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MARÍA JOSÉ TORREJÓN
Sábado, 20 de marzo 2010, 12:35
Alonso Corrales y Nacho Blanco jamás pensaron que la procesión del Cristo Negro adquiriría la popularidad de la que goza en la actualidad. El desfile del Miércoles Santo es, sin duda, el que más expectación levanta entre los cacereños y los visitantes. También es la procesión que más espectadores concentra en sus 1.200 metros de recorrido, que discurre en su integridad por el recinto intramuros.
Estos dos hombres forman parte del grupo de personas que en 1986 se propusieron rescatar la cofradía de los archivos del Obispado y sacarla, de nuevo, a la calle. Un año antes, en 1985, hicieron algo parecido con la cofradía de Batallas. «Esta hermandad se creó el 3 de mayo de 1490. En el siglo XIX, con la desamortización, la cofradía deja de celebrar actos públicos y el Cristo pasa a ser propiedad del Obispado», recuerda Corrales Gaitán, actual mayordomo de la hermandad. «Después de hacer unas investigaciones, le propuse a don Jesús Domínguez, que entonces era el obispo de Coria-Cáceres, recuperar la procesión. Siempre hemos tenido claro que respetaríamos la historia original de la hermandad», detalla Corrales.
Entre los rasgos que caracterizan a esta cofradía y que enfatizan su pasado medieval hay que destacar desde los hábitos que lucen los nazarenos (son benedictinos) hasta el 'numerus clausus' que limita la lista de hermanos a 59. Ni uno más, ni uno menos. Sólo pueden ingresar nuevos miembros cuando alguno de los actuales cause baja. En 2009, por ejemplo, se incorporaron cuatro integrantes. «Tenemos cientos y cientos de hermanos en la lista de aspirantes», detalla Blanco, que es secretario y jefe de paso del Cristo Negro.
La salida de la imagen de la Concatedral va acompañada de un ritual que cada año concentra en Santa María miles de ojos. Los primeros espectadores comienzan a llegar a las nueve y media de la noche -dos horas y media antes del inicio del desfile- para coger sitio. «Cuando salimos por primera vez -apunta Blanco- no íbamos buscando el éxito. Nuestro objetivo era recuperar algo que llevaba dormido un montón de años. Sabíamos que nos iba a salir bien y el tiempo nos ha dado la razón. El primer año sólo acudieron a vernos 500 personas y el segundo año la cifra se cuadruplicó. Hay gente que viene de Sevilla y del País Vasco año tras año a ver la procesión». En la actualidad, calculan los hermanos, más de 10.000 personas acuden a la parte antigua para ver el desfile y toda la escenografía que lo envuelve.
«Las particularidades del desfile, de todo lo que no se ve y de lo que la gente cuenta es lo que gusta. El misterio del juramento antes de salir, la belleza de la imagen y la espiritualidad de los siglos pasados también influyen», asegura Corrales Gaitán. Las leyendas que pesan sobre el Cristo Negro son un ingrediente más que afianzan su tirón turístico. «Los documentos que consultó Alonso recogen estas leyendas: al Cristo no se le puede mirar a los ojos, si le tocas mueres...», enumera Blanco. El mayordomo atribuye estas creencias a la mentalidad existente en el siglo XV. «La información de siglos atrás es muy distinta a la que hoy podemos manjar. La lógica es otra», dice.
Este año la cofradía estrenará dos hacheros -candelero que sirve para poner el hacha de cera que portan los hermanos- en su procesión del Miércoles Santo. Y prepara novedades para los próximos meses porque en 2011 se cumplen 25 años de la recuperación de cofradía. Una de ellas es la maqueta en miniatura del paso que la hermandad pondrá a la venta por cien euros y que se puede ver ya en Santa María.
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