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J. L. G. Y AGENCIAS
Miércoles, 19 de septiembre 2007, 03:43
El edificio de la Facultad de Biblioteconomía de la Universidad de Extremadura, levantado en el año 2000 en el recinto amurallado de la Alcazaba donde existía un hospital militar del siglo XIX, deberá volver a su aspecto original. Eso dice el auto del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEX) dado a conocer ayer por el concejal de Urbanismo Celestino Rodolfo, un documento que ordena al Ayuntamiento de Badajoz que ejecute la sentencia del Tribunal Supremo y le da un mes de plazo -hasta el 14 de octubre- para tener listo el proyecto de derribo. Como se sabe, fue la asociación Amigos de Badajoz la que denunció lo que ellos consideraban una agresión al patrimonio histórico de la ciudad y aunque en marzo del 2003 el TSJEX ya dio la razón a la asociación el proceso se ha alargado con recursos.
El alcalde, Miguel Celdrán, tras conocer esta comunicación judicial declaró ayer que «el tema está cerrado definitivamente y se le da la razón a Amigos de Badajoz, nos guste o no nos guste». No obstante, tras conocer el auto Celdrán dijo que ya había hablado con el presidente de Amigos de Badajoz, Antonio Manzano, «y estamos en a línea de hacer lo mejor que sea posible para la ciudad». Según el alcalde, ahora el siguiente paso es mantener una reunión con la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Extremadura en la que esté presente la asociación Amigos de Badajoz. Celdrán dijo ayer estar sorprendido porque esta sentencia vaya dirigida al consistorio pacense «porque lo único que hizo (el Ayuntamiento) fue pensar que (la facultad) era necesaria, convenía, podía hacerse y se hizo. Al ayuntamiento le dieron todo hecho desde la Junta, concurso y proyecto, porque toda la Alcazaba es patrimonial y lo único que dijo el Ayuntamiento es que si ustedes dicen que todo está bien nosotros tenemos mucho interés en llevar Biblioteconomía al castillo (...) nos costó 500 millones de pesetas comprarlo para ponerlo a disposición de la Junta». Por su parte, la Junta de Extremadura envió ayer por la tarde un comunicado en este mismo sentido, apelando a «una reunión entre todas las partes implicadas con el fin de llegar a un consenso» y añadiendo que respeta el auto del TSJEX.
¿Qué hay en el cubo?
El detalle arquitectónico que provocó la animadversión de Amigos de Badajoz hacia el proyecto se refiere a la altura, volumetría y estilo de una parte del edificio que alberga la facultad, parte de la cual está integrada en el antiguo hospital. Este añadido tiene forma de cubo y es fácilmente identificable teniendo en cuenta que se diferencia a primera vista del perfil de la Alcazaba o la Torre de Espantaperros. Ese cubo tiene cuatro plantas y una superficie aproximada de 2.000 metros cuadrados.
En la planta baja está el salón de actos, con capacidad para 180 personas. En las otras tres plantas hay 30 despachos de profesores, algunos de ellos dobles y triples. Aunque el posible derribo de este cubo no afectaría a las aulas, de producirse su demolición el funcionamiento de la Facultad «se vería seriamente afectado», según han indicado a este diario profesores consultados. Por su parte, el decano de la facultad, Agustín Vivas, y el rector de la Universidad de Extremadura, Francisco Duque, han optado por no valorar la situación en la que quedaría esta facultad de ejecutarse la sentencia.
Antecedentes
Hay que saber que el proyecto definitivo de esta construcción se aprobó en junio de 1998 por parte de la Comisión Provincial de Bienes Inmuebles del Patrimonio Histórico de Extremadura tras un concurso público y que fue el 13 de junio del 2000 cuando la Asociación Amigos de Badajoz denunció ante este organismo que la obra «atentaba gravemente contra un edificio protegido y su entorno».
Una semana después la Consejería de Cultura tachó de «irresponsable» a la Asociación Amigos de Badajoz, que tardó una semana en solicitar la paralización de las obras y el 10 de noviembre del 2000 interpuso ante el Tribunal Superior de Justicia un recurso contencioso administrativo contra la resolución del Ayuntamiento de Badajoz, que había concedido licencia para la obra y después se había negado a paralizarla. El 8 de marzo del 2003 se hizo pública la sentencia del TSJEX a favor de lo demandado por la asociación: se obligaba al Ayuntamiento a devolver a la Alcazaba la situación en la que se encontraba antes de construirse la Facultad y la Biblioteca Regional. Desde finales del 2003 hasta la actualidad la Junta y el Ayuntamiento han ido de la mano para evitar la ejecución definitiva de la sentencia. Su pretensión es que el nuevo Plan General Municipal que está previsto que se apruebe en octubre legalice lo que antes fue ilegal, una solución que nunca convenció a Amigos de Badajoz.
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