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Francisco Pilo y Fernando de la Iglesia durante la entrevista sobre el libro que acaban de publicar. :: ALFONSO
«Sólo unos 250 milicianos resistieron en la ciudad el día de la caída de Badajoz»
SOCIEDAD

«Sólo unos 250 milicianos resistieron en la ciudad el día de la caída de Badajoz»

Francisco Pilo y Fernando de la Iglesia. Autores, junto con Moisés Domínguez, del libro 'La matanza de Badajoz ante los muros de la propaganda'Ambos investigadores comentan en esta entrevista los entresijos de su trabajo

MERCEDES BARRADO TIMÓN

Sábado, 17 de abril 2010, 13:03

«Ni quitamos ni ponemos rey. No negamos que hubiera matanza, pero tampoco corroboramos lo que se ha hablado de la matanza de Badajoz». Es la afirmación de Francisco Pilo, uno de los tres autores de libro 'La matanza de Badajoz ante los muros de la propaganda' que está firmado también por Moisés Domínguez y Fernando de la Iglesia. El libro aporta una multivisión sobre los hechos de la toma de Badajoz por el ejército de Franco conseguida fundamentalmente por la confluencia de las crónicas firmadas aquellos días por la veintena de periodistas que siguió los acontecimientos de la capital pacense. El libro está prologado por el sacerdote-historiador Ángel David Martín Rubio y ha sido editado por Libros Libres.

-Hubo represión después de que entraran las tropas, eso es indudable -dice Francisco Pilo- porque no se respetaron las leyes de la guerra por parte de los nacionales. Pero es incierto lo que se ha hablado de la masacre en la Plaza de Toros, de los ametrallamientos en masa y aquellas orgías con espectadores con Yagüe presidiendo. Hemos querido dar a conocer datos inéditos en España publicados por periodistas portugueses y extranjeros que nunca se han tomado en cuenta.

-¿No es provocativo titular 'ante los muros de la propaganda' cuando hay muchos historiadores que ya habían dado por superada la famosa imagen de los ametrallamientos ante espectadores en la Plaza de Toros?

-Fernando de la Iglesia.- El libro consta de dos partes. En la segunda se hace el estudio de cómo la realidad se reconvierte dentro de la guerra de propaganda en otras versiones de la matanza. En esa parte se estudia cómo unos hechos reales que cuentan la veintena de periodistas se pueden transformar en una fiesta en la Plaza de Toros con mantillas y sangre. Porque ni la Plaza de Toros fue el sitio fundamental de los fusilamientos ni el hecho de la matanza fue diferente a lo ocurrido en otras localidades, como Almendralejo o Mérida o posteriormente en Toledo. No valoramos ni adjetivamos si fue mucho o poco porque definir una matanza es algo subjetivo. ¿Dos, cinco, cien personas, ciento cincuenta?

-¿No vuelven sobre las cifras de muertos en este caso?

-F. de la I. Sí establecemos un rango en función de los datos que aportamos. Damos el sitio principal de los fusilamientos el primer día, que es la Plaza de San Juan y lo ciframos alrededor de 80 personas porque todas las fuentes, excepto una, lo cifran así.

-¿Habla siempre de fuentes periodísticas?

-F. de la I. Que están complementadas por otras fuentes y archivos. Así, se dice que se cogieron 79 prisioneros y coincide más o menos con la cifra de fusilados. Informes que tenía el embajador Claudio Sánchez Albornoz giran también en torno a esa cantidad. Todos los milicianos cogidos con armas en la mano, al igual que ocurre en otras poblaciones, eran fusilados. Eso no se escondía, sino que se daba a conocer a los periodistas como arma para tener menos resistencia al avanzar para llegar a Madrid.

-Quizá lo más notable del libro sea esa especie de mosaico que se establece uniendo las visiones de todos los periodistas.

