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¿Qué ha pasado hoy, 17 de abril, en Extremadura?
Sede central de Caja Badajoz, en el Paseo de San Francisco de la capital pacense. :: HOY
Menú para una fusión
REGIONAL

Menú para una fusión

Solas o acompañadas, de forma real o virtual, todos los caminos para unirse a otras entidades tienen ventajas e inconvenientes Las cajas de ahorro tienen distintas alternativas para fortalecer el tejido financiero regional

LUIS EXPÓSITO

Lunes, 15 de febrero 2010, 14:05

Tras unos meses de calma, vuelven con fuerza los movimientos para fusionar las cajas extremeñas. Aparentemente, los informes encargados por Caja Badajoz y Caja Extremadura han ralentizado el proceso después de que ambas renovaran sus órganos en torno al verano pasado.

Una reunión de las partes implicadas con el presidente de la Junta y el líder de la oposición celebrada el pasado jueves ha vuelto a poner de actualidad el asunto. Sin embargo, el mensaje que más caló en la opinión pública es que ahora el abanico de opciones está más abierto de lo que parecía.

A finales de 2008, HOY preguntó a buena parte de los agentes sociales y afectados. Y la mayoría de los entrevistados rechazaban, de forma frontal o con matices, la entrada de entidades de fuera.

Sin embargo, el panorama ha cambiado. La crisis ha pegado más fuerte de lo que muchos pensaban y el sector ha comenzado a moverse, aunque con más parsimonia de lo que querría el Banco de España.

El punto de partida lo aportó la semana pasada Juan Ramón Quintás, que es el presidente de la Confederación Española de Cajas (CECA). Las entidades extremeñas están entre las más solventes del país, por lo que tienen menos prisa que otras. La explicación es sencilla, uno de los elementos que está acelerando la concentración en España está en aprovechar la posibilidad de recurrir al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Sobre el papel, Extremadura no tiene necesidad de captar fondos de él.

Sin embargo, el proceso de fortalecimiento del sistema financiero regional, como lo llama el dictamen aprobado por la Asamblea de Extremadura, parece imparable. Lo que no está claro es cómo.

El menú es variado. Se puede apostar por una fusión de las cajas extremeñas, con la opción luego de optar a una unión suprarregional. O cada una de los dos aludidas puede buscar 'novias' fuera por su cuenta. También hay otra variable que se debe tener en cuenta, a la integración pura y dura se une ahora la posibilidad de adoptar fusiones 'frías' o 'virtuales'.

Existen sendos informes encargados por las entidades que exploran todas las opciones, pero desde fuera se pueden realizar algunas consideraciones.

Juan Luis Corral, profesor de Dirección Financiera de la Universidad de Extremadura, enmarca esta carrera en los cambios del panorama a raíz de la crisis financiera. Las hipotecas suponen la mayor parte del pastel de la actividad crediticia y el desplome de la constru cción han reducido a la tercera parte este segmento. Por tanto, el sector debe reciclarse para ajustar sus costes, y uno de los caminos que propugna el Banco de España pasa por la integración.

Esta política choca con los intereses políticos, especialmente los autonómicos, que se resisten en muchos casos a perder la cuota de poder y representatividad que suponen las cajas. Javier Bardají, experto en mercados financieros, apunta que los planes iniciales del órgano regulador pasaban porque al final quedaran seis u ocho entidades, pero los intereses políticos harán que haya entre 20 y 30 cajas.

Para Corral, se trata de un proceso que tiene que afrontarse ya para hacer frente al gran problema que tiene la economía española, la restricción del crédito a las medianas y pequeñas empresas.

En todo caso, apunta que una fusión sólo regional resulta insuficiente, ya que los activos resultantes, en torno a los 11.000 millones de euros, están muy lejos de los 50.000 millones que recomienda el Banco de España.

No hay que salir

Opinión distinta tiene Víctor Píriz, consultor de empresas y también profesor de la Universidad de Extremadura. Considera que la primera opción debe pasar por una fusión sólo extremeña, ya que de otra manera tendrían poco que ganar, ya que son solventes, y mucho que perder, como la identidad, su autonomía o el poder de decisión sobre sus inversiones.

«No podemos olvidar que si llega cualquier entidad de fuera, estaríamos hablando de una absorción, porque sería más grande». Como ejemplo, explica que las cajas mantienen oficinas que no son rentables en ciertas localidades extremeñas. «¿Seguirían abiertas si el poder de decisión estuviera en Sevilla o Valladolid en vez de Badajoz o Cáceres?», se pregunta.

De la reunión de la semana pasada se extrae que hay otro camino sobre la mesa: que cada una de las entidades se busque la vida por su cuenta. Para Corral, esta opción podría tener sus posibilidades por cuanto obligaría a menos ajustes de personal. «Si en un pueblo pequeño hay sucursales de las dos cajas y éstas se fusionan, sobraría una de ellas. Pero si pertenecen a entidades distintas, las dos podrían competir entre ellas. No se solaparían y además deberían competir entre ellas, de lo que se puede beneficiar el cliente», asevera.

Víctor Píriz considera que, en el caso improbable de que se optase por esta vía, el procedimiento elegido podría ser una 'fusión virtual'. Es decir, creando una sociedad común que gestionara las entidades. Cada una mantendría su independencia «aunque fuera de cara a la galería» y nombre. La caja 'principal' controlaría a la extremeña a distancia y sin aportar su nombre ni razón social. Este tipo de uniones se han puesto de moda. Es el vehículo elegido por Caja Navarra y Caja Canarias, por ejemplo. Como todo, tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Entre las primeras, está que cada caja no pierde su nombre ni su imagen de marca, lo que también tranquiliza a no pocos políticos. Entre los inconvenientes, que realmente no aportan 'músculo financiero', sino que es una simple política de reducción de costes en algunos servicios, recalca Javier Bardají. Corral añade que no cree que el Banco de España permita «paños calientes» en este asunto. «No creo que permita operaciones que realmente no supongan una adaptación al nuevo escenario, como los ajustes de plantilla».

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