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PPLL
Martes, 7 de febrero 2017, 11:51
En Sargentes de Lora achacan el cierre de sus pozos al exceso de celo del Gobierno, que aplicó a rajatabla la normativa por la que, una vez finalizado el plazo de una explotación, hay que iniciar de nuevo todos los trámites. El yacimiento ha agotado las dos prórrogas de 10 años cada una a sus 30 primeros años de concesión. Lo que no ha agotado ni de lejos este medio siglo de vida son las reservas de crudo. Eso explicaría el compromiso de la firma británica Leni Gas&Oil (LGO Energy) de iniciar los trámites para mantener vivos los pozos.
De momento los 16 trabajadores de la explotación continúan en labores de vaciado de los tanques y mantenimiento de la instalación. Durante esta semana han desmontado las perforadoras que oradan la tierra desde los 12 'caballitos' que todavía estaban activos. Pero ni las expectativas más optimistas aventuran la reapertura del complejo antes de un año. Eso no evitará que los operarios se vean sometidos en un futuro cercano a un Expediente de Regulación de Empleo.
Y eso siempre que no haya nuevos proyectos interesados en ella, lo que obligaría a una subasta que podría complicar aún más los trámites. En la zona confían en las palabras de continuidad de los asesores legales de la firma anglosajona. «La prueba de ese interés es que se anticiparon a los plazos y ya solicitaron la prórroga al Ministerio de Energía en agosto de 2015», recuerda esperanzado el alcalde de Sargentes, Carlos Gallo.
LGO Energy es la sexta compañía que regenta la explotación y ya intentó vender sus derechos hace cinco años por algo más de nueve millones de euros. Ahora han dejado caer que estarían dispuestos a invertir hasta 90 millones en un proyecto a largo plazo para mantener el pozo otras tres décadas, en las que renovarían completamente las obsoletas poleas de extracción. E incluso creen que podrían ampliar la plantilla hasta 30 trabajadores. Con todo ello, y siempre que logren los permisos para explotar zonas vírgenes de esta paramera de altura, calculan que podrían estabilizar la producción diaria en unos 1.500 barriles.
Desde los núcleos de La Lora solo queda esperar un futuro que no está en sus manos. Pero que van a defender con una recogida de firmas, una marcha silenciosa hasta los yacimientos y la colocación de una placa en Ayoluengo 1, el agujero junto a la aldea de Valdeajos donde, hace medio siglo, se inauguró su prosperidad.
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