Ver Mérida desde el cielo o declararse mientras saltas al vacío desde 3.000 metros

De un tiempo a esta parte es sabido que los novios buscan los lugares más insospechados para pedir el matrimonio a sus chicas. Pero lo que sería impensable hace unos años es que un hombre pidiera a su chica el matrimonio en el momento en que la joven desciende en paracaídas desde miles de metros de altura, ahora parece estar poniéndose de moda. Jorge se ríe, pero dice que ya han tenido varias pedidas de ese estilo.

Con los trabajadores de la empresa compinchados con el novio, se le coloca una frase de pedida en el suelo, incluyendo las respuestas negativa y afirmativa. Mientras la chica desciende en paracaídas, puede leer la frase desde el cielo e, instantes después, puede posarse en la que decida elegir. «Jajaja hasta ahora siempre han elegido decir que sí quieren, menos mal». Y allí le espera el novio con la alhaja para la amada en el caso de que la respuesta sea afirmativa.

A los 85 años

Pero no sólo entre los jóvenes tienen éxito los deportes de aventura o riesgo, hace unos días una familia de un hombre portugués de 85 años le regaló por su cumpleaños un lanzamiento en paracaídas. «El hombre venía hasta cojeando, pero posó los pies en el suelo tras la caída con una sonrisa y diciendo que por fin había logrado cumplir el sueño de toda su vida».

Así fue cómo la familia decidió cumplir el sueño de este hombre, un sueño posible gracias a una empresa extremeña, que decidió apostar por algo que hubiera sido una quimera para muchos y que con el tiempo, parece haber acertado en que el gusto de los ciudadanos se iba a hacer cada vez más estrambótico en cuanto a su ocio.

Y es que para este tipo de deportes, no hay edad, ni tampoco es necesaria una condición física especial, sólo estar bien de salud. Y, además, son adictivos, como un padre y un hijo que ya han probado todos.