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Independentismo. «Creo en el diálogo y abogo por un referéndum legal», dice Nierga. :: joan tomàs
«Cuixart me parece un monitor de campamento»

«Cuixart me parece un monitor de campamento»

Gemma Nierga Periodista ·

Ha entrevistado en la cárcel para un libro al líder independentista, del que asegura que es «un seductor que quiere gustarle incluso al fiscal»

ARANTZA FURUNDARENA

Domingo, 3 de marzo 2019, 10:35

Curada de su despido en la radio («No siento rencor»), Gemma Nierga le ha hecho una entrevista de 12 horas a Jordi Cuixart y la ha volcado en el libro 'Tres días en la cárcel'. El líder de Òmnium duerme con el pañuelo amarillo de su mujer bajo la almohada, llora a menudo, hace cerámica y curiosamente defiende el español, la movida madrileña, la Feria de Abril y el mestizaje... Es el lado más humano y contradictorio del independentismo catalán.

- ¿Cómo le han dejado el cuerpo sus visitas a la cárcel?

- Hay una parte de empatía hacia un hombre que está en prisión provisional. Pero he procurado plantearle todas las preguntas con firmeza.

- ¿Se vacunó contra el síndrome de Estocolmo?

- No me ha sido necesario. Es verdad que la situación no favorece la objetividad porque sientes pena. Pero he logrado mantener mi distancia, sobre todo en los temas políticos.

- ¿Sorprendida por lo que ha declarado Cuixart en el juicio?

- No. Ha dicho que él antes no era nadie pero que encarcelándolo lo han convertido en un símbolo. Y es verdad.

- De lo cual parece estar encantado... En el libro se le ve un punto narcisista.

- Podría ser. Pero ¿en qué sentido lo dice?

- Por la forma en que habla de sí mismo. «Mi madre está enamorada del Jordi que vuela», afirma.

- Tenía muchas ganas de hablar de él, de explicarse. Y en la cárcel le ha encontrado un sentido a la vida.

- Ayudando a otros presos, según proclama... ¿No es un poco mesiánico?

- No creo. Él desde siempre ha tenido la tentación de ayudar al débil yendo contra el fuerte, que para él es el Estado español. Ahora ayuda a los presos.

- Sin embargo, cuando fue gerente, no dudó en despedir a media plantilla.

- Es cierto. Y es una contradicción que él mismo admite. Este libro está escrito en español, porque él lo pidió. Para que llegue a más gente.

- Cuixart se declara hijo de una cultura mestiza, dice que el federalismo arrasaría... ¿Estará abandonando la causa?

- No. Pero en el libro opta por no hablar tanto de independencia y más del derecho a votar. Es un independentista atípico. Su madre es de Murcia, en el colegio estaba en la clase de los 'charnegos'... Pero a los 14 años entra en contacto con un tío catalanista y eso le marca.

- ¿Ha encontrado en él a un encantador de serpientes?

- He encontrado a un seductor, a un hombre que quiere gustarle incluso al fiscal. Y por la vía de la seducción. Es una persona bastante empática. Si se sentara delante de él me entendería. Siempre se pone en tu lugar.

- Él se autodenomina ingenuo.

- Sí, yo le veo un puntito ingenuo. Le diría que Jordi Cuixart es un monitor de 'esplai', de campamento, de esparcimiento... Lo fue y no ha dejado de serlo. En el juicio he visto a ese monitor ingenuo, entusiasta...

- ¿Y no le parece un poco pueril?

- Sí, pero a mí me enternece, porque esa ingenuidad hizo que se metiera donde no calibró. Me confesó que en la primera lectura que hizo del libro pensó pedirme que no lo publicara. Se vio reflejado y le incomodó.

- Lo primero que le dice en la entrevista es que él es mucho de enamorarse y le pregunta si usted es de enamorarse...

- Me sorprendió mucho. Pero es que Jordi quiere seducir a todo el mundo. Y tiene sus estrategias.

- ¿Usted siente que ha entrevistado a un preso político?

- Tengo la sensación de haber entrevistado a un preso independentista.

- ¿Que está en la cárcel por sus ideas o por lo que hizo?

- Por lo que hizo. Pero también digo que la prisión preventiva me parece totalmente injusta en su caso. No creo que esos hechos constituyan un delito de rebelión, ahí sí me mojo. Cuando Cuixart me dice «Quiero darme a conocer», acepto el reto porque es una forma de demostrar que no es un monstruo talibán. Y si alguien piensa que es el demonio le invito a que se lea el libro para que sepa cómo es el demonio.

- A veces líderes inmaduros e irresponsables son más peligrosos que el demonio.

- Estoy de acuerdo, es verdad. Pero él no es un político, es un líder social. Le piden 17 años. No sé. A mí me parece desproporcionado.

- «Ustedes que pueden dialoguen», dijo tras el asesinato de Ernest Lluch. ¿Lo aplica al independentismo?

- Sí, yo sigo creyendo en el diálogo y ahora estoy por un referéndum legal.

- ¿Y en manos de qué líderes diría que está el independentismo?

-En manos de gente idealista que ha perdido el sentido de la realidad. Lo cual, efectivamente, es peligroso.

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