El Pines sí da la talla

El Pines ha sobrevolado la temporada sin pasar dos minutos de agobio. Por eso y por su falta de experiencia Nino Antúnez no sabía cómo reaccionaría su equipo cuando las cosas no fueran tan rodadas. Tendrá que seguir esperando. Ayer, el Sant Martí de Sant Adriá del Besós no pudo o no supo complicarle la vida a los extremeños. Después del 1-1, los catalanes estuvieron siempre a remolque de un equipo que les pasó literalmente por encima. Los teóricamente experimentados se vieron superados en todas las facetas del juego por los recién llegados.

El Pines es, kilo a kilo y centímetro a centímetro, más equipo que el Sant Martí. La intensidad de su defensa, la presencia de sus pivotes, la velocidad de sus contraataques, la habilidad de sus extremos y el tiro exterior de los de Badajoz fueron ayer netamente superiores. El único recurso en ataque del Sant Martí fue ayer intentar desbordar por velocidad a los centrales del Pines, pero lo consiguieron en contadas ocasiones. Lo normal es que los menudos jugadores entrenados por Miguel Ángel Benítez salieran rebotados de los brazos de Álex Garza, Rafa Margareto o José Javier Pérez. Sin tiro exterior y sin extremos a los que frenar, la defensa pacense sólo tuvo que emplearse en el centro, y lo hizo de principio a fin.

La victoria de ayer fue cosa de equipo, el ataque consiguió las rentas que la defensa certificó, aunque hay nombres que sobresalieron. Gran parte de la culpa de que el Sant Martí se quedará en 23 goles la tuvo Borja Presumido. Iluminado. Lo paró casi todo, detuvo hasta un penalti y algún mano a mano. Inconmensurable también Álex Garza. Siete goles y referente con igual intensidad en ataque y en defensa. Darío Calahorra, como todos, empezó enchufadísimo y fue el autor de los primeros goles de su equipo que desesperaron al Sant Martí desde los primeros instantes. Con cinco goles en contra mediada la primera parte, el Sant Martí no supo darle la vuelta al partido y allí se acabó el choque.