van adquiriendo conocimientos para afrontar, al menos, una comunicación básica con los huéspedes. Las nuevas generaciones, asegura Morato, van afrontando con naturalidad el comunicarse en varios idiomas, y el portugués va ganando enteros en Cáceres, en donde las plazas para aprender este idioma.

Cada cual se busca la vida como puede. El mesón 'El Encinar', situado en la Plaza Mayor, es otro de los puntos más frecuentados por turistas. Su encargada, Deme Rojo, indica que es una camarera inglesa la que se ocupa de traducir a los grupos de turistas extranjeros, aunque desde luego no existe la necesidad de tener cartas traducidas al inglés. «No solemos tener mucha demanda, y cuando la hay no hay problema».

No parece haber una estrategia común para enfrentarse a los idiomas. La Cámara de Comercio de Cáceres ha articulado algunos cursos de inglés a empresas, pero ninguno específicamente dedicado a la hostelería o el trato con los turistas extranjeros que arriban a la ciudad.

Jorge Plaza, de la tienda de recuerdos y souvenires 'Sortilegio' indica que con unas cuantas frases se puede llegar a interaccionar con los extranjeros. «Los que más vienen son ingleses, italianos o alemanes», y lo que más preguntan es el precio de los productos», indica Plaza. No solo las tiendas y los restaurantes tienen el reto de enfrentarse a visitantes con otros idiomas. Museos o salas de exposiciones buscan también este entendimiento. El Centro de Cultura Virtual ofrece el recorrido histórico en varios idiomas, y el Museo de Cáceres explica las obras también con leyendas en inglés. La exposición etnográfica del Carvajal está solo en español.

«Buen entendimiento»

Peter Mowatt y Audrey Wilson son una pareja de ingleses que llevan más de treinta años visitando España. Para ellos, pues, no tiene mucha dificultad adentrarse en las ciudades españolas, aunque reconocen no haber tenido problemas a la hora de desentrañar en su idioma la ciudad monumental. En la mano llevan una de las guías traducidas que brinda la Asociación de Guías Turísticos de la ciudad. Por cierto, que aprovechan para echar flores a las instalaciones y la gestión del camping de Cáceres, en el que se quedan.

Desde la Asociación de Guías Turísticos explican que se pueden seguir visitas guiadas en otros idiomas que no sean el castellano. Cuestan 100 euros, hay que pedirlos con anticipación y abarcan un número máximo de 30 personas. María Jesús Pérez, su presidenta, indica que hay un interés creciente en contratar guías en otros idiomas: inglés, francés, italiano o alemán. En todo caso asegura que hay muchos extranjeros que comprenden español y se suman a las guías en este idioma. Y se enteran.

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