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MARÍA JOSÉ TORREJÓN
Lunes, 31 de mayo 2010, 17:22
Son las doce y media de la mañana y el ferial todavía duerme tras una larga noche de fiesta. Las atracciones están paradas, los puestos cubiertos por lonas y las casetas, cerradas. De fondo, suenan los pasodobles interpretados por una charanga. La música sale del hípico, el único punto del recinto donde hay actividad a esta hora. Y mucha.
200 cabezas, entre caballos, burros y mulas, acudieron ayer a la Feria de Ganado, una cita que rescató en 2008 la Asociación de Amigos del Parque del Príncipe y que, poco a poco, toma fuerza. La jornada se cerró con 14 transacciones, cinco más que en 2009 y 11 más que en 2008, indica Matías Simón, secretario del colectivo.
Más allá de su objetivo comercial, esta feria trata de ser un escaparate para los aficionados al mundo ecuestre, además de hacer un guiño a sus raíces. Por eso, la asociación organiza paseos gratuitos en burro y concede varios premios. Este año el mejor caballo ha sido el de Juan José Barquero. Ramón Silva Salazar ha conquistado el galardón al mejor mulo. Y el mejor burro ha sido el de Miguel Cerrudo Pulido. La organización también distingue a los asistentes más elegantes. En esta ocasión, los títulos han sido conquistados por dos niños. Verónica Quintanilla, de ocho años y alumna del colegio Donoso Cortés, y Ángel Silva, de cuatro años y estudiante del Cervantes, han sido premiados con el galardón. Ambos jinetes acudieron vestidos de corto. Ella lucía una flor naranja en el moño. Y él cubría su cabeza con sombrero andaluz.
Apretón de manos
Pero, sin duda, la foto más buscada de la jornada fue el apretón de manos entre los ganaderos, la rúbrica simbólica del trato hecho. Vicente Salas no tuvo demasiada suerte. Se marchó a casa sin lograr vender ni un solo animal. «La situación está muy mala. Cada año nos exigen más papeles y los tratantes no vienen porque cada vez la Junta pone más requisitos», relata. El precio de uno de sus caballos oscila entre los 1.000 y los 1.500 euros.
José Luis Silva, más conocido en su entorno como Viki, tampoco hizo negocios. Pero confía en que la feria se consolide año a año. «Si seguimos así, poco a poco, podremos llegar a algo. La de Cáceres era una feria muy buena, de las mejorcitas que había. Y poco a poco creo que podremos llegar a tener una feria en condiciones», recalca.
Entre el público había más de un nostálgico que añoraba los tiempos en los que la feria se celebraba en el Rodeo. Es el caso de Benito Núñez, director del colegio Prácticas. «Llegábamos desde los pueblos con el ganado, andando. Y allí pasábamos los tres días de feria. Yo venía desde Salvatierra de Santiago con vacas», rememora. «Ojalá vuelva a resurgir todo», desea. Ese es, precisamente, el empeño de los Amigos del Parque del Príncipe.
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