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¿Qué ha pasado hoy, 8 de abril, en Extremadura?
Manuel Fernández muestra su trofeo, de dos metros. :: RM
Una culebra en la cocina
CONTRAPORTADA

Una culebra en la cocina

El animal, de dos metros, es el cuarto reptil que aparece en la casa de Monesterio de Manuel Fernández en dos años

PPLL

Viernes, 11 de junio 2010, 03:29

¿Se imaginan llegar del trabajo, entrar en casa, encender la luz de la cocina y encontrarse reptando por su encimera un reptil de grandes proporciones? El susto debe ser morrocotudo, a no ser que uno empiece a acostumbrarse a este tipo de visitas inesperadas.

En una vivienda situada en la calle Ramón y Cajal de Monesterio, Manuel Fernández y su familia han visto repetida, hasta en cuatro ocasiones durante los últimos dos años, escenas similares. La última, la noche del pasado viernes, con el hallazgo de una culebra de casi dos metros, campando a sus anchas entre perolas y sartenes.

«La que se lleva el gran susto es mi mujer», cuenta con total serenidad Manuel, mientras coge al reptil por la cola para mostrar su gran tamaño. Incluso su hijo Pedro, que también está en la conversación, irónicamente bromea: «¿Qué, os gustan las mascotas que últimamente tenemos en casa?».

Y es que el asunto, por grotesco que pudiera parecer, se está convirtiendo en una pesadilla para los moradores de esta vivienda, quienes como prueba testifical de tan imprevistas y frecuentes visitas, para acallar desconfianzas, guardan en su teléfono móvil las fotos de las culebras que han cazado en su domicilio. Como aquella con la que se topó su hija, y que les obligó a comprar una nueva lavadora, pues «cuando mi padre intentó cazarla se introdujo en el motor del aparato y produjo tal avería que tuvimos que comprar otra lavadora».

Manuel achaca la entrada de estos reptiles en su domicilio a la proximidad de la vivienda con un arroyo que pasa a escasos metros de las traseras de su casa. «Este año se están viendo muchas culebras de este tipo», nos dice Manuel, quien piensa que para acceder a su domicilio deben hacerlo trepando por las paredes hasta llegar a la terraza del inmueble. No existe otra manera de entrar en la cocina desde el exterior, si no es a través de esta zona de azotea desde la que se vislumbra el descampado por el que discurre el arroyo.

De herradura

Por su morfología y por las manchas circulares que presentan las escamas de la última culebra hallada en la vivienda de Manuel Fernández, bien podría tratarse de un ejemplar adulto de hemorrhois hippocrepis, o culebra de herradura, muy común en todas las regiones del Mediterráneo, propia de hábitats de vegetación arbustiva, zonas de pastoreo, e incluso jardines rurales o áreas urbanas. En numerosas ocasiones este tipo de reptiles utilizan como refugio construcciones humanas, como sustitutos de medios rocosos naturales. Su alimentación casi de manera exclusiva en pequeños vertebrados. Se trata de una culebra muy ágil capaz de trepar hasta los tejados para depredar los nidos de pájaros.

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