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L. E.
Sábado, 6 de febrero 2010, 01:22
«El Banco de España quería que al final quedaran seis u ocho entidades en todo el país, pero los intereses políticos harán que el final queden entre 20 y 30». Ese el panorama de futuro que dibuja Javier Bardají, experto en mercados financieros. Para explicarlo, baste un ejemplo, la recién anunciada unión de cajas catalanas no alcanza los 50.000 millones que recomienda el Banco de España.
Las previsiones iniciales del Banco de España han quedado desfasadas y lo que se ha presentado como un proceso de concentración puro y duro ha derivado en múltiples posibilidades. Del primer ejemplo quedan los movimientos como la fusión de El Monte y Caja San Fernando en Cajasol.
De las nuevas posibilidades destaca sobre todo lo que se ha dado en llamar Sistema Institucional de Protección (SIP) o fusiones frías o virtuales. Se trata de que cada entidad mantenga su personalidad jurídica, nombre comercial, red de oficinas, sede y obra social. A cambio, integran actividades críticas, como la gestión de riesgos y financiera, la tesorería, las participaciones industriales o las compras a proveedores. Es lo que han hecho Caja Navarra y Caja Canarias, por ejemplo.
Para Bardají, esta opción no aumenta el 'músculo financiero' de las entidades, sino que se limita a suponer un ahorro en los costes.
Existe una nueva variable a tener en cuenta: los acuerdos interterritoriales, que pueden ser reales o virtuales. Caja Castilla-La Mancha y Caja Asturias han optado por lo primero, mientras que Cajasol y Caja Guadalajara han preferido esta segunda opción.
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