PAVÓN, UNA PINZA PARA DOS

Carmen Heras pactó con Pavón y la ciudadanía decía estar harta de que un solo concejal paralizara Cáceres. Carmen Heras rompió con Pavón y la alcaldesa empezó a crecer políticamente. Ahora, es el PP quien juega a la pinza. Pavón tiene razón a veces (uso político de la Virgen de la Montaña) y otras veces se empecina en su 'vangaaliano' todo negativo nada positivo y hay que sufrirlo. La pinza PP-Pavón se opone a la reforma de las plazas de San Juan y la Concepción y a la ubicación de la Ciudad de la Cultura. En este segundo punto hay que escucharlos: la Ciudad de la Cultura va en la carretera de Miajadas porque es tan grande que no cabe dentro del casco urbano, vale, pero no acaba de quedar claro lo de las viviendas y nos tienen que aclarar que ahí no hay pelotazo. En cuanto a las plazas de San Juan y la Concepción son lugares entrañables, pero urbanísticamente son dos espacios sin alma. Los vecinos de la Conce reconocen que en esa plaza, además de algún botellón clandestino, se hace poca vida social: es un enclave marginal y sin encanto. En cuanto a San Juan, se ha convertido en un aparcamiento agobiante con dos terrazas: una formada por las nueve mesas del Mesón Ibérico, donde tomas las cañas entre morros de coches y tubos de escape, y las cinco del Mesón San Juan, más apacibles. Punto. Ahí no hay más vida social, por ahí solo se pasa. Pero el PP y Santiago Pavón creen que son lugares idílicos y paradisíacos y piden un exótico referéndum que se utilizará como plebiscito para censurar a Carmen Heras. ¿A quién pinzará la pinza: a Carmen o a Elena?