-F.de la I. Establecemos cuando llegó cada uno de ellos a Badajoz y entran el día 15 (de agosto de 1936) en la ciudad. Llegamos a decir qué calles recorren y quién iba con quién o a qué hora entrevistaron a Yagüe. Y contrastamos la visión de cada uno, que coinciden más o menos. Los rumores que los periodistas recogieron en la frontera se mezclan después con las crónicas. Había periódicos matutinos y vespertinos y, a veces, se publicaba una crónica anterior cuando ya se había producido la entrada del periodista. Explicamos cual es el tratamiento informativo que se dio de cada uno de los cables enviados por los periodistas. Había rumores de fusilamientos masivos, pero los periodistas llegan a Badajoz y no los confirman, aunque tampoco los pueden descartar. Sí confirman que hubo 80 en la Plaza de San Juan, otros 14 en la Comandancia Militar, en los fosos del Cuartel de la Bomba hubo fusilamientos el segundo día. Ningún periodista ve pruebas ni el día 15 ni el 16 de que se fusilase a nadie en la Plaza de Toros. El único testimonio de fusilamientos en la Plaza de Toros es el que aporta Paco (Pilo) de uno de los empleados del Ayuntamiento que recogió los cadáveres. Pero pueden cifrarse en decenas porque los recoge con una camioneta y da seis viajes. Ninguno de los 20 periodistas dice que en la Plaza de Toros se fusilase. Sabían que había fusilamientos pero no dónde y eso es aprovechado por la propaganda, porque las fuerzas nacionales también estaban haciendo una campaña de desprestigio internacional del Gobierno de la República bajo el nombre de Terror Rojo. Porque hasta octubre o noviembre no se empieza a hablar en España de la matanza de Badajoz.

-Muchos de los periodistas viajaban 'empotrados' como ahora dice el ejército norteamericano. ¿Creen que fueron capaces de sacudirse ese escudo que suponen los militares o los falangistas que les recogían en coche y les acompañaban?

-F. de la I. Estamos hablando del primer mes de la guerra civil y todavía no estaba muy organizada la Oficina de Propaganda, que no estaban realmente operativa. Se basaban en decisiones del propio jefe de la columna sobre lo que podían o no hacer los periodistas. Por lo menos hasta Badajoz, porque a partir de la resonancia internacional que alcanzan estos hechos, la Oficina de Propaganda de los rebeldes hizo más énfasis en filtrar la información que salía de ella.

-¿No había tijeretazos en la información que enviaban los periodistas a sus agencias?

-F. de la I. Badajoz era una ciudad fronteriza y entraron muchos periodistas cuya procedencia no se investigó. Pidieron permiso y se le dio a todo el mundo. Tanto si venían de Mérida, que ya traían un filtro previo porque venían de la zona ocupada por los rebeldes, como los que venían de Portugal.

-Son críticos con la labor de algunos corresponsales que han sido históricamente muy citados, como Jay Allen, Kloester o Southworth, más conocidos junto con Mario Neves que el resto de los periodistas de los que hablan ustedes.

-F.P. Efectivamente. Pero Mario Neves ni en sus crónicas periodísticas ni después en su libro habla en ningún momento de matanza en la Plaza de Toros. Sí que describe el panorama después de la batalla y ve muertos en la calle. Y llega a decir que en la Plaza de Toros sólo vio los dos cadáveres que se reflejan en la foto que publicamos. Y demostramos fehacientemente que Jay Allen no estuvo nunca en aquellas fechas en Badajoz. ¿Por qué han tenido tanta raigambre sus crónicas para la historiografía? Porque su crónica es la que ha interesado publicar a ciertos historiadores. Su crónica presenta falta de credibilidad. En nuestro análisis seguimos milimétricamente día a día las actividades de Jay Allen entre Gibraltar, Tánger y Lisboa y su regreso. Hasta ponemos los vuelos de los aviones. Que por cierto, el avión era el que salía en la película de 'Casablanca'. Controlamos sus movimientos para demostrar que no estuvo en Badajoz. Aparte de las falsedades de su crónica, equivoca cosas como la torre de la Catedral destruida o el hecho de dar el nombre de 'Almendra Lejo' a una persona.

-¿Han encontrado ya digitalizados los materiales periodísticos a los que han recurrido o han tenido que tirar de los tomos encuadernados?

-F. de la I. Algunos ya están digitalizados, pero en su mayoría hemos utilizado tomos. También hemos tenido que buscar mucha colaboración, sobre todo para obtener traducciones del ruso o el alemán. Porque además es un lenguaje del año 36 y, en el caso del alemán, está escrito con letras góticas.

-¿Qué opinión tienen sobre la labor que hicieron aquellos periodistas?

-F.P. Badajoz fue la primera ciudad importante que se tomó y mi opinión es que la labor de aquellos periodistas fue la mejor de toda la guerra, porque fue donde más tiempo tuvieron para hacer y documentar su crónica sin mucha censura, aunque alguna sí se ejerció, sobre todo por parte del Gobierno portugués. Salazar sí censuró a Marcel Dany en algunos telegramas.

-F. de la I. Sobre todo en cosas que tuvieran que ver con la ayuda de Portugal a Franco.

-Dieron un pequeño anticipo del libro con aquella presentación pública de las fotos inéditas. No sé si después de su publicación han surgido nuevos datos en torno a ellas, porque algunos cadáveres parecen perfectamente reconocibles.

-F. de la I. En el original del negativo de la Plaza de Toros se ven dos cadáveres, de uno de los cuales sí creemos que conocemos su identidad aunque no hemos querido publicarla.

-F.P. Las crónicas hablan de un miliciano llamado 'Bocanegra' que había participado en la toma del Convento de Santa Ana y luego hizo trabajos de albañilería allí. Era conocido por las monjas y, cuando fue detenido, se comunicó con ellas por algún medio. La madre superiora dice que se dirigieron inmediatamente el día 15 a la Plaza de Toros y encontraron su cadáver acribillado a balazos. Deducimos que puede ser éste, pero no podemos garantizar el nombre.

-F. de la I. Sólo hacemos mención al nombre del alférez Benito Méndez Lemus, porque lo cita Mario Neves en su crónica como uno de los muertos.

-¿De qué archivo han sacado las fotos?

-F. de la I. La mayoría de ellas son del fotógrafo que vino con el corresponsal de O Século. No sabemos si es el propio corresponsal Mario Reis o trajo un fotógrafo.

-¿Cómo enviaban las fotos?

-F. de la I. Las llevaban en coche, así que no había tiempo a publicarlas al día siguiente sino dos días después. No recuerdo si fue O Século o Diario de Noticias que desplazó una avioneta a Elvas desde Lisboa.

-Dan a entender que tienen material para seguir publicando más cosas.

-F.P. El libro en principio tenía casi 200 páginas más, sólo que por aquello de venderlo por un precio más asequible hemos tenido que quitarlas. Eran crónicas e incluso datos de informes militares aún inéditos sobre la toma de Badajoz, lo que parece increíble.

-Por mucho que estos periodistas avanzaran con las tropas nacionales viven momentos de auténtico peligro, se les confunde con milicianos, les disparan incluso los militares que les habían traído.

-F.P. Yagüe impidió que los periodistas entraran en Badajoz no porque fuera a censurarles, porque lo que se hizo lo hizo sobre la marcha, sino por el peligro que corrían. Uno de los periodistas portugueses dijo que el peligro entre Mérida y Badajoz era enorme. Los periodistas siempre iban acompañados bien por un falangista o por un militar porque Badajoz no era una ciudad segura y podía haber un francotirador en una terraza.

-F. de la I. De hecho, hasta la noche del 14 hubo tiroteos esporádicos y hay partes de soldados nacionales heridos al registrar casas. Una de las cosas en las que hemos hecho más énfasis es en saber cuántos defensores había en Badajoz ese día. Y nuestra sorpresa es que había muchos menos de los que pensábamos. Pero eso se ocultó en pro de la propaganda franquista de la toma de Badajoz como un hecho heroico que prefería señalar que se habían enfrentado con mucha fuerza enemiga. Y no fue así. La mayoría de la gente ya había huido y los mandos prácticamente todos. En el último día, no habría en la resistencia más de 250 milicianos.

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