Uno de cada cinco profesores ha estado de baja por depresión, estrés o ansiedad

La enseñanza extremeña no goza de buena salud, al menos, según algunos de sus representantes. No hay síntomas llamativos que alarmen a la población en general, pero, según denuncia el sindicato del sector CSI-F, «está sufriendo un grave deterioro en los últimos años». Los actos de indisciplina que se producen en los centros educativos, la falta de autoridad de los profesores y algunos comportamientos irrespetuosos y violentos de los alumnos, provocan que hasta un 20% de los docentes se vean obligados a darse de baja por ansiedad, depresión o estrés.

En Extremadura no se registran hechos conflictivos de 'alta intensidad' en las aulas de forma habitual. Sin embargo, los considerados de 'baja intensidad' son muy numerosos y su existencia es suficiente para alterar el bienestar de una parte la comunidad educativa. Así lo manifiestan los profesores encuestados. CSI-F ha seleccionado una muestra de 1.492 docentes. Entre ellos, hay maestros y profesores de Secundaria. Con distintas experiencias, de ambos sexos (71% de mujeres y 29% de hombres) y procedentes de ámbitos rurales y urbanos de la región.

Sus respuestas reflejan datos preocupantes e indican que no están del todo a gusto en el ejercicio de su profesión. Un 75% de ellos admite que ha sufrido alguna vez faltas de respeto en el desarrollo de su trabajo. Casi la mitad (40%) considera que la convivencia en sus centros es mala y la misma proporción cree que la administración no reconoce su labor como docente.

Además, un 50% tiene la impresión de que su trabajo no goza de aceptación social. Uno de cada diez admite que ha sentido miedo alguna vez al entrar en clase y más del 30% asegura que ha recibido amenazas.

Mejor que en 2006

Con dichas cifras es fácil entender que cada vez sean más habituales los casos de 'profesores quemados' que, incapaces de afrontar el día a día en las aulas, se dan de baja por enfermedad u optan por acogerse a la jubilación anticipada. No obstante, los datos indican que la situación ha mejorado ligeramente con respecto a 2006.

CSI-F señala que las medidas adoptadas por la Consejería (Observatorio Regional, protocolos de intervención inmediata, planes de convivencia, etc...) son positivas. Aún así, este sindicato sugiere que sería muy positiva la creación de un registro de hechos conflictivos que permita conocer la realidad a la opinión pública.