Ley para todos

Los conflictos por el horario de cierre de los bares se suma a otros problemas antiguos en el sector: la prohibición de beber en la calle y el aumento del ruido incontrolado. En teoría, todos esas situaciones están sometidas a una normativa legal que las regula. Pero una cosa es la ley y otra su cumplimiento.

Cuando las reglas de juego son claras, no tiene sentido primar el interés del particular frente al de la comunidad. La ley puede ser dura, pero nos atañe a todos. Hace bien la Administración en procurar que se respeten las normas. Y aquellos empresarios que prefieran correr el riesgo de enfrentarse a una sanción, allá ellos. Porque lo alarmante sería resignarse, como un hecho consumado, al incumplimiento sistemático de los horarios